Nueva York extrema su seguridad ante nuevos atentados
Se refuerzan los controles en los puentes y túneles de acceso a Manhattan y algunos edificios históricos quedan clausurados
Los neoyorquinos reviven el terror del 11 de septiembre ante la posibilidad de nuevos ataques terroristas contra la ciudad. El departamento de Policía de Nueva York ha comenzado ya a reforzar la seguridad en lugares como la Estatua de la Libertad, túnes y puentes de acceso a Manhattan. El FBI ha alertado sobre amenazas generales sobre Nueva York, aunque no se han dado a conocer detalles de estas amenanazas terroristas ni de la respuesta concreta que se adoptará.
Por el momento, la policía ha redoblado los controles de vehículos que atraviesan los puentes y túneles que unen la isla de Manhattan con otras áreas y ha clausurado el acceso a algunos recintos históricos.
El incremento de la seguridad se produce después de reiteradas declaraciones de miembros del gobierno estadounidense sobre la persistencia de la amenaza terrorista contra EE UU.
El vicepresidente Dick Cheney señaló el pasadodomingo en un programa de televisión que no era una cuestión de si se producirían ataques terroristas, de lo que asguró tener seguridad, sino de "cuándo".
Al día siguiente, el director de la Oficina Federal de Investigación (FBI), Robert Mueller calificaba de "inevitable" que terroristas suicidas volvieran a actuar en territorio estadounidense, a pesar del incremento de la vigilancia.
Las autoridades neoyorquinas han extremado las precauciones también por la celebración de la Semana de la Flota, que comienza hoy con un desfile de una veintena de buques de guerra en la bahía de Manhattan. Para evitar riesgos, no se permitirá a los buques de guerra en movimiento a acercarse a la bahía a menos de 90 metros. Los barcos privados deberán permancer como mínimo a 140 metros de la sede de Naciones Unidas, de la isla de Ellis y de la Estatua de la Libertad y a menos de 22 metros de puentes, muelles y túneles.
Mientras el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, no ha evitado ser directo sobre la posibilidad de un nuevo ataque, el máximo responsable del Departamento de Poliía y el gobernador Pataki intentan tranquilizar a la población, asegurando que todas las fuerzas de seguridad e inteligencia del país están bien coordinadas y no se baja la guardia.
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