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PENA DE MUERTE

China ejecuta al hombre que envenenó a decenas de personas con matarratas

El régimen de Pekín ajustició el año pasado a más de 3.500 personas, el doble que en el resto del mundo

El dueño de un restaurante ha sido ejecutado hoy tras ser hallado culpable de matar con veneno a más de 40 personas y causar graves infecciones intestinales a más de 300 en un acto de venganza contra el propietario de un restaurante rival en Tangshan, una pequeña ciudad industrial cercana a Nanjing, según han informado la televisión estatal y la agencia Noticias de China.

El ajusticiamiento del presunto asesino, identificado como Chen Zhenping, ha tenido lugar en Nanjing (oeste de China), ciudad donde se produjo el envenenamiento masivo con matarratas el pasado 15 de septiembre.

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Un día después del suceso, Chen intentó huir en tren de la justicia, pero fue capturado poco después en la ciudad de Zhengzhou, población situada unos 595 kilómetros al noroeste de Nanjing. Durante los interrogatorios, Chen confesó haber echado veneno para ratas en la pasta de los bizcochos, así como en los pasteles de sésamo y arroz, debido a los celos por el éxito de su primo y principal competidor.

Plan 'Golpear con fuerza'

El pasado 30 de septiembre, Chen fue condenado a la pena de muerte por el Tribunal Intermedio de Nanjing, y aunque desde la prisión había apelado por una conmutación de la sentencia, el Tribunal Supremo de la provincia de Jiangsu rechazó su petición. "Los hechos están claros, las pruebas son fiables y abundantes, y la sentencia apropiada", según la orden del tribunal superior.

Las autoridades judiciales chinas han tipificado, como parte de la campaña contra el crimen Yanda (Golpear con fuerza), un total de 76 delitos como merecedores de la pena capital, entre los que se incluyen el asesinato, la violación, la malversación de fondos públicos y la aceptación de sobornos.

La tradición dicta que los condenados son ejecutados de un tiro en la nuca, tras lo que las autoridades hacen pagar la bala a la familia del ajusticiado. Según Amnistía Internacional (AI), en China se ejecutaron el año pasado a más de 3.500 personas, cifra que dobla la del resto del mundo.

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