Kirchner prepara su Gobierno tras la renuncia de Menem a las presidenciales argentinas
Con el 22% de los sufragios en la primera vuelta, fue declarado ayer presidente electo con la retirada de su contrincante
La renuncia de Carlos Menem a la segunda vuelta de las presidenciales ha puesto en un aprieto institucional al también peronista Néstor Kirchner, convertido en presidente electo con el 22,4% de la primera convocatoria. Kirchner, que ayer llamó cobarde al ex presidente Menem prepara ya la composición de su Gabinete bajo la mirada recelosa de los banqueros argentinos.
Los argentinos vivieron ayer la renuncia de Menem con indiferencia, tras dos días de rumores incesantes sobre el abandono de un candidato al que las encuestas le daban como claro perdedor. Ahora Kirchner piensa ya en la formación de su Gobierno, en el que estará presente, tal y como anunció en su campaña, Roberto Lavagna, actual ministro de Economía del Gobierno de Duhalde y uno de los pocos que se han ganado el respeto de una ciudadanía decepcionada y cansada de su clase política.
Los empresarios miran con ojos esperanzadores a Néstor Kirchner, que se convertirá en presidente el próximo día 25, pero cuenta con los recelos de la banca argentina.
Kirchner ha convocado a todos los sectores a establecer consensos, pero ayer se mostró especialmente crítico con los empresarios y con las Fuerzas Armadas. Según señala hoy el diario La Nación, los legisladores del PJ (Partido Justicialista) emitirán hoy un apoyo formal al presidente electo y comenzarán a discutir con la oposición una agenda tentativa de proyectos. Los diputados de la UCR y de ARI han condicionado su apoyo a Kirchner al cumplimiento de las promesas electorales.
Discurso presidencial
Visiblemente enojado, el candidato del Frente para la Victoria y próximo presidente de la República de Argentina, se dirigió a sus conciudadanos en un tono que bien podría ser el de un presidente. Kirchner acusó a Menem de intentar deslegitimar la voluntad del pueblo argentino con su renuncia y señaló que "culmina en la Argentina un ciclo histórico signado por los liderazgos mesiánicos, fundamentalistas y excluyentes donde hubo dirigentes que se creyeron con el derecho divino de no tener que dar explicaciones a la sociedad de lo que han hecho.
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