La Europa de los 25 busca en Nápoles un acuerdo sobre la futura Constitución
España muestra su "sorpresa y desilusión" ante la postura de la presidencia italiana, y reitera como "inaceptable" el reparto de poder estipulado en la Carta Magna
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea transitan desde hace unas horas y hasta mañana por el último pedazo de tierra firme sobre el que construir un acuerdo provisional al respecto del reparto de poder en la Europa de los 25, antes de que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas el 12 y 13 de diciembre diga la última palabra definitiva. La ronda de reuniones no ha comenzado bien para España, que se ha encontrado navegando con el viento en contra ante la postura anti Niza adoptada según Ana Palacio por la presidencia italiana.
La ministra española ha mostrado su "sorpresa y desilusión" por las propuestas y declaraciones de la presidencia de la UE, que en su opinión transmiten una "visión poco equilibrada y comprensiva de la reforma de Niza". La ronda de negociaciones que ha comenzado poco antes de la diez de la mañana en la ciudad italiana de Nápoles tiene como objeto aclarar el camino para lograr un consenso entre los dos bloques enfrentados a cara de perro en el seno de la Unión: los que apoyan el reparto de poder pactado en la Cumbre de Niza (entre los que se cuenta España) y los que prefieren la opción dibujada en el borrador final de Constitución europea (con Francia y Alemania a la cabeza).
En esencia, lo que los italianos han dicho hoy y ya anunciaron en cualquier caso ayer es que en estas negociaciones no se abordarán, al menos formalmente y por escrito, los puntos más sensibles de la polémica, como lo son el sistema de voto y la composición de las futuras Comisiones. La postura española pasa porque estos encuentros previos a la incorporación el próximo mes de mayo de los 10 nuevos miembros sirvan para complementar y definir el texto acordado en Niza, y no para sustituir sus mecanismos por los definidos en la Constitución, algo que para Palacio sería "poco razonable", dado que el borrador de Carta Magna "es inaceptable".
Dos modelos enfrentados
El Tratado de Niza, suscrito en diciembre de 2000, dibuja un reparto de votos en el Consejo de la UE según el cual España y Polonia tienen 27 cada uno, sólo dos menos que Alemania y Francia, y le resulta poco complicado lograr el apoyo de países medianos y pequeños para bloquear acuerdos de los grandes países (la llamada minoría de bloqueo será de 90 votos sobre un total de 345). Se trata del tradicional sistema de voto ponderado en la UE, por el que el peso de cada país no guarda una relación directa con la población.
Por el contrario, el proyecto constitucional prevé que las decisiones en el Consejo serán válidas cuando sean apoyadas por una mayoría de Estados (la mitad más uno) que representen al menos al 60% de la población. Es el sistema denominado de "doble mayoría", por el que el poder de cada país en el Consejo está en relación directa con su población. Así, Alemania (82 millones de habitantes) tiene el 17% de los votos, Francia el 13% y España el 8%. Por tanto, se dispara la diferencia entre España y los grandes y, a la vez, disminuyen las posibilidades españolas de bloqueo porque sus potenciales aliados, medianos y pequeños, ven reducido su peso a la mínima expresión por ser países con escasa población.
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