Un violento terremoto en Argelia causa más de un millar de víctimas
Las autoridades han aumentado en las últimas horas la cifra de víctimas, que podría crecer aún mas a causa del derrumbe de varios edificios
Argelia vive hoy estremecida por el trágico balance del terremoto -de 6,7 en la escala de Richter según el Centro Nacional Geológico de Información sobre Terremotos de EE UU y de 5,8 según el Instituto Argelino de Astrofísica- que azotó anoche Argel y varias regiones del norte del país, cuyo último recuento de víctimas asciende a 1.092 y 6.782 heridos. El seísmo, el más violento de los últimos años, se ha sentido en otras zonas del Mediterráneo y ha provocado el pánico y destrozos en Baleares. España, Italia, Francia, Alemania, Rusia y Japón ya se han movilizado para enviar ayuda.
La sacudida se ha registrado a las 19.44 de ayer (las 20.44 hora peninsular española) durante tres minutos y su epicentro se ha situado a siete kilómetros de la aldea de Zemmuri, en la provincia de Bumerdés, 45 kilómetros al este de Argel. La mayor parte de las víctimas se han producido en Argel y en Bumerdés, al este de la capital, así como en las localidades de Regaia y Ruiba, donde decenas de edificios se han derrumbado.
El ministro de Interior ha ofrecido el último balace provisional de 1.092 muertos y 6.782 heridos, entre las que, según la Embajada de España en Argel, no hay españoles. El número de víctimas no ha parado de crecer y se teme un incremento en las próximas horas, según un portavoz de Interior, que ha indicado que hay centenares de personas sepultadas. En este sentido, el ministro del Interior, Yazid Zerhouni, ha informado de que en Bumerdés al menos 90 edificios se han venido abajo, mientras que el hospital de Baghlia ha quedado destruido. Mientras, en Reghaia, al menos un centenar de muertos han sido rescatados de los escombros de un bloque de diez pisos que ha caído como un castillo de naipes.
Numerosas réplicas
"Pocos inquilinos de ese edificio han podido salvarse ya que el derrumbe ocurrió pocos segundos después de que se produjera el seísmo", ha afirmado un miembro del equipo de la Protección Civil que trabaja en la tarea de búsqueda de víctimas entre los escombros. El Ejército ha empezado esta mañana a desplegarse en las localidades afectadas por el movimiento telúrico para ayudar en las labores de salvamento y evitar el pillaje. En cuanto a los daños materiales, han quedado destruidos dos puentes en una de las autopistas al aeropuerto de Argel, donde se habla más de una docena de víctimas.
Tras el seísmo, la gente ha salido a la calle aterrorizada mientras los edificios se venían abajo. En Argel, la energía eléctrica se ha interrumpido. Algunas de las víctimas han perdido la vida al lanzarse desde las ventanas de sus domicilios presas del pánico, según varios testigos. Además, a las 4.12 hora local (4.12 en la España peninsular) se ha producido una fuerte réplica, la quinta de seis, con una magnitud de 5 según el Instituto de Astrofísica, lo que ha hecho que muchos residentes que habian vuelto a sus hogares se echaran de nuevo a la calle.
Más de 12 horas después, continúan dejándose sentir nuevas réplicas en la región de Argel y en Kabilia, donde la situación es caótica debido a la interrupción de los servicios públicos.
El Gobierno ha creado una célula de crisis para hacer frente a la situación, mientras que el presidente, Abdelaziz Buteflika, se ha dirigido esta madrugada a la zona afectada, donde ha calificado de "verdadera catástrofe nacional" el seísmo y ha llamado a sus compatriotas a ayudar a los damnificados. Además, el Gobierno argelino ha decretado tres días de duelo nacional por las víctimas. El duelo comenzará mañana, viernes, día de descanso semanal entre los musulmanes y se prolongará hasta el domingo, periodo durante el cual las banderas ondearán a media asta.
La radio sigue haciendo llamamientos a los donantes de sangre para que acudan a los hospitales. En el Hospital universitario de Argel se registran escenas de dolor, con los heridos en el suelo de los pasillos en espera de ser atendidos, ya que el personal está desbordado.
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