El Consejo de Seguridad aprueba la resolución que pone fin a 13 años de sanciones sobre Irak
París, Berlín y Moscú firman el texto, que deja Irak en manos de EE UU y Reino Unido
Después de 13 años, el embargo que pesaba sobre Irak, impuesto tras la ocupación de Kuwait por parte de Sadam Husein, ha quedado levantado. 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas -Siria no ha acudido a la reunión por un problema de tiempo- han votado a favor del proyecto de resolución presentado por EE UU, Reino Unido y España. La 1.483 pone fin a las sanciones económicas impuestas al extinto régimen de Sadam, prevé un plazo de seis meses para acabar con el programa Petróleo por Alimentos, que prohibía las exportaciones iraquíes de crudo, y reconoce la autoridad y las responsabilidades de las tropas anglo-estadounindeses como potencias ocupantes para dirigir el país hasta que lo pueda hacer un Gobierno representativo iraquí, aunque contempla el nombramiento de un representante especial del secretario general, Kofi Annan, que trabajará con la coalición.
Incluso los más reacios a la intervención militar sobre Irak, Francia, Rusia, Alemania y China, votado a favor de la resolución, que ha obtenido 14 votos favorables y ninguno en contra, dada la ausencia del representante de Siria, que ha aducido problemas de tiempo para no acudir a la votación -al parecer no ha habido tiempo para que el Gobierno se pronunciara, aunque apoyaba el levantamiento de sanciones. El Consejo podrá revisar la situación dentro de un año. En todo caso, según ha explicado el embajador de EE UU ante la ONU, John Negroponte, las potencias se comprometen a informar al Consejo cada tres meses de la marcha del proceso de reconstrucción. Negroponte se ha felicitado por la aprobación del texto porque "después de más de una década al margen de la economía mundial, ha llegado la hora de que los iraquíes se beneficien de sus recursos naturales".
Francia, Alemania y Rusia anunciaron su decisión favorable ayer, en la víspera de la reunión de sus ministros de Exteriores con su colega estadounidense, Colin Powell, que se encuentra en París para preparar la cumbre del G-8. Powell ha expresado hoy que la decisión de Francia significaba "un paso en la buena dirección" para recomponer las relaciones entre ambas capitales, maltrechas por el obstinado "no" de París a la guerra de Irak, que supuso que la intervención militar fuera emprendida sin el paraguas de la ONU.
En este sentido, tanto la aprobación del texto del Consejo de Seguridad como la reunión con Powell, cobran una extraordinaria importancia a la hora de suavizar las distancias provocadas por la guerra de Irak. Francia y Rusia han sido dos de los países que han presentado más objeciones al texto, en parte por ser también los que más perdían con el previsto cierre del programa "petróleo por alimentos". Powell cree ahora llegado el momento de que París y Washington se reencuentren.
Manos libres para los soldados
La resolución, que tiene efecto inmediato, da a las fuerzas de ocupación anglo-estadounidenses el control de la economía y el futuro político del país, lo que constituye una victoria diplomática de Londres y Washington. Precisamente esto era lo que Francia y Rusia, sobre todo, trataban de evitar en la nueva resolución, siempre favorables a otorgar ese papel a la ONU. Su oposición a este arreglo ha obligado a EE UU a revisar el texto en tres ocasiones, para incluir concesiones que respondieran a la demanda de los otros países miembros y obtener el máximo apoyo posible.
Las reticencias francesas y rusas han alargado el debate sobre la resolución durante varias semanas, en las que se han producido duras negociaciones. Sin embargo, éstas han tenido lugar a nivel de las capitales, para no escenificar de nuevo el desencuentro mostrado con anterioridad a la intervención sobre Irak. Además, muchos de los miembros pretendían asegurar un mayor papel de la ONU en la reconstrucción, incluidos España y Reino Unido, con sus opiniones públicas enfrentadas a sus mandatarios por pasar por alto a la ONU a la hora de la guerra.
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