China ejecutará al dueño del bar donde murieron envenenadas 38 personas

La Justicia china ha condenado hoy a pena de muerte al autor de un envenenamiento que provocó la muerte a 38 personas, que habían tomado alimentos rociados con matarratas en un local de comida rápida. El acusado, propietario del bar de la competencia, reconoció su culpabilidad en un histórico suceso que ha puesto al descubierto la inseguridad alimentaria en China.

La tragedia, que costó también heridas a 300 personas, provocó estupor en todo el país. La mayoría de los fallecidos en la ciudad de Nanjing (provincia oriental de Jiangsu) eran jóvenes estudiantes y obreros que a esa hora acudían a desayunar al bar, muy popular en la zona. La venganza del autor, que roció con matarratas el agua del bar de la competencia, le ha costado ahora la pena capital, después de que las autoridades prometieran justicia en un asunto que también ponía en evidencia la capacidad de inspección del Gobierno.

Cuando el acusado ha sido trasladado a primeras horas de hoy bajo fuertes medidas de seguridad al tribunal popular de Nanjing, decenas de personas que se habían congregado en el lugar han pedido a gritos el ajusticiamiento del culpable, e incluso algunos han intentado agredile.

Las sentencias a muerte en China, país donde el 95% de los juicios concluyen con veredicto de culpabilidad, suelen aplicarse unas horas después de hacerse público el fallo, lo que apenas deja tiempo para apelar.

Según el Departamento de Agricultura de Nanjing, el matarratas utilizado por este hombre no se puede encontrar en las tiendas, ya que su comercialización fue prohibida a mediados de los años 90.

En julio pasado el dueño de un restaurante de pasta en el sur de China fue también arrestado por rociar con matarratas la sopa de un restaurante rival y envenenar a 57 personas.