Irak muestra las primeras imágenes de prisioneros de guerra y de soldados aliados muertos
Rumsfeld y Blair aseguran que el vídeo es "una violación flagrante" de la Convención de Ginebra y Bush advierte que el maltrato a prisioneros será considerado crimen de guerra
Irak ha dado a conocer esta tarde las imágenes de los primeros prisioneros de guerra estadounidenses, capturados tras cuatro días de ofensiva aliada. A través de la televisión oficial, las autoridades de Bagdad han mostrado a cinco personas, algunas con heridas, junto a varios cadáveres de marines.
La cadena qatarí Al Yazira ha emitido la grabación de la televisión iraquí, y en ella aparecen los cinco militares, presentados como estadounidenses capturados durante los combates en la región de Nasariyah, al sur de Bagdad. La mayoría son jóvenes menores de 30 años, procedentes, según sus propias palabras, de Texas, Nueva Jersey y Kansas. La televisión también ha enseñado a unos 11 soldados tirados en una habitación, cubiertos de sangre y heridas, y con aspecto de estar muertos.
Una de las primeras imágenes muestra a un hombre con uniforme del Ejército norteamericano tumbado junto a un camión con la puerta impregnada de sangre. En una segunda aparecen otros cuatro soldados estadounidenses en el interior de un edificio, atendidos por iraquíes con guantes asépticos que los cubrían con mantas, algunos de ellos con disparos en la cabeza.
"Yo no quiero matar a nadie"
En la tercera imagen, se ven al menos otros seis cuerpos inertes, a uno de los cuales le ha sido retirada la manta que le cubría para que la televisión pudiera filmar su rostro, sin signos de vida. Inmediatamente ha aparecido en escena un soldado con gafas, que muy nervioso ha contestado que su nombre era Pier Miller, de Kansas, y que servía como técnico. "Me han dicho que venga" ha sido su respuesta a la pregunta de porqué estaba en Irak.
Preguntado si le ordenaron matar, ha respondido "me dijeron que dispare sólo si me disparan. Yo no quiero matar a nadie". El segundo, que aparecía herido en las dos piernas, ha dicho que se llamaba Yusef Hasan, que venía de Texas y que estaba en Irak "obedeciendo órdenes".
Hasan, que parecía el más tranquilo de todos, respondía a todo lo que le preguntaban sobre las fuerzas norteamericanas y el recibimiento del pueblo iraquí con un "no escucho, no entiendo, no sé".
Un tercero, tumbado en el suelo, con restos de sangre coagulada en la cara y un brazo vendado sobre el abdomen, ha dicho que se llamaba Edgar, que es de Texas y que había entrado en territorio iraquí "a través de Kuwait". Uno de ellos, con gesto tenso, se ha identificado como el sargento James Raley, de la 501ª división del Ejército estadounidense, originario de Nueva Jersey, y de 31 años.
Violación de la Convención de Ginebra
Nada más conocer el contenido del vídeo, el secretario de Estado de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, ha denunciado que el mismo viola la convención de Ginebra sobre el trato a los capturados en tiempo de guerra.
En unas declaraciones a la cadena de televisión CBS, el jefe del Pentágono ha señalado que la Convención de Ginebra prohíbe que los prisioneros de guerra sean fotografiados o humillados. También el primer ministro británico, Tony Blair, considera que la filmación es "una violación flagrante" de dicha convención, según ha comunicado un portavoz de su Ejecutivo.
Tampoco el presidente de EE UU, George W. Bush, ha querido dejar pasar la oportunidad para exigir a las autoridades iraquíes que concedan un "trato humano" a los prisioneros de guerra. Asimismo, el presidente estadounidense ha advertido a Bagdad que el maltrato a los prisioneros será considerado como un crimen de guerra. Bush también ha asegurado que Sadam Husein está "perdiendo el control de Irak".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.