Once palestinos mueren en una incursión israelí en Gaza como castigo al atentado de Haifa

La primera víctima del ataque israelí, un palestino de 60 años, se produjo cuando su vivienda del campo de Jabaliya fue alcanzada por un cohete disparado por un helicóptero israelí. Poco después un grupo de soldados mató a otro palestino, de unos veinte años, en el mismo campo, según fuentes médicas. La tercera víctima también se produjo en el campo de Jabaliya. Entre los muertos están también los vecinos de un edificio que fue alcanzado por el proyectil de un tanque.

En la incursión israelí han participado varias decenas de tanques y blindados apoyados por helicópteros que dispararon tres cohetes contra el campo y sus alrededores.

Esta es la respuesta del Gobierno de Sharon tras el atentado de ayer en Haifa en el que murieron 15 personas cuando un kamikaze hizo explotar en el interior de un autobús de línea los explosivos que llevaba adheridos a su cuerpo.

"La visión es terrible", aseguró el periodista Eran Zinger, presente en el lugar del atentado. Un testigo relató que el autobús explotó y se incendió después.

El autobús del atentado, de la línea 37, se dirigía al centro comercial Horev. La explosión se produjo a la altura del bulevar Moriah, en el barrio residencial de Carmeliya.

La Autoridad Palestina condena el atentado

La Autoridad Palestina (AP) por boca de uno de sus ministros, Saeb Erekat, desmintió cualquier relación con el ataque, cuya autoría no ha sido asumida por ninguna organización palestina. En una nota de prensa, la AP ha condenado enérgicamente el atentado, que ha considerado "una violación de la política nacional palestina acordada, en particular contra objetivos civiles".