Los combates en Nayaf y Nasiriya obstaculizan el avance de la coalición hacia Bagdad
B-52 americanos acaban con una columna de unos 1.000 vehículos de la Guardia Republicana que se dirigían al frente de Nayaf
Al tiempo que EE UU ha empezado a completar la pinza que tenía pensado aplicar sobre Bagdad, con el despliegue de tropas en el Kurdistán, por el norte, en el sur la coalición anglo-estadounidense sigue encallada en los tres puntos en los que el ataque se ha cobrado los más violentos enfrentamientos: Nayaf, Nasiriya y Basora siguen siendo objeto de encarnizados combates entre las fuerzas aliadas y las resistentes tropas iraquíes.
Ante la gravedad de la situación en Nayaf, a unos 150 kilómetros de la capital, una enorme columna de efectivos de la Guardia Republicana -se hablaba ayer de hasta 1.000 vehículos- salió anoche de Bagdad en dirección a Nayaf, para combatir a las fuerzas aliadas. Sin embargo, los devastadores B-52 atacaron el convoy antes de que llegara a su destino "reduciéndolo al olvido", según han declarado fuentes militares estadounidenses. El general Vincent Brooks, desde el cuartel general aliado en Qatar, ha declarado que la columna era menor de lo que se había informado, pero que, en todo caso, ha sido destruida.
En su avance hacia Bagdad, las tropas aliadas tendrán que hacer frente también, cerca de Nayaf, a las unidades de la Guardia Republicana apostadas en Karbala (unos 100 kilómetros al sur de la capital), escenario de duros enfrentamientos en días pasados. Según algunos militares estadounidenses, esta batalla podría ser "decisiva".
Un poco más al sur, en Nasiriya, otras unidades estadounidenses luchan desde hace días con las fuerzas iraquíes, pese a haber conseguido ya atravesar un puente clave sobre el río Éufrates que les permitió proseguir su avance hacia el norte. Ahora, los soldados americanos tratan de asegurar una ruta desde esta ciudad hacia el norte, con el fin de permitir el paso a una enorme cantidad de tropas que se unirían a la batalla final en Bagdad, aunque las tropas iraquíes siguen ofreciendo fiera resistencia. En esta ciudad se está produciendo un baño de sangre: los periodistas que acompañan a los soldados hablan de hasta 60 iraquíes muertos, mientras que los aliados han sufrido, al menos, 10 bajas y la pérdida de un helicóptero Apache.
La población sale de Basora
La situación más dramática se vive, no obstante, en Basora, la segunda mayor ciudad de Irak, situada al sur del país y cercada desde hace días por las tropas británicas. Sus habitantes, cerca de 1,5 millones, se encuentran sin luz ni agua desde el viernes, por lo que se cierne una auténtica catástrofe humanitaria. Además, los soldados británicos no son capaces de hacerse con la ciudad ante la resistencia encarnizada que ofrecen las tropas y soldados irregulares iraquíes. Hoy, los soldados británicos han destruido una columna de 14 tanques iraquíes y varios vehículos blindados que se disponían a abandonar la ciudad.
Ni siquiera un conato de rebelión popular del que se ha informado estos días ha servido para minar la moral de los afectos al régimen de Sadam. Hoy, fuentes militares británicas han asegurado que cientos de civiles iraquíes están abandonando la ciudad y se dirigen hacia las posiciones británicas en torno a la ciudad, aunque ninguna otra fuente ha confirmado la información.
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