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Los milicianos del clérigo radical Al Sáder abandonan la mezquita de Nayaf a los fieles chiíes

El líder religioso llegó a un acuerdo ayer con el gran ayatolá Al Sistani para acabar con los combates en la ciudad santa

Las llaves del mausoleo del imán Alí ya se encuentran en poder del imán Ali Ben Taleb, la autoridad religiosa del santuario más venerado de la rama chií del islam. El Ejército de Mahdi, las milicias del clérigo radical Múqtada Al Sader, se han retirado del templo tras usarlo durante tres semanas como refugio ante los ataques de la policía iraquí y de las fuerzas estadounidenses. Atrás han quedado centenares de muertos en los combates, a los que hay que sumar los cadáveres que se han encontrado en las mazmorras del mausoleo.

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El abandono del recinto ha sido posible merced al acuerdo de paz entre el gran ayatolá Alí al Sistani, el máximo líder religioso de la comunidad chií en Irak y de perfil moderado, con el clérigo radical Múqtada Al Sáder, que ha manifestado rifle en mano su oposición a la presencia estadounidense en el país. Tras una temporada hospitalizado en Londres, Al Sistani regresó ayer a Nayaf para poner fin a un conflicto de tres semanas, que había degenerado en un cerco al mausoleo que amenazaba con, además de acabar en matanza, destruir el lugar santo.

Al Sistani convocó a decenas de miles de chiís a acompañarle, mientras Al Sáder hacía lo propio con sus seguidores. Las dos marchas confluyeron ayer en Nayaf, donde casi un centenar de personas murieron en enfrentamientos mientras los dos líderes chiís negociaban la paz. A la postre, llegaron a un acuerdo que fue bendecido después por el Gobierno interino iraquí.

El plan de paz obliga a las milicias del Ejército del Mahdi a abandonar el mausoleo; además, estipula que las tropas estadounidenses abandonen la ciudad santa para dejar el control de la seguridad en manos de la policía iraquí. Por su parte, el Ejecutivo deberá garantizar la libertad de Al Sáder y pagar indemnizaciones a todos los afectados por los combates librados desde el pasado 5 de agosto. Por último, los miles de chiíes que acudieron a la llamada de Al Sistani podrán entrar en grupos organizados al santuario. Muchos de ellos han marchado hoy por las calles de Nayaf para celebrar la liberación de la ciudad santa.

Mientras los milicianos de Al Sáder se replegaban de sus posiciones, centenares de creyentes chiíes entraban en el patio de la gran mezquita del imán Alí, tratando de llegar a la tumba del fundador de la Chía en medio de un desolador panorama de guerra: cascotes, casquillos de bala, restos de comida, cristales rotos, manchas de sangre y huellas de fuego que eran visibles en las calles adyacentes y en el interior del propio templo.

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Al mausoleo ha entrado hoy también la policía iraquí que lo cercó con ayuda de Estados Unidos durante semanas, y ha informado del hallazgo de "varios cuerpos de civiles y agentes" —al menos 25, según la agencia de noticias francesa AFP— en las mazmorras del tribunal instalado por Al Sáder cerca del lugar santo.

Un civil abraza a un miliciano de Al Sáder tras el pacto alacanzado con Sistani.
Un civil abraza a un miliciano de Al Sáder tras el pacto alacanzado con Sistani.AP

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