Haider da marcha atrás y retira su dimisión como gobernador de Carintia

El ideólogo del todavía gubernamental Partido Liberal Austríaco (FPÖ), el populista Jörg Haider, se ha retractado esta madrugada y ha revocado su dimisión, la quinta de este año, como gobernador del Estado sureño alpino de Carintia, que había presentado ayer al conocer la debacle de su partido en las elecciones legislativas. Tras imponer sus condiciones para continuar en activo, el hombre fuerte de la extrema derecha austriaca permanecerá en el cargo hasta marzo de 2004.

Después de amenazar ayer con abandonar definitivamente la política en vista de los catastróficos resultados del FPÖ en las legislativas del domingo, sus correligionarios de Carintia le han convencido de la necesidad de que continúe al frente del partido al menos desde su cargo regional. Así, tras seis horas de debate con la cúpula del FPÖ en la capital de feudo, Klagenfurt, y ya entrada la madrugada, el polémico político ha declarado que su participación en la política federal dependerá de lo que decida el presidente interino del partido, el hasta ahora ministro de Asuntos Sociales, Herbert Haupt.

"Comprendo que desee la continuidad de la vía carintia y que me haya pedido que continúe en activo", ha comentado Haider, quien, sin embargo, se ha excluido de la comisión liberal que deberá negociar una posible reedición de la actual coalición de Gobierno en Viena con el Partido Popular (ÖVP) del canciller federal, Wolfgang Schüssel.

La "vía carintia"

"Asumo personalmente gran parte de la responsabilidad por los malos resultados electorales. Por ello, mi dimisión habría sido la consecuencia correcta. Mis compañeros de partido no lo han aceptado porque piensan que la vía carintia es buena y debo continuar", ha añadido el ideólogo del ultra FPÖ.

Haupt ya se mostró horas antes contrario a una eventual retirada de Haider de la política activa y expresó su deseo de que el gobernador de Carintia finalizase el año y medio de legislatura que le queda. El populista preparará en los próximos diez días con sus correligionarios la estrategia con vistas a los comicios en Carintia de 2004.

Pocos analistas confiaban en que su dimisión se confirmara, ya que no interesa a ningún barón ni alto funcionario del FPÖ porque el partido es hoy, más que nunca, una organizacióm a la imagen de Haider, dado que los votos reunidos, aunque no muchos, son los que él ha aglutinado. Ante este panorama, un adelanto electoral en Carintia entrañaba un tremendo riesgo para Haider y su FPÖ, pues una derrota supondría el fin su carrera política y de la de su partido a corto plazo.