La protesta 'piquetera' se radicaliza y bloquea el centro de Buenos Aires
Cientos de personas permanecen acampadas en la Plaza de Mayo
A pesar de haber tenido el respaldo implícito y explícito del Gobierno de Néstor Kirchner en numerosas ocasiones, las organizaciones piqueteras han puesto en el punto de mira de sus protestas a la Casa Rosada, y lo han hecho literalmente. Desde el pasado martes, y hasta hoy, cientos de personas permanecen acampadas en la Plaza de Mayo, frente a la sede de la presidencia de la República para exigir, entre otras cosas, subidas en los subsidios que reciben y la puesta en libertad de varios piqueteros encarcelados por diversas acusaciones.
La situación se hizo especialmente caótica ayer con numerosos cortes de calles y campamentos improvisados en otra zona de la capital argentina. Durante toda la semana el centro de Buenos Aires se ha convertido en el escenario de las movilizaciones piqueteras con cortes de calles, manifestaciones no anunciadas y unas 40 tiendas de campaña plantadas en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. La Casa Rosada aparece encajonada por las vallas instaladas por la policía para evitar que se pueda acceder hasta ella. En los alrededores deambulan algunos piqueteros encapuchados y portando garrotes. Muchos comercios de la zona han cerrado y los turistas no visitan el lugar.
Además, una de las principales avenidas del centro se vio invadido ayer por camiones de gran tonelaje que eran obligados a desviarse hacia esa ruta por piqueteros, que habían bloqueado una de las calles que corren paralelas a la zona de aduanas y el puerto. Otras importantes avenidas y calles de la capital federal fueron también totalmente cortadas ante la pasividad total de la policía que no intervino en ningún momento a pesar del caos de tráfico originado en la ciudad. Pero la mera presencia de policías, aunque fuera para regular el tráfico, ha sido criticada por los dirigentes piqueteros. "Ha habido intentos de represión. Nos han rodeado con camiones", denunció ayer Antonio Vito, uno de los dirigentes, sobre la actitud de la policía. Los piqueteros han amenazado con bloqueos en los principales accesos a la capital argentina como los peajes de las autopìstas, además del ya casi cotidiano corte del puente Pueyrredón que comunica la Capital Federal con Avellaneda y donde anoche se disponían a levantar otro campamento.
Paradojas del Gobierno
Paradójicamente, el Gobierno niega que la protesta sea obra de los piqueteros -—"en Argentina no hay piqueteros", aseguraba el pasado miércoles el ministro de Interior, Aníbal Fernández— y acusa a "organizaciones de izquierda" de estar detrás de las movilizaciones. Entre las organizaciones piqueteras que participan en la protesta están, entre otros, la Corriente Clasista Combativa, el Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, el Polo Obrero y el Frente de Trabajadores Combativos. Los convocantes tienen la intención de marchar hoy hacia la plaza de Mayo para manifestarse junto a los acampados frente a la Casa Rosada.
Sin embargo comienzan a alzarse las voces que advierten de que la pasividad del Gobierno ante el conflicto no sólo no está rebajando los ánimos sino que está encrespando todavía más el conflicto. Ayer en el diario La Nación el analista Joaquín Morales Solá denunciaba que "es inexplicable que la ocupación de la Plaza de Mayo les haya parecido [a los piqueteros] una operación sencilla. Ya es discutible que el Gobierno no haya encontrado otra estrategia que la que encierra la nada y la parálisis frente a los piqueteros, pero es increíble que, además, no pueda prever e impedir la ocupación de la principal plaza pública del país. Una buena dotación de policías era suficiente para frenar el paseo piquetero. O faltaron reflejos o el temor electoral se ha convertido en pánico". A diferencia de en otras ocasiones, la ola de protestas incontroladas se ha extendido al interior del país donde ha habido cortes de carreteras con algunos incidentes. El más grave se produjo en El Chaco, al norte del país, cuando dos camioneros sufrieron heridas por disparos con perdigones durante un forcejeo con los piqueteros. También un autobús de pasajeros que se dirigía a Uruguay fue apedreado.
La movilización piquetera se produce a los pocos días de que el dirigente piquetero Manuel Castells, acusado de intento de extorsión por el asalto a una hamburguesería durante una protesta, fuera puesto en libertad tras 58 días en huelga de hambre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.