Sharon adelanta las elecciones al no poder formar un nuevo Gobierno
Benjamín Netanyahu acepta la cartera de Asuntos Exteriores
Sin mayoría en el Parlamento desde la salida de los laboristas de la coalición gubernamental y con la negativa de los ultraderechistas de Unión Nacional a entrar en el Gobierno, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha dado su brazo a torcer y se ha reunido a primera hora de la mañana con el presidente israelí, Moshe Katsav, para comunicarle su decisión de dimitir. Tras el anuncio oficial del adelanto de los comicios, Benjamín Netanyahu ha aceptado la cartera de Asuntos Exteriores.
El presidente del país, en una rueda de prensa improvisada a las 9.15 hora española, adelantándose a la convocada por Sharon un cuarto de hora después, ha confirmado lo que venían anunciando el bloque pacifista Meretz y los medios locales: la disolución del Parlamento (Knesset) y la convocatoria de elecciones anticipadas para primeros de febrero.
"Estoy convencido de los argumentos del primer ministro. Las condiciones parlamentarias no le permiten gobernar y exigen el adelanto de las elecciones", ha explicado Katsav, que ha añadido que Sharon no le ha presentado todavía la carta de dimisión, mecanismo necesario para convocar los comicios en 90 días, como exige la legislación israelí. Así, parece que Sharon quiere negociar con la oposición una fecha que convenga a ambos partidos, si bien los medios aseguran que se producirán el próximo 4 de febrero.
"Exigencias que no podía aceptar"
Momentos después, Sharon ha confirmado también la convocatoria de elecciones, aunque, en su opinión, Israel "no las necesita" en estos momentos. A pesar de su resistencia a adoptar esta medida, que ayer mismo calificaba de "irresponsable", el primer ministro ha afirmado ahora que el adelanto electoral es "la opción menos mala y más responsable", presionado por sus colaboradores tras el fracaso de varios intentos de recomponer la coalición gubernamental después de la salida, el pasado 30 de octubre, de Simon Peres y Benjamin Ben Eliezer. "En las conversaciones que he mantenido con todos los partidos, me presentaron unas exigencias que no podía aceptar", ha indicado Sharon, para añadir que nunca sacrificaría "los intereses nacionales por los intereses de los partidos", ni tampoco se dejaría llevar por la "extorsión política".
El halcón ha culpado de la crisis a la "falta de responsabilidad" y al partidismo electoralista del Laborismo, que han llevado a la caída del Gobierno de unidad nacional. "No tengo intención de cambiar los líneas de Gobierno, no pienso perjudicar los entendimientos con EE UU ni pienso cambiar el Presupuesto General del Estado", ha subrayado. La duda ahora es saber quién será el candidato del Likud, si el veterano Sharon o su prececesor en el cargo, Benjamin Netanyahu, a quien el primer ministro ha reiterado la oferta de asumir la cartera de Exteriores "pero sin condiciones". Horas después, se ha producido el segundo gran anuncio del día: Netanyahu ha informado esta tarde que acepta hacerse cargo de la cartera de Asuntos Exteriores y ha vaticinado que su partido "arrollará" en las elecciones.
Mientras tanto, el líder laborista israelí, Benjamin Ben Eliezer, ha respondido a las acusaciones de Sharon, al que ha criticado por marginar a los sectores más pobres para beneficiar a los colonos y ha afirmado que no puede haber paz sin la evacuación de los asentamientos. "La grave crisis económica no puede corregirse sin cambiar las prioridades nacionales. No puede haber unidad [en el Gobierno] cuando los asentamientos tienen prioridad sobre los desempleados", ha afirmado en referencia a los Presupuestos Generales de 2003, que provocaron la salida de los ministros laboristas.
El fracaso de una nueva coalición
Sharon, que superó ayer tres mociones de censura, no ha logrado convencer a los ultraderechistas de Unión Nacional-Yisrael Beiteinu para que se incorporen a su gabinete y anoche rechazó por carta las condiciones marcadas por la Unión Nacional para recomponer el Gobierno. Según fuentes citadas por Haaretz, Sharon considera difícil gobernar en condiciones "extremas", sin tener garantizado el apoyo de la ultraderecha en el Parlamento, a pesar de que ayer evitaron con sus votos que prosperaran las mociones de censura y de que apoyaron el nombramiento del general Saúl Mofaz como nuevo ministro de Defensa.
Esta crisis gubernamental se produce al tiempo que arrecian las críticas internacionales tras la difusión ayer del informe de Amnistía Internacional (AI), que acusa al Ejército de haber cometido crímenes de guerra en la ofensiva militar lanzada los pasados meses de marzo y abril sobre las ciudades palestinas de Nablús y Yenín, y que estuvieron dirigidas por el propio Mofaz. Además, los extremistas recibieron ayer con sangre la llegada de Mofaz al Gobierno: un militante de los Batallones de Jerusalén, el ejército secreto de Yihad Islámica, perpetró un atentado suicida en la entrada de un centro comercial de la localidad de Kfar Saba, a 10 kilómetros al noreste de Tel Aviv, que causó dos muertos y más de 30 heridos.
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