China logra un acuerdo para su entrada en la OMC tras 15 años de negociaciones
Rusia es la única gran potencia al margen de la organización, que dará su visto bueno definitivo a Pekín el próximo noviembre en Doha
China ha concluido hoy en Ginebra 15 años de negociaciones al lograr un acuerdo formal que abre el camino a su próxima entrada en la Organizacíon Mundial del Comercio (OMC). Con este ingreso, Rusia se convierte en la última gran potencia en permanecer fuera de esta organización, a la vez que el peso específico de los países asiáticos en su seno se ve incrementado significativamente.
La Unión Europea ha mostrado ya su satisfacción por el paso adelante dado con la aprobación oficial del texto de adhesión del gigante asiático en la OMC, lo que considera una "señal feliz" tras los sucesos de Nueva York y Washington de la semana pasada.
El ingreso de China en la OMC deberá recibir aún el visto bueno de los ministros de Comercio de los 142 países miembros de la organización durante la conferencia ministerial de Doha (Qatar) que se celebrará en noviembre. Treinta días después de la ratificación de los documentos de adhesión, Pekín se convertirá en miembro de pleno derecho de la organización.
"Este es un desafío sin precedentes", que consiste en "incluir a un país cuya economía está en transición de una economía planificada a una de mercado en el sistema comercial multilateral", ha apuntado el negociador chino Long Yongtu.
Rusia, el otro antiguo gigante comunista, candidato desde 1993 al Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT), predecesor de la OMC, será la única gran potencia en permanecer al margen de la OMC, aunque se encuentra dentro de la treintena de países que han iniciado un proceso de ingreso en la organización, en el que también están Arabia Saudí, Vietnam, Argelia, Yugoslavia e Irán.
Moscú espera ingresar en la OMC en 2002 o en 2003, pero, según los expertos, este proceso podría alargarse y durar al menos cinco años, ya que su adaptación se presenta complicada. Este inmenso país ex comunista ha puesto en marcha numerosas reformas para liberalizar su economía, pero aún queda mucho por hacer. Además, el peso de Rusia, al margen de sus recursos minerales y de gas, es menos importante que el de China, quinta potencia económica mundial, que se perfila como uno de los pesos pesados de la OMC, tanto económica como políticamente.
Balanza en favor de Asia
La OMC, un club dominado por las potencias occidentales, sobre todo Estados Unidos, verá así cómo la balanza se inclina en favor de Asia, siempre que las previsiones de crecimiento económico de China se confirmen. Pero este profundo cambio está teniendo importantes costes sociales para China, cuyo ingreso en la OMC está registrando a la vez grandes esperanzas y grandes temores.
Por ello, el negociador chino, Long Yongtu, ha querido dejar claro a todos los socios que "todo el mundo ganará con la entrada de China". "El gran potencial del mercado chino se transformará gradualmente en poder adquisitivo y nosotros ofrecemos un inmenso mercado abierto a todos los países del mundo", ha prometido.
China, con 1.200 millones de habitantes y un intercambio comercial anual de 480.000 millones de dólares, es considerado el mercado potencial más interesante de este siglo. Asimismo, es el quinto mayor país exportador del mundo y el sexto en importación de bienes y manufacturas, además de generar el 10% de la producción mundial.
Además, tiene grandes potencialidades, como la mano de obra y los productos, que pueden hacer de ella la gran potencia asiática de aquí a 20 años, en detrimento de Japón. Además, tras su entrada, Taiwán, considerado como uno de los dragones asiáticos, se unirá a la OMC a comienzos de 2002.
Long Yongtu ha garantizado que China respetará lealmente las reglas de la OMC, aunque su lugar estratégico en la organización sigue siendo una incógnita. Puede elegir jugar en el club de las grandes potencias, convertirse en portavoz de los países en desarrollo o tener un papel de moderador entre las distintas potencias.
En Asia, las demás potencias económicas emergentes -Tailandia, Singapur, Filipinas, Corea del Sur, Malasia, Pakistán y sobre todo India, con sus mil millones de habitantes- se encuentran divididas entre temores y expectativas, dado que la futura apertura de los mercados a los productos chinos les hace temer la aparición de una competencia a bajo precio en los sectores de la actividad de estos países.
Por otro lado, la entrada de Pekín en la OMC provocará la existencia de cuatro chinas en el seno de esta organización: la China continental, Taiwán, Hong Kong y Macao. Además, le dará otro asiento suplementario en la organización, donde ya tiene dos.
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