EE UU reconoce que la resistencia iraquí es mayor de lo esperado
El general William Wallace achaca la lentitud del avance a no haber contado con las tácticas de los paramilitares
Mientras los soldados de la coalición anglo-estadounidense siguen enfrascados en duros combates con los soldados iraquíes en las ciudades de Nasiriya, Nayaf y Basora, donde se han producido los enfrentamientos más encarnizados y el mayor número de bajas, EE UU reconoce ya que la resistencia ofrecida por las tropas iraquíes es mayor de lo que esperaban y que está dificultando enormemente el avance hacia Bagdad.
El general William Wallace, de las fuerzas de EEUU en Irak,ha admitido que la inesperada resistencia iraquí y dificultades de abastecimiento han frenado el avance de las tropas hacia la capital. El general ha justificado el lento avance en que no se esperaban las actividades de los soldados irregulares y sus tácticas de guerra de guerrillas. "El enemigo contra el que estamos luchando es diferente de aquel" concebido en las maniobras bélicas previas. "Sabíamos que los soldados irregulares estarían allñí, pero no cómo lucharían", ha dicho Wallace.
Las palabras de Wallace han encontrado eco en el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz. El segundo de Donald Rumsfeld ha declarado que "probablemente subestimamos la voluntad de este régimen de cometer crímenes de guerra". Se refería Wolfowitz a las tácticas irregulares de los paramilitares iraquíes.
No obstante, la Casa Blanca se ha aprestado a negar que la resistencia iraquí haya pillado por sorpresa a los estrategas que diseñaron la campaña. El portavoz del Gobierno, Ari Fleischer, ha dicho que los arquitectos de la ofensiva "siempre contaron con una batalla que podría ser larga, dura y difícil. Eso siempre fue parte importante del plan". Tampoco se ha aventurado a decir cuánto podría durar la guerra: "el presidente entiende que la gente quiera saber pero estas cosas no pueden saberse. Durará lo que sea necesario".
Frentes estancados
Al tiempo que cae por tierra la hipótesis de que el régimen de Sadam se descompondría nada más ser atacado, los frentes en los que se ha detenido el avance aliado siguen prácticamente estancados. En Nasiriya, dos días después de abrir una pequeña brecha para cruzar un puente sobre el Eufrates que les permitió seguir su avance hacia el norte, los soldados estadounidenses que quedaron a cargo de la ciudad siguen luchando calle a calle contra las fuerzas iraquíes, irregulares, según los militares americanos. Al menos cuatro marines han resultado muertos hoy en los combates, según ha informado el mando aliado.
Más al sur, en Basora, los soldados británicos siguen sin avances en su intento de hacerse con la ciudad, en delicada situación humanitaria por la falta de agua y electricidad. Los ataques aliados se han demostrado infructuosos hasta el momento, pese a conatos de rebelión por parte de la mayoría shií opuesta a Sadam. Finalmente, muchos civiles han optado por abandonar la ciudad, aunque los soldados británicos denuncian que las tropas iraquíes han disparado contra ellos.
En el frente norte, abierto ayer con el lanzamiento de 1.000 paracaidistas, se utilizan ya aviones Hércules C-130 para el traslado de los efectivos y el equipo necesario para reforzar el frente, mientras las autoridades kurdas preparan campos para refugiados. EE UU espera contar con efectivos que se unan a los 60.000 combatientes kurdos para completar la pinza sobre Bagdad, donde han de confluir todas las líneas de ataque al final de la ofensiva.
¿Un frente oeste?
Mientras los frentes del sur y del norte siguen abiertos, aunque más estancados de lo previsto, el Ejército estadounidense, a través de sus cuerpos especiales, ha comenzado a avanzar por el oeste, según anuncia hoy el periódico The Washington Post. Según las fuentes citadas por este diario, las tropas estadounidenses han entrado en Irak y ya han recorrido 300 kilómetros en su camino hacia Bagdad.
Al contrario de lo que ha ocurrido hasta ahora con las operaciones en otros frentes, las llevadas en el oeste se han mantenido en secreto. Según el citado periódico, se cree que las tropas estadounidenses están basando algunas de sus operaciones en Jordania y Arabia Saudí, países que no quieren ser identificados.
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