Asciende a 27 el número de muertos por los violentos disturbios en Bolivia
El enfrentamiento entre policías y milatares se calmó después de que el presidente Sánchez de Lozada anunciara la retirada de su plan económico
El número de muertos por los disturbios que se producen desde el miércoles en Bolivia ha ascendido hoy a 27, con dos nuevas víctimas mortales en las últimas horas, según fuentes hospitalarias y policiales.
La violenta jornada registrada el miércoles en Bolivia, por el enfrentamiento armado entre la Policía y el Ejército, ha dejado un saldo de 27 muertos y ha obligado al Gobierno a retroceder en su plan económico, que fue el detonante del conflicto.
17 de las victimas murieron en los disturbios del miércoles, cuando se enfrentaron a tiros, en La Paz, policías amotinados que protestaban por una subida de impuestos y fuerzas del Ejército, y 10 fallecieron ayer, casi todos de ellos civiles.
El enfrentamiento comenzó a las 14.30 hora local (18.30 GMT) del miércoles cuando el intercambio de gases lacrimógenos entre policías amotinados y militares que protegían el Palacio de Gobierno durante toda la mañana terminó por convertirse en un tiroteo indiscriminado de unos contra otros. El centro del conflicto fue la plaza de armas de la ciudad de La Paz, donde se encuentran el Palacio de Gobierno y del Congreso Nacional y también el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Los policías del Grupo Especial de Seguridad (GES), instalado al lado de la Cancillería, se amotinaron el martes en contra de la intención del presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, de aplicar una nueva escala del impuesto al salario, además de otras peticiones. Con la presencia de policías de civil, que arengaron el miércoles a sus camaradas para continuar el motín, la tensión subió de tono cuando un grupo de estudiantes de secundaria atacó con piedras al edificio presidencial, por lo que fueron repelidos con gases lacrimógenos por los soldados.
Algunos de los policías que habían ocupado el techo de la Cancillería lanzaron granadas de gases lacrimógenos contra el Palacio de Gobierno, lo que provocó la respuesta de los soldados y el refuerzo militar del edificio presidencial. Al mediodía, medio millar de soldados del Regimiento Colorados de Bolivia, la escolta presidencial, ocupó la parte inferior de la plaza Murillo con material antidisturbios, fusiles de asalto y varias ametralladoras, apuntando hacia el cuartel del GES.
La presencia de algunos grupos de civiles, que arengaban a los uniformados, fue otro factor que inclinó la balanza hacia el enfrentamiento, mientras varios oficiales del Ejército hacían lo mismo con sus soldados, tirados en la calzada, apuntando hacia los policías.
Retirada del plan económico
El enfrentamiento del miércoles concluyó después de que el presidente Sánchez de Lozada anunciara la retirada de su plan económico y los comandantes del Ejército y de la Policía acordaran un alto el fuego. Sin embargo, el alto el fuego no devolvió la calma a la ciudad, donde cientos de vándalos atacaron e incendiaron las sedes de los ministerios de Trabajo y Planeamiento y la Vicepresidencia y de los partidos en el poder, el Movimiento Nacionalista Revolucionario y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria.
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