Sharon aboga por negociar con Qurei presionado por la plana mayor del Ejército israelí
El jefe del Estado Mayor considera "contraproducente" la presión sobre Cisjordania y Gaza
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha afirmado hoy que reanudará las negociaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tan pronto como lo desee su homólogo palestino,Ahmed Qurei (Abu Alá), y ha añadido que se abre "la puerta de una nueva oportunidad de paz". Estas sorprendentes declaraciones se producen tras las críticas vertidas desde la izquierda pacifista, a las que se ha sumado hoy el jefe del Estado Mayor, Moshé Yaalón, y algunos de los generales de la plana mayor del Ejército, quienes consideran "contraproducente" la presión militar sobre Cisjordania y Gaza.
Sharon ha señalado esta noche en un acto público en Tel Aviv que la falta de contactos a alto nivel entre Israel y la ANP se debe a que los palestinos son reacios: "La razón por la que no tenemos contactos a nivel de primer ministro se debe a que los palestinos han pedido tiempo para ermitir al nuevo jefe de gobierno de la ANP que estabilice su gabinete". Según Sharon, "hubo una petición palestina en ese sentido" y la ha aceptado, pero nosotros estamos preparados para negociar en cualquier momento".
El primer ministro israelí ha indicado, no obstante, que la comunicación es fluida y que hay contactos entre representantes de los dos gobiernos, aunque de bajo nivel. En declaraciones unas que han asombrado a la opinión pública israelí debido a la tradicional pasividad de Sharon para resolver el conflicto por la vía diplomática, el jefe de gobierno israelí ha señalado que "estamos ante la puerta de una nueva oportunidad de llegar a una calma y a la paz", sin ofrecer más detalles.
Varios ministros respaldan a Yaalón
Este discurso contrasta con declaraciones previas de miembros de su Gobierno en el sentido de que éste no dialogaría con Qureia por considerarlo "una marioneta" del presidente palestino, Yaser Arafat, a quien Israel boicotea. En general, la política oficial de Israel bajo el signo de Sharon defiende que no se mantendrán conversaciones políticas en tanto no cese la violencia de los palestinos y se complete al pie de la letra la primera fase de la Hoja de ruta, que exhorta a un vasto plan de reformas institucionales en la ANP. En todo caso, las buenas palabras de Sharon han sido tomadas hoy con recelo por la prensa israelí, que las considera una cortina de humo para desviar la atención que han suscitado los dos casos de presunta corrupción por los que ayer fue interrogado durante siete horas.
Además coinciden con una insistente crítica de la izquierda pacifista contra un Gobierno cuyas fórmulas para reprimir el alzamiento sólo han causado un deterioro de la situación. A estas críticas se han sumado esta semana las del jefe del Estado Mayor, Moshé Yaalón, y las de algunos de los generales de la plana mayor del Ejército, que consideran "contraproducentes" la presión militar a la que se somete la población civil de Cisjordania y Gaza, que vive bajo un continuo bloqueo y humillación. Varios ministros del propio Gobierno de Unidad de Sharon, entre ellos sus dos viceprimer ministros, Silván Shalom y Ehud Olmert, han expresado su respaldo a Yaalón.
Mientras tanto, unos 80.000 musulmanes han acudido hoy a rezar en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén en el primer viernes del mes de Ramadán, aunque la Policía israelí ha prohibido la entrada de varones menores de 45 años o mujeres menores de 35. En cambio, ha permitido la la entrada en Israel a 5.000 palestinos de Cisjordania y Gaza para que asistan a los rezos, a pesar del bloqueo militar impuesto en ambos territorios desde el comienzo de la Intifada de Al Aqsa en la Explanada de las Mezquitas hace más de tres años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.