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Shirin Ebadi recibe el Nobel de la Paz con un alegato contra la guerra de Bush

La iraní critica a los que "abusan del Corán para justificar gobiernos despóticos" y expresa su deseo de que el premio sirva de "inspiración" a los demócratas islámicos

La abogada iraní Shirin Ebadi, de 56 años, ha recibido esta mañana el Premio Nobel de la Paz 2003 en el Ayuntamiento de Oslo, otorgado en reconocimiento a su lucha a favor de los Derechos Humanos, sobre todo de mujeres y niños. En su discurso, la primera mujer musulmana que recibe este prestigioso galardón ha criticado tanto "a quienes abusan del Corán para defender gobiernos despóticos" como a los que, bajo el paraguas del 11-S, "violan principios fundamentales y el derecho internacional", como ocurre con los presos de la guerra de Afganistán, retenidos de forma ilegal en la base de Guantánamo.

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Ebadi, vestida con un traje color champaña y desafiando a los islamismistas al acudir a la ceremonia sin velo, ha recibido el premio de manos del presidente del Comité Nobel, Ole Danbolt Mjos, durante un acto marcado por la ausencia del rey Harald de Noruega, operado el lunes de un cáncer, pero al que han asistido el príncipe heredero Haakon y la reina Sonia. "Todas las personas deben gozar de derechos fundamentales y, en un momento en que el islam es considerado diabólico en muchos lugares de Occidente, era el deseo del Comité del Nobel subrayar la importancia de alentar el diálogo entre los pueblos y las civilizaciones", ha destacado Mjoes en su discurso, que ha dado paso a Ebadi.

En su presentación, Mjos ha declarado que el premio -que consiste en un diploma, una medalla de oro y un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,12 millones de euros)- se ha concedido "a la persona adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado". Cuando se anunció, "no todos conocían su nombre, pero el mundo entendió de inmediato lo que el Comité quería decir: que todas las personas tienen los mismos derechos y por otro, que hay que mantener el diálogo entre Occidente y el islam".

Los valores del islam

Las primeras palabras de la abogada iraní, que ha hablado en su lengua materna, el persa, han sido para las "masas de mujeres" que luchan por sus derechos en el mundo islámico, en cuyo nombre ha asegurado recibir el galardón, al tiempo que se ha mostrado convencida de que este reconocimiento será "una inspiración" tanto para ellas como para los demócratas de la región. "La magnitud de esta bendición abarcará a todos los individuos que aman la libertad y buscan la paz, sean hombres o mujeres" en Irán y en la región, ha señalado la activista proderechos humanos.

Ebadi, una musulmana practicante, ha subrayado en su discurso los valores y la "cultura humanitaria" de su país y del islam, pero ha tenido también duras críticas para quienes "abusan del Corán" para defender estructuras patriarcales. "Muchos musulmanes, bajo el pretexto de que la democracia y los derechos humanos no son compatibles con las enseñanzas del islam y su tradición, justifican gobiernos despóticos", ha advertido. Para Ebadi, los atentados del 11 de septiembre de 2001 sirven también de pretexto a otros países, incluidas las democracias occidentales, para "violar principios fundamentales y el derecho internacional", en una referencia clara y apenas disimulada a la lucha contra el terrorismo internacional emprendida hace dos años por Estados Unidos. En este punto, Ebadi ha mencionado el caso de Guantánamo.

En este punto, la abogada, primera juez en la historia de su país, ha denunciado la "doble moral" de algunos estados que hace que, por ejemplo, las numerosas resoluciones de la ONU cuando se trata de los territorios palestinos e Israel no se apliquen, mientras en el caso de Irak se llegue hasta la ocupación militar. La flamante Premio Nobel ha negado que exista una guerra de civilizaciones y ha expresado su alegría por "el apoyo y la solidaridad de la sociedad civil internacional" a su lucha.

La abogada iraní, sin velo islámico, sostiene el certificado del galardón, que ha recibido hoy en Oslo.
La abogada iraní, sin velo islámico, sostiene el certificado del galardón, que ha recibido hoy en Oslo.AP

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