EE UU suaviza su discurso sobre Irak y admite una resolución previa al ataque

En un intento de desbloquear las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU respecto a un ataque a Irak, EE UU ha propuesto esta tarde un nuevo compromiso para salvar la oposición de los países contrarios al uso automático de la fuerza contra el régimen de Sadam. La nueva propuesta pasa por una doble resolución: una en la que se detallarían las condiciones de las inspecciones de armamento de la ONU y otra que prevea el uso automático de la fuerza en caso de que la primera sea incumplida.

Francia, opuesta desde el principio a un ataque unilateral a Irak, es la única que aún no ha aceptado el compromiso, aunque parece que las resistencias francesas podrían ceder ante esta nueva propuesta. Según un diplomático de Naciones Unidas, "ahora todo depende de Washington y París".

La diferencia fundamental de la nueva propuesta, que intenta acabar con un mes de bloqueo en el Consejo de Seguridad, es la de incluir una nueva resolución, acabando con la amenaza directa de ataque en el primer texto. Así, la primera resolución endurecería las condiciones de las inspecciones, pero posibilitando éstas, y advertiría a Irak de las consecuencias en caso de no cumplirla. La segunda ya autorizaría el uso de la fuerza.

La propuesta supone, por tanto, una suavización del discurso estadounidense, que antes se arrogaba directamente la potestad de decidir cuándo había que lanzar un ataque. Hasta hoy, la política de Washington pasaba por lanzar un ataque automáticamente a la menor desobediencia de Bagdad a las resoluciones de la ONU. Ahora sometería sus ansias bélicas a una nueva resolución.

La posible segunda resolución es precisamente lo que todavía enfrenta a Washington y París, ya que los estadounidenses no se han comprometido aún a esperar a su aprobación para lanzar un ataque, algo que Francia reclama.

Cuando la propuesta esté totalmente lista, los diplomáticos de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad -EE UU, Reino Unido, Francia, Rusia y China- serán llamados a discutirla, algo que la administración Bush no quiere postergar más allá de mañana.

Esta nueva resolución se aproxima más a la postura de China, Francia y Rusia, los tres miembros del Consejo con derecho de veto que desde hace un mes se han opuesto a respaldar la visión de EE UU y su aliado Reino Unido. El propio ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, ha confirmado que con el nuevo planteamiento existen "condiciones favorables" .