Las regiones ucranias afines al primer ministro amenazan con exigir más autonomía

La región ucrania de Donetsk, favorable al primer ministro, Viktor Yanukóvich, ha convocado para el 5 de diciembre un referendum para convertirse en una república dentro de una Ucrania federal. Es la respuesta de los afines al primer ministro al desafío planteado por la oposición prooccidental encabezada por Viktor Yushenko, que denunció fraude masivo en las elecciones presidenciales del domingo pasado y ha desatado una gran revuelta popular que amenaza la estabilidad del país mientras se espera el veredicto del Tribunal Supremo sobre la validez de los comicios.

El Gobierno de Donetsk, una region minera del este de Ucrania, ha optado por el referéndum en una votación en la que los partidarios de la secesión han impuesto su criterio por 156 votos a 1. "No vemos otra forma de defender los intereses" de la región, ha declarado Boris Kolesnikov, alcalde de la ciudad de Donetsk. La reacción de Donetsk no es aislada, ya que varias de las regiones del este, partidarias de Yanukóvich, que hoy las ha visitado, han amenazado con crear una "autonomía del sureste" si la revuelta organizada por la oposición consigue su objetivo, esto es, que las elecciones del domingo sean declaradas nulas. Yushenko denunció un fraude masivo en las elecciones del domingo, denuncia avalada por los observadores internacionales, la UE y EE UU.

Tras la decisión del Parlamento, que ayer declaró ilegítimas las presidenciales, dando nuevos ánimos a la revuelta popular, los partidarios del primer ministro prorruso han reaccionado con contundencia: "si se aceptan las demandas de la oposición, cuidado, porque podemos organizarnos por nuestra cuenta", vienen a decir. Así lo han acordado tras la visita de Yanikóvich a su feudo.

La reacción hace oídos sordos a las demandas del actual presidente, Leonid Kuchma, valedor de Yanukóvich, que hoy ha pedido un esfuerzo a las fuerzas políticas, que negocian una salida a la crisis, para alcanzar un compromiso "absolutamente necesario" a fin de "evitar consecuencias imprevisibles". Aún así, él mismo se ha mostrado pesimista sobre el desarrollo de las conversaciones, que encuentran "considerables dificultades" y "nadie puede decir a qué clase de compromiso se puede llegar o siquiera si se llegará a alguno. También Yanukóvich ha llamado hoy a los suyos a no tomar "medidas radicales" ante el riesgo de "derrumbamiento rápido" del estado ucranio "si no somos capaces de preservar la estabilidad y la paz".

Victoria moral

Mientras, miles de personas siguen en las calles del país, en su mayoría simpatizantes de la oposición, liderada por Viktor Yúshenko, el candidato prooccidental que perdió oficialmente las elecciones del domingo pasado pero que denunció un fraude masivo y desató la actual revuelta popular. Pese a que la oposición ha instado a sus seguidores a que se tomen un día de descanso a la espera de que el Tribunal Supremo decida mañana sobre la validez de las elecciones, pocos se han marchado a casa.

Y menos después de la victoria moral que supuso para ellos la decisión de ayer del Parlamento que, aun sin capacidad para anular los comicios, los declaró inválidos al por considerar que las irregularidades registradas no permiten considerar que se haya expresado la voluntad popular. El Parlamento se planteó también emprender acciones legislativas que podrían conducir a nuevas elecciones. Su decisión, fijada en una resolución votada por 307 de los 415 asistentes, no equivale a una tregua entre los dos bandos enfrentados. Tiene carácter político y moral, pero no es jurídicamente vinculante y se integra en un panorama más complejo. La repetición de las elecciones "antes de fin de año" es la opción preferida por la UE y la mayoría de actores internacionales que avalaron las denuncias de fraude de Yushenko y los suyos.