EE UU pide a la ONU que legalice la ocupación de Irak y le permita administrar el petróleo
El Consejo de Seguridad ha comenzado esta tarde el debate del borrador de resolución.-Francia y Rusia ya han mostrado sus reticencias a los planes estadounidenses
Estados Unidos, el Reino Unido y España han presentado esta tarde al Consejo de Seguridad un borrador de resolución que establece las condiciones de la ocupación de Irak tras guerra. Washington y sus aliados pretenden ejercer el poder al menos durante un año, y quieren que Naciones Unidas les ceda lo antes posible la administración del petróleo iraquí, con el que planean financiar la reconstrucción del país. Sin embargo, la negociación en el seno del Consejo no va a ser un camino de rosas: Francia, que cuenta con derecho a veto, ya ha advertido que sólo aceptará un plan que dé el máximo protagonismo a la ONU.
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Dominique de El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, ha advertido hoy de nuevo de la necesidad de que la ONU juegue un "papel central" en la reconstrucción de Irak. El texto califica de "vital" la función del organismo, reduce a cuestiones humanitarias y de infraestructura el margen de actuación de la organización a través de un "coordinador" designado por el secretario general, Kofi Annan. Así, la reunión del Consejo se prevé tormentosa precisamente por esta diferencia entre "central" y "vital", una cuestión semántica que encierra el futuro a corto y medio plazo de Irak. Pese a todo, el presidente francés, Jacques Chirac, ha explicado hoy que la discusión será "abierta" y "constructiva", aunque no ha dejado pasar la ocasión de recalcar cuál deberá ser el papel de la ONU: "Central", claro.
Entre los detalles del proyecto estadounidense que se han conocido esta tarde destaca la intención de dedicar entre el 5% y el 25% del dinero obtenido con la venta de petróleo iraquí al fondo de compensación creado tras la invasión de Kuwait en 1990, y la promesa de respetar los dictados de la Convención de Ginebra durante el periodo de ocupación. Este último aspecto no es baladí, puesto que supone el reconocimiento por parte de Estados Unidos de que su presencia en Irak es, de hecho, una ocupación. Precisamente a este respecto, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha señalado hoy que es imposible prever cuánto tiempo pasarán las tropas estadounidenses en Irak, pero que todo hace indicar que estabilizar el país llevará más de un año.
Washington desea así mismo el levantamiento inmediato de las sanciones, algo que se prevé también problemático, puesto que Rusia (también con derecho a veto) ha avanzado que esta medida sólo se puede tomar cuando se demuestre que no hay armas de destrucción masiva en Irak, algo que todavía llevará bastante tiempo. Además, el texto no menciona en ningún momento el retorno a Irak de los inspectores de armas de la ONU, ausencia que podría causar roces adicionales en el Consejo.
Ayer, el embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte, afirmó que los inspectores no jugarán ningún papel en Irak "en el futuro próximo", dado que EE UU y Gran Bretaña "han asumido el proceso de la búsqueda de armas de destrucción masiva". Además, Negroponte ha pedido al Consejo hoy que comience ya el periodo de consultas para que el texto sea aprobado en dos semanas.
¿Qué pasará con el dinero del petróleo?
EE UU y Reino Unido, en su calidad de potencias ocupantes, tenían previsto presentar una carta al presidente del Consejo de Seguridad (Pakistán este mes), informando de la creación de una Autoridad Provisional de la Coalición, bajo el mando del ex diplomático estadounidense Paul Bremer. Esa Autoridad debería asumir el poder en Irak en colaboración con un Gobierno interino formado por iraquíes, que partiría de una situación de subordinación completa e iría recibiendo competencias de forma paulatina. La Autoridad "ejercerá sus responsabilidades por un periodo inicial de 12 meses (...) y podría seguir más tiempo si es necesario", estipula el borrador.
Abordar en una sola resolución los complejos problemas de Irak no será fácil, pero la Casa Blanca y el Pentágono han impuesto su criterio, frente al enfoque gradual que proponía el Departamento de Estado. El programa Petróleo por Alimentos, que en los últimos años se ha convertido en la columna vertebral de la economía iraquí, expira el 3 de junio. Todos los miembros del Consejo están de acuerdo en reducir su funcionamiento progresivamente para no provocar una crisis humanitaria. El borrador propone que el programa, creado originalmente para paliar los efectos de las sanciones y gestionado por el secretario general de la ONU, se prolongue cuatro meses más.
¿Qué pasará entonces con el dinero del petróleo, hasta ahora controlado por la ONU? Washington, Londres y Madrid proponen crear un Fondo de Asistencia, una cuenta centralizada en el Banco Central de Irak, administrada por la autoridad ocupante y auditada por una comisión de expertos del FMI, el Banco Mundial y la ONU. El dinero se utilizará, según el borrador, para resolver las "necesidades humanitarias", las "labores de reconstrucción" y "otros usos que puedan beneficiar al pueblo iraquí", dejando así la puerta abierta a las empresas que quieran hacer negocios con Bagdad.
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