El atentado de Nayaf pone en serio riesgo la unidad de la comunidad chií

Al menos 2.000 chiíes se han concentrado en la plaza de la ciudad santa de Nayaf para asistir a los funerales de los dos guardaespaldas y el chófer del principal líder religioso chií en la localidad, muertos ayer en un atentado contra la familia del ayatolá. La tensión se ha notado en las calles de Nayaf y la comunidad religiosa ha pedido venganza.

"Muerte, muerto a los que cometieron este acto", gritaban los asistentes al funeral. Los manifestantes llevaban banderas verdes y negras, los colores del Islam y de la comunidad chií, y retratos del ayatolá Hakim. Entre los asistentes, también se han escuchado proclamas a favor de mantener la unidad entre los chiíes, ya que el ayatolá había reconoció haber recibido amenazas de muerte sin precisar su origen.

Una lucha de influencias opone a la Hawza (la más importante autoridad religiosa chií), que exhorta a los chiíes a la paciencia frente a la ocupación estadounidense, con el joven imán radical Moqtada al Sadr, que predica en la ciudad vecina de Kufa.

El jeque Kadi ha asegurado que la actitud pacífica de la Hawza fue la razón del atentado. "Desde que terminó la guerra y hasta ahora, las regiones chiíes no han manifestado ninguna resistencia contra los estadounidenses", ha declarado. "Son los ulemas que predican al pueblo la paciencia y la paz los que están en la mira", ha agregado. Todo indica que la unión de esta comunidad religiosa está a punto de resquebrajarse y acabar en violencia.

El atentado, ocurrido ayer por la tarde, estaba dirigido contra la casa del ayatolá Hakim, uno de los cuatro marjaa (referencias religiosas supremas) de la Hawza (la más importante autoridad religiosa chií) de Nayaf. Dos guardaespaldas y un empleado del dignatario religioso murieron a consecuencia de la explosión y por lo menos otras seis personas resultaron heridas.