Tres nuevos seísmos siembran el pánico en Argelia
No ha habido víctimas pero la población se ha echado precipitadamente a las calles
La tierra no deja de temblar en Argelia, sembrando el pánico entre la población. Esta madrugada tres nuevas sacudidas sísmicas de 5,8, 4,2 y 3,7 en la escala de Richter han afectado a la región de Argel, lo que ha provocado la desmoralización en una nación angustiada por la sucesión de movimientos telúricos. Esta vez no ha habido víctimas.
Con el recuerdo aún fresco del fortísimo terremoto que el pasado 21 de mayo dejó 2.251 muertos, según el balance aún provisional, los habitantes de Argel se han vuelto a echar precipitadamente a las calles esta madrugada ante el temor de que los nuevos seísmos derribaran sus viviendas y los sepultaran.
Las mismas escenas de pánico de días pasados se han repetido y muchas personas han pasado el resto de la noche acostados en aceras y jardines bajo el abrigo de las mantas. En la barriada de Bab El Ued varios edificios se agrietaron sin que se produjeran víctimas y se desconoce los daños que puede haber producido en el epicentro de esta sacudida, que se sitúa en la aldea de Zemmuri, a 60 kilómetros al este de Argel.
A la espera de un gran cataclismo
Y por si los temblores de tierra no fueran suficientemente aterradores un grupo de geólogos franceses llegados ayer a Argel ha afirmado que, con mayor o menor rigor, puede predecirse que en un lapso de tiempo de tres a cuatro años se producirá un gran cataclismo en la llamada fosa mediterránea.
Los expertos estiman que no sería de extrañar que en ese tiempo tuviera lugar un seísmo de 8 a 9 grados en la escala de Richter, lo que podría suponer la destrucción de ciudades y la muerte de miles de personas, dependiendo del lugar del epicentro.
Todas estas conjeturas intranquilizan a la gente, que desconfían también de los cálculos del Centro de Astrofísica porque predijo que las réplicas irían disminuyendo en intensidad y ha ocurrido todo lo contrario.
El integrismo saca tajada
Quien parece haber recuperado puntos políticamente en este drama que vive Argelia es el sector más radical del integrismo, que envió a los lugares afectados a cientos de barbudos en una labor de atención social y proselitismo.
La tesis de los integristas sostienen que las sacudidas "son un castigo de Alá por los múltiples pecados que se han cometido", en alusión a la "depravación" de las costumbres occidentales, el consumo de alcohol, la prostitución y otros males condenados por el Islam.
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