Las autoridades argelinas elevan a 1.759 las víctimas mortales por el terremoto
Los equipos de socorristas extranjeros han logrado sacar con vida a 8 personas durante las últimas 36 horas
El violento terremoto que el pasado miércoles sacudió Argel y su región causó 1.759 muertos, según el último balance provisional hecho público hoy por el ministerio de Interior del país. Al menos hay 7.658 heridos. Entre la tragedia se vivieron ayer momentos de esperanza cuando los equipos de rescate lograron sacar con vida de entre los escombros a varias personas más de 30 horas después del seísmo.
En Bumerdés, la zona más afectada por el terremoto, hubo 1.110 muertos y 2.628 heridos. En Argel, capital del país, 638 muertos y 4.323 heridos. En otras zonas afectadas se han registrado 11 muertos y 707 heridos.
En total los equipos de socorrismo han rescatado a ocho personas durante las últimas 36 horas. Se desconoce por el momento la nacionalidad de los equipos extranjeros que llevaron a cabo estas proezas. Equipos de más de quince nacionalidades han llegado a Argelia para ayudar en esas labores de rescate. Entre los primeros en llegar se encuentran franceses, españoles, italianos, suizos y alemanes.
Ayuda de EE UU
Lo que sí se sabe es que fueron miembros de Bomberos sin Fronteras, un grupo con sede en Algemesí (Valencia), los que salvaron a una pequeña de cuatro años en Bumerdés. Otro equipo francés logró rescatar a Yusra Hammeniche, una niña de dos años que estaba en casa de su abuela en el momento del terremoto.
Esta madrugada, desde el otro lado del Atlántico, el presidente estadounidense, George W. Bush, telefoneó esta madrugada al presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, para reiterarle la disposición de los EE UU a ayudar a restañar las heridas causadas por el terremoto. Un primer avión militar norteamericano aterrizó ayer en el aeropuerto de Argel con ayuda humanitaria.
Buteflika se enfrenta en su país a una oleada de descontento popular por la lentitud en las tareas de rescate. Los ciudadanos se movilizan a favor de las víctimas pero no dudan en airear sus quejas ante la prensa internacional. Mientras, la televisión nacional ofrece imágenes que muestran una eficaz organización de los trabajos de ayuda.
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