La oposición de los suníes obliga a retrasar de nuevo la Constitución de Irak

El Parlamento iraquí ha aplazado sine die la reunión que tenía previsto celebrar esta noche para aprobar el borrador de la nueva Constitución. El pasado lunes la Asamblea Nacional decidió darse tres días de plazo tras bloquear la minoría suní ciertos aspectos de la Carta Magna, en especial el propósito de kurdos y chiíes de que Irak se convierta en Estado federal y el reparto del petróleo en el norte del país.

El primer ministro, Ibrahim al Yafari, ha insistido en la necesidad de lograr el apoyo suní para "una Constitución histórica". Vencido el plazo que se habían concedido los líderes iraquíes, el presidente del Parlamento, Hayim al-Hasani, ha anunciado que mañana viernes habrá otra reunión para intentar alcanzar un acuerdo sobre el borrador de la Constitución. En una rueda de prensa el presidente de la Cámara ha asegurado que "las reuniones de los últimos tres días han sido muy útiles y esperamos llegar mañana a un resultado satisfactorio para todas las partes".

Pese a este anuncio, miembros de la comisión encargada de discutir el borrador han asegurado que aún no se ha convocado oficialmente una reunión para mañana.

"Perder un poco de tiempo a cambio de ganar el apoyo de nuestros hermanos suníes sería un logro importante", ha dicho el primer ministro iraquí, el chií laico Ibrahim al Yafari, en una conferencia de prensa en Bagdad al poco de conocerse el aplazamiento. "Creo que los asuntos contenciosos son pocos y no deben constituir un obstáculo ante la aprobación de una Constitución histórica", ha añadido.

Escollo suní

Los representantes de las tres comunidades -suní, chií y kurda- retomaron esta mañana las reuniones en una atmósfera de tensión y pesimismo que auguraba las dificultades para lograr el entendimiento. Los suníes, minoría que tenía el poder en el régimen de Sadam Husein, exigen variaciones sustanciales en el texto entregado el lunes a la Cámara para su aprobación. Este grupo étnico denuncia que la prórroga concedida por el Parlamento para que las tres comunidades resuelvan sus disputas es "ilegal", ya que viola las reglas que obligan a respetar el plazo fijado. Han amenazado incluso con recurrir a un tribunal federal.

Esta mañana, el presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, recibió a representantes de la comunidad suní y se mostraba confiado en la posibilidad de alcanzar un acuerdo sobre el texto constitucional antes de que expirara el plazo. En todo caso, el presidente se ha mostrado partidario de conceder "un mayor papel a los suníes en la Carta Magna", ya que, en su opinión, en ella deben estar representadas las aspiraciones de todas las comunidades iraquíes.

Además, ha anunciado que en el referéndum del próximo 15 de octubre, que sólo se celebrara si antes el Parlamento da su visto bueno a la Carta Magna, liberará a 700 suníes detenidos. Una medida de gracia para superar las objeciones de estos, que amenazan con boicotear la consulta. "Nuestra ambición es llegar a un acuerdo pacífico, pero si no es posible, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que fracase el referéndum", ha advertido el secretario general del Congreso Popular Suní, Adnan al Duleimi.

Enfrentamientos entre chiíes

Las divisiones también se dan entre comunidades. En los chiíes, principalmente entre el Ejército del Madhi del clérigo radical Múqtada al Sáder, y las Brigadas Báder, cercanas al partido mayoritario del Gobierno iraquí. Ambos grupos han protagonizado enfrentamientos en las calles del país. Al Sáder ha anunciado estar dispuesto a luchar incluso contra sus correligionarios chiíes para evitar que se apruebe el borrador de la nueva Constitución.

Paralelamente, 36 cadáveres han sido hallados hoy en la provincia chií de Wasit, al sur de Bagdad, con heridas de bala, según la policía iraquí.