Bono cree que su reunión con Rumsfeld pone las bases para una cooperación militar "inmejorable"

El ministro de Defensa español, José Bono, de viaje oficial en Estados Unidos, se ha reunido esta tarde con el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, encuentro con el que, según ha explicado, "se han puesto las bases para que la relación en materia de defensa" entre ambos países sea "inmejorable". El responsable norteamericano ha calificado la entrevista como "muy buena" —Bono ha dicho "muy cordial, franca y fructífera—, y ha explicado que han tratado, entre otros temas, la venta de armas de España a Venezuela y el posible fin del embargo militar a China por parte de la Unión Europea.

Rumsfeld ha recibido a Bono en la escalinata de la sede principal del Pentágono, flanqueado por una escolta de guardia de honor. Ambos mandatarios, con un pin en la solapa con la bandera del otro país, se han reunido durante 50 minutos para afinar los mecanismos de cooperación militar pero sin entrar en la piedra de toque del quebranto diplomático de los últimos tiempos, la guerra de Irak y la posterior retirada de las tropas españolas de ese país tras la llegada al poder del nuevo Ejecutivo socialista. En ese sentido, Rumsfeld ha afirmado hoy tras la reunión: "Nos sentimos mal en su día, pero hemos decidido seguir adelante".

Ya en febrero, con motivo de la reunión de la OTAN en la ciudad francesa de Niza, Rumsfeld celebró una cordial reunión de casi una hora con Bono, escenificando el inicio de la reconciliación que debían sellar hoy. Tras el encuentro, el secretario de Defensa estadounidense se dirigió a los medios de comunicación para anunciar que había invitado a Bono a una cumbre en Washington en el marco del Comité Bilateral de alto nivel. Se trata de la primera vez que se reúne este comité, creado en enero de 2001 para definir las relaciones entre España y EE UU en el ámbito de la defensa, y presidido por ambos ministros.

Bono, por su parte, coincidió con su interlocutor en que el encuentro había sido "muy cordial", y explicó que el entendimiento con Rumsfeld había sido "total", con lo que se "rompe una situación de frialdad". "La conclusión evidente es que la relación no sólo está normalizada, sino que tendrá su concreción", añadió entonces. Ayer, defendió en el primer día de su visita oficial a Estados Unidos la "indispensable" participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el terrorismo. En un discurso sin alusiones a los temas más espinosos de la relación bilateral, Bono puso el acento en la "magnífica" colaboración entre los militares estadounidenses y españoles en Afganistán, en vísperas del despliegue escalonado del nuevo contingente español, de hasta 540 efectivos. Antes, el político español había visitado el cementerio de Arlington, donde rindió un homenaje ante la tumba del soldado desconocido —que alberga restos de militares estadounidenses muertos en cuatro guerras del pasado siglo, las dos mundiales, Corea y Vietnam—.

Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y España se engrasan en los últimos meses con encuentros de cada vez mayor calado entre responsables de área, a la espera de que Washington condescienda a celebrar una cumbre entre el presidente estadounidense, George W. Bush, y el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Hace unas semanas, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se reunió con la consejera de Estado norteamericana, Condoleezza Rice; en la rueda de prensa posterior, Moratinos aseguró que ya no existían trabas para el vis a vis de Zapatero y Bush. Sin embargo, por el momento parece que las relaciones diplomáticas seguirán a nivel ministerial. Después de Bono, viajarán a Washington los responsables de Interior, José Antonio Alonso; de Justicia, Juan Fernando López Aguilar (que llega a Estados Unidos mañana); y de Educación, María Jesús Sansegundo.