Hong Kong celebra en crisis el quinto aniversario de su integración en China

Hong Kong, el tigre asiático que en el pasado era un ejemplo económico para Asia, celebra hoy el quinto aniversario de su integración en China rozando la recesión y en medio del descontento popular. Con un déficit fiscal para este año de 8.000 millones de dólares, la sombra de una segunda recesión económica en cuatro años y con cotas históricas de desempleo, el jefe de la Región Administrativa Especial, Tung Chee Hwa, asume su segundo mandato con la mitad de la popularidad de la que gozaba en 1997, cuando se produjo el traspaso de soberanía a China.

Por esta razón, Chee Hwa ha prometido la vuelta a una etapa de crecimiento para la ex colonia británica en su juramento, una ceremonia organizada en el Palacio del Congreso bajo un impresionante dispositivo de seguridad y a la que ha asistido el presidente chino, Jiang Zemin.

"No podemos permanecer inmóviles. Debemos adelantarnos", ha señalado Tung, para pedir a sus conciudadanos que no sean "pesimistas". En presencia del presidente chino, el ex armador de 64 años ha prometido hacer de la política "un país, dos sistemas" (capitalista para zonas muy industrializadas y cominista en el interior del gigante asiático), impuesta por Beijing, un "importante éxito a largo plazo". "Invito a los habitantes de Hong Kong a trabajar juntos en esta línea", ha agregado.

Una discreta celebración

Por su parte, China ha saludado discretamente el quinto aniversario evitando cualquier alusión al futuro de Taiwan. En la ceremonia, Jiang ha manifestado que "la fórmula un país, dos sistemas funciona" y ha añadido que "el pueblo de Hong Kong está suficientemente capacitado para administrarse así mismo con el alto nivel de autonomía que posee".

Jiang, que llegó anoche a Hong Kong en medio de protestas de los defensores de los derechos humanos y del grupo neobudista Falun Gong, proscrito por Pekín desde 1999, abandonará hoy mismo la Región Administrativa Especial. De hecho, mientras se producía la ceremonia, decenas de manifestantes, que protestaban por la presencia de Jiang, eran apartados del Centro de Convenciones, donde se concentran los actos del aniversario, y conducidos hacia otros puntos fijados por cientos de policías.

Junto a las críticas por la situación económica, destaca la preocupación por los derechos humanos. Los activistas en Hong Kong y la secta neobudista Falun Gong han denunciado una reducción sistemática de la libertad en la isla. Sólo en la última semana, las autoridades de Hong Kong han prohibido la entrada a su territorio de casi un centenar de miembros de Falun Gong, proscrito por Pekín desde 1999.