Austria obligará a los inmigrantes a hablar alemán bajo la amenaza de expulsión
La medida afectará a 18.000 personas el año que viene, que tendrán que sufragar la mitad de las clases
El Gobierno austríaco, formado por una coalición de derecha y extrema derecha, se ha sumado al endurecimiento de las leyes de extranjería que se está produciendo en toda Europa. Así, Viena ha aprobado un borrador que establece la obligatoriedad de aprender alemán a los inmigrantes que entren a partir del 1 de enero de 2003 en Austria y a los residentes en el país desde el 1 de enero de 1998.
De acuerdo con la normativa, que amplía las excepciones a esa obligatoriedad fijadas por el borrador acordado el pasado 4 de marzo por el Gobierno, los extranjeros que al cabo de cuatro años no hayan aprendido alemán perderán el derecho de residencia. El texto prevé otras penalizaciones previas a la expulsión, como la suspensión de las ayudas sociales y de desempleo.
El texto, llamado Tratado de Integración, ha sido adoptado esta mañana por los partidos de la coalición de Gobierno austríaca: el democristiano (OEVP) y el liberal (FPOE), con mayoría en el Parlamento federal, lo que garantiza su aprobación en la cámara.
Los grupos exentos
La ley estipula varias excepciones para no estar obligado a recibir clases de alemán, entre las que figuran, por ejemplo, los niños y colegiales, los ciudadanos del Espacio Económico Europeo (Noruega, Islandia y Liechtenstein) y los ciudadanos de países con los que Austria tenga acuerdos bilaterales especiales.
Asimismo, se librarán de las clases los refugiados, según la Convención de Ginebra, y aquellos de los que el funcionario responsable de un distrito crea que pueden comunicarse suficientemente bien en alemán, así como, según el nuevo texto, los altos ejecutivos y las personas gravemente enfermas y mano de obra clave que permanezca menos de dos años en Austria.
La nueva ley de extranjería afectará el próximo año a unas 18.000 personas, la mayoría procedentes de los países del centro y del este de Europa vecinos a Austria, pero también provenientes de EE UU y Canadá, según fuentes del Gobierno.
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