Alemania fija fuertes límites a la entrada de ciudadanos de 22 países

Berlín se dispone a introducir estrictos controles para los ciudadanos de 22 países que quieran viajar a Alemania, según informaciones del semanario Der Spiegel, que se publica hoy. En la lista figuran países como Egipto, Irán, Arabia Saudí, Afganistán, Pakistán y Corea del Norte. Al contrario de lo que sucedía hasta ahora, los datos personales de estos viajeros serán cotejados con los bancos de datos de los servicios secretos germanos. Las medidas alemanas se enmarcan dentro de la política de la UE de blindar el continente frente al terrorismo.

Según Der Spiegel, cuya información no facilitaba ayer los nombres de todos los países afectados, en un principio se consideró también incluir en la lista a Turquía. Los expertos consideran que desde allí entran radicales islámicos en la UE, pero su pertenencia a la OTAN ha llevado a que las autoridades alemanas descartaran esta opción por razones diplomáticas. Portavoces de los ministerios de Exteriores e Interior, que prepararon conjuntamente los nuevos controles, según Der Spiegel, declinaron ayer cualquier comentario.

El ministro del Interior, Otto Schily, había confirmado la semana pasada informaciones en el sentido de que Al Qaeda, la red terrorista de Osama Bin Laden, está intentando trasladar algunos de sus miembros a Europa. En una circular distribuida entre los guardas de fronteras alemanes, citado por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, figuran los nombres de 31 afganos que, según informaciones de Interpol, estarían intentando llegar hasta el Reino Unido a través de Bulgaria, Eslovaquia, la República Checa, Austria y, posiblemente, Alemania. Según las autoridades, los presuntos terroristas habrían contratado para el viaje los servicios de guías especializados en inmigración clandestina. Schily aseguró que Alemania ha de 'estar alerta', aunque también pidió no caer en un 'constante alarmismo'.

Comenzando con un grupo que se formó en Hamburgo en torno a Mohamed Atta, uno de los pilotos que el 11 de septiembre atentaron contra las Torres Gemelas y el Pentágono, las autoridades alemanas han descubierto y desmantelado al menos otras dos células de presuntos terroristas, cuyos miembros mantenían contactos con islamistas en Italia, Reino Unido y otros países europeos.

Nueva ley de inmigración

Más allá de la amenaza terrorista, sin embargo, Berlín no está intentando cerrar ulteriormente sus fronteras a los inmigrantes, como intentan otros países. Por el contrario, el presidente de la República, Johannes Rau, está evaluando en estos días la ratificación de una nueva ley de inmigración que supone una profunda reforma de la anticuada ley de extranjería y, al menos en principio, abre las puertas a una entrada regular de extranjeros al país.

La ley fue aprobada, en contra de la voluntad de los conservadores, en una polémica votación en la Cámara alta del Parlamento (Bundesrat), en marzo pasado. En ella, los gobernantes socialdemócratas y verdes se sirvieron de un truco de procedimiento, cuya legitimidad ahora es analizada por Rau. En caso de que el presidente refrende con su firma la ley -todo indica que así lo hará, aunque quizás no antes del 22 de septiembre, fecha de las elecciones generales-, los conservadores podrían recurrirla ante la Corte Constitucional Federal.

Un total de 7,3 millones de personas residentes en Alemania, casi el 9% de la población, son extranjeros. El número de turcos, por ejemplo, residentes en Alemania se eleva a dos millones de personas.