El Gobierno turco da marcha atrás y retira su proyecto de ley para penalizar el adulterio
Unas 300 personas, en su mayoría mujeres, se manifiestan en Ankara contra los planes del Gobierno
El Gobierno turco no someterá al Parlamento su controvertido proyecto de ley de criminalización del adulterio en el marco de los debates que han arrancado hoy para la reforma del código penal, según ha informado el jefe de la oposición parlamentaria, Deniz Baykal. Esta marcha atrás se produce después de fuertes presiones de varios gobiernos europeos y después de que unas 300 personas, en su mayoría mujeres, se hayan manifestado esta mañana en el centro de Ankara contra la reforma, con la que se pretendía tipificar el adulterio como un delito. Los manifestantes, llegados de varias provincias del país y congregados en una zona peatonal, respondían al llamamiento de varias ONG feministas y de apoyo a los homosexuales.
El jefe del socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) ha precisado a la prensa, a la salida de un encuentro sorpresa con los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia, Abdulá Gul y Cemil Cicek, respectivamente, que sólo las mociones conjuntas (formadas por la mayoría gobernate y la oposición) serán presentadasal Parlamento para enmendar el proyecto de código. Sin embargo, el proyecto que preveía volver a penalizar el adulterio en el código penal como un delito suceptible de penas de prisión sólo era defendido por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamistas moderados), en el poder.
En principio, el proyecto de reforma del Código Penal tenía como fin aumentar las posibilidades del país de entrar en la Unión Europea (UE) ampliando las libertades individuales y reprimiendo la tortura. No obstante, varios dirigentes del AKP, entre ellos su jefe, el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, anunció su intención de volver a introducir el delito del adulterio, abolido de las leyes turcas en 1996. A menos de un mes de la presentación del informe de la Comisión Europea sobre los progresos de Turquía en materia de democratización y derechos humanos, dependiendo del cual los dirigentes europeos decidirán el 17 de diciembre abrir o no las negociaciones de adhesión con Ankara, la propuesta ha provocado un torrente de críticas en varias capitales de la UE.
Protestas de Londres, París y Madrid
Ferviente partidaria de la adhesión turca, Londres estimó ayer, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, que "si esta propuesta tiene fuerza de ley, creará dificultades para Turquía". Por su parte, su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, deseó que "este tipo de medidas no se adopten", porque constituirían una señal "negativa" en un momento en el que las autoridades de Ankara "deben acercarse" a la normativa de la UE.
El responsable francés de Exteriores, Michel Barnier, aseguró por su parte que "los europeos están muy vigilantes" con los progresos de Turquía en el ámbito del derecho de la mujer y la organización de la sociedad en general. También la Comisión Europea volvió a llamar la atención a las autoridades turcas, a las que recordaron que el comisario de la Ampliación, Günter Verheugen, ya había enviado una "advertencia amistosa" a Ankara durante un viaje a Turquía la semana pasada. Tras estas presiones, el ministro de Cultura y Turismo, Erkam Mumcu, y otros diputados del AKP se opusieron a considerar el adulterio como un delito.
El proyecto también ha despertado una fuerte oposición interna. "Nuestro cuerpo nos pertenece, abajo las manos", gritaban esta mañana 300 mujeres enarbolando carteles donde se podía leer "Diputados acaben la violencia [contra las mujeres] en lugar de tratar el adulterio", acompañado de fotos de mujeres víctimas de "crímenes de honor" en este país musulmán con tradiciones patriarcales.
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