Bush mantiene una cena de trabajo con Chirac para sincronizar agendas y cerrar la crisis
El presidente de Estados Unidos tiende la mano en Bruselas para inaugurar una "nueva era" tras la brecha trasatlántica provocada por la guerra de Irak
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha escenificado hoy en Bruselas la recomposición de las relaciones trasatlánticas, deterioradas a raíz de la guerra de Irak, y ha propuesto que se inaugure una "nueva era" entre ambas orillas. Y resulta difícil encontrar mejor ejemplo de esta reconciliación que la reunión de trabajo que mantiene esta noche con el presidente francés, Jacques Chirac, encarnizado enemigo de la intervención militar iraquí. Con él cena hoy Bush.
Los dos mandatarios han hecho público un comunicado en el que exigen a Siria que retire sus tropas de Líbano y que no interfiera en las elecciones parlamentarias que se celebrarán en ese país. Además, han condenado la muerte en un atentado hace unos días del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, y han abogado porque Naciones Unidas investigue este suceso.
Horas antes, el presidente norteamericano ha dado un discurso conciliador en Bruselas (Europa ha sido el objetivo del primer viaje al extranjero de su segundo mandato), que ha cerrado con una frase del escritor francés Albert Camus: "La presión no es la aliada del futuro, es la táctica desesperado de unos pocos retrógrados". Dirigiéndose a los líderes de la UE, ha asegurado: "Si actuamos juntos ningún poder del mundo nos dividirá". En su revisión de los puntos calientes del planeta, se ha felicitado por la tregua en Oriente Próximo, ha pedido a Siria que abandone Líbano, y ha exigido que Irán abandone sus planes nucleares.
Oriente Próximo ha centrado gran parte del discurso de Bush. El presidente norteamericano ha calificado el momento que vive la región de "gran oportunidad" y ha asegurado que su país no permitirá que "otra generación crezca en Tierra Santa entre la violencia y la desesperanza". También ha hecho referencia a Irak y Afganistán, donde según él se ha constatado "el progreso democrático". "Algunos europeos están en la lucha contra la opresión, otros no, pero admiran nuestra valentía", ha asegurado.
El presidente norteamericano también ha hecho una referencia a la solidaridad mundial, demostrada con la reciente movilización para paliar los efectos del tsunami y, como no podía ser de otra manera, también ha aludido al terrorismo, al que derrotaremos "con más prosperidad y libertad".
Poco antes, su anfitrión, el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, ha sugerido a Bush la organización semestral de una reunión informal de los ministros de Exteriores europeos y de la secretaria norteamericana de Estado para discutir los grandes asuntos políticos. En este foro, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos pueden profundizar en las relaciones bilaterales y hablar de materias como Oriente Medio, África, la lucha contra el terrorismo y las armas de destrucción masiva, explicó Verhofstadt.
La de hoy en Bruselas es la primera jornada de una visita oficial que tiene la clara misión de limar asperezas con el viejo continente después de las profundas heridas que sufrieron las relaciones transatlánticas durante la guerra en Irak. Bush, acompañado de su esposa Laura, fue recibido anoche en el aeropuerto internacional de Bruselas, por Verhofstadt y los tres embajadores estadounidenses en el país, representantes ante la OTAN, la UE y Bélgica, respectivamente. El presidente permanecerá en Bruselas hoy y mañana. Tras reuniones con los aliados en la sede de la OTAN y un encuentro con el Consejo Europeo, Bush viajará el miércoles a Mainz (Alemania) y a Bratislava, donde está prevista el jueves una cumbre con el presidente ruso, Vladímir Putin.
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