El 60% de los palestinos vive con menos de dos dólares al día
"El legítimo derecho de Israel de defender a sus ciudadanos es incuestionable. El desafío consiste en encontrar el modo de hacerlo sin destruir la economía palestina y la vida de la gente de a pie". El Banco Mundial dice esto en un informe que presentó ayer y en el que concluye que, tras dos años de Intifada, el 60% de los palestinos vive con dos dólares diarios o menos. Si además se tiene en cuenta el incremento de la población, que ya se eleva a 3,2 millones de habitantes, "el número de pobres se ha triplicado en los últimos dos años, pasando de 637.000 a dos millones", señala el organismo. El coste de la Intifada se calcula en unos 5.000 millones de dólares.
Los pobres en Palestina, además, han seguido empobreciéndose. Hace unos cinco años, el gasto medio de un pobre en Cisjordania era de 1,47 dólares de media, y hoy no supera 1,32 dólares. En la franja de Gaza, más del 75% de la población son "nuevos pobres". El deterioro de las condiciones de vida ha sido tal en dos años que el consumo de alimentos por persona "ha descendido un 30%". "El 13,3% de la población de Gaza sufre malnutrición, un nivel similar al de Zimbabue o de Congo", según el banco.
La crisis económica contribuye, según un experto, al incremento de la violencia, puesto que "cuanta más gente desocupada y desesperada haya, más crecerá el odio contra Israel y habrá más gente con menos que perder". El paro se eleva al 53% en Palestina. Si algo queda en pie de la economía es porque la Autoridad Nacional Palestina todavía da trabajo a un tercio de esa gente y, directa o indirectamente, paga la mitad de los salarios en Gaza y Cisjordania.
Aumento de las donaciones
La Autoridad Palestina hace todo esto gracias a las donaciones. En 2001, el dinero que Palestina recibió en términos de asistencia por parte de países árabes, por ejemplo, ascendió a 929 millones de dólares, el doble de lo registrado en el periodo previo a la Intifada. En 2002, las donaciones se elevaron a 1.051 millones. Las donaciones han suplido en buena parte "la suspensión, por parte de Israel, de los reembolsos por los impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina".
Las restricciones israelíes, tanto internas (toques de queda) y externas (control de fronteras, reducción de permisos de trabajo), han socavado la economía palestina. El 22% del PIB palestino procede de los trabajos que sus ciudadanos hacen en Israel. Recientemente, el Gobierno israelí reanudó los desembolsos fiscales para Palestina y dio más permisos de trabajo. Ello ha sido positivo, pero insuficiente. Además, el banco solicita a Israel que facilite el trabajo de las organizaciones humanitarias y el movimiento de empresarios y funcionarios palestinos.
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