India aprueba el discurso de Musharraf pero espera "acciones concretas contra el terrorismo"
La policía paquistaní detiene a 900 integristas en las últimas 24 horas
India ha reaccionado hoy con una mezcla de escepticismo y moderado optimismo al discurso que pronunció ayer el presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, encaminado a disminuir las explosivas tensiones los países vecinos. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Jaswant Singh ha reclamado hechos y no palabras.
"Recibimos con satisfacción el compromiso declarado de Pakistán de no apoyar ni permitir la utilización de su territorio para el terrorismo en cualquier lugar del mundo, incluído el Estado indio de Cachemira", ha explicado el ministro. Pero no hay que guiarse "por la declaración de intenciones sino por las acciones que se tomen sobre el terreno", ha subrayado Singh en rueda de prensa.
A pesar de todo, el ministro ha reconocido un moderado optimismo en el Gobierno de Nueva Delhi sobre algunas medidas anunciadas por Musharraf como la ilegalización de los grupos guerrilleros islámicos Lashkar-e-Toiba y Jais-e-Mohmmad, a quien India atribuye el atentado contra el Parlamento federal cometido el 13 de diciembre y que causó 12 muertos. "Esperamos con ilusión una efectiva y completa ejecución de esta medida", ha sentenciado.
Por otro lado, el ministro indio se ha mostrado dispuesto a reanudar el diálogo con Pakistán, pero ha excluido la implicación de una tercera parte que medie en del conflicto de Cachemira, tal y como había sugerido Musharraf.
Una medidata respuesta
La intervención del ministro ha sido pospuesta un par de horas, ya que en principio estaba anunciada para las 7.30 hora española. Previamente, el primer ministro del coloso nuclear, Atal Behari Vajpayee, reunió a su gabinete de seguridad y a los principales líderes de la oposición para decidir la respuesta del país respecto a los últimos movimientos de su vecino para sofocar el terrorrismo islámico que sufre la India por parte de grupos con base en Pakistán.
Ayer, en su esperado discurso a la nación, el general Musharraf fue contundente en la condena del terrorismo pero, al mismo tiempo, hizo una proclama de las aspiraciones soberanistas de Pakistán sobre la dividida provincia de Cachemira, constante foco de tensión entre ambos países desde su independencia en 1947, que ha desencadenado tres guerras y ha provocado una loca carrera armamentística que ha llevado a ambos países a ingresar en el selecto club nuclear.
El polvorín de Cachemira es también el origen de la actual crisis, desencadenada tras el asalto al Parlamento federal, del que Nueva Delhi acusa a Islamabad. El sangriento incidente provocó la mayor movilización de tropas de la frontera de más de 50 años, una escalada de acusaciones y gestos de diplomáticos de agravio y el regreso de la amenaza de un guerra nuclear. Además, en 1989 prendió en la zona una insurrección separatista musulmana en la que han perdido la vida más de 35.000 personas.
La comunidad internacional ha recibido con esperanza las palabras de Musharraf para desactivar el conflicto. Así, EE UU cree que ahora sí hay una base para la resolución pacífica y por la vía diplomática de las tensiones.
Por su parte, los analistas valoran los elementos positivos del discurso, aunque ayer ya vaticinaron que India mantendría en alerta sus tropas hasta estar convencidos de que el presidente paquistaní tiene una verdadera intención de luchar contra el llamado "terrorismo de frontera".
900 extremistas detenidos
Cerca de 900 personas han sido detenidas en Pakistán por la Policía en las últimas 24 horas en el marco de las directrices fijadas ayer por el presidente paquistaní en su discurso a la nación en el que anunció entre otras cosas la prohibición de los grupos extremistas supuestamente responsables del ataque al Parlamento indio en el que murieron catorce personas a mediados de diciembre.
Durante la pasada madrugada también fueron precintados centenares de locales, que pertenecían a las organizaciones declaradas prohibidas ayer por el presidente.
La mayoría de las personas detenidas pertenecen igualmente a los dos partidos prohibidos por Musharaf en el discurso a la nación: el Sipah i Sahaba Pakistan (SSP-sunní) y el Tehreek i Jafria Pakistan (TJP-chíi).
Las mezquitas y los lugares susceptibles de sufrir problemas, como algunas escuelas coránicas, fueron puestos bajo vigilancia policial.
En la provincia de Sindh, "el número total de militantes arrestados se eleva ahora a 250", ha indicado un responsable local de la Policía.
Ayer, cerca de 200 extremistas habían sido detenidos ya en esta provincia, algunas horas antes del discurso del presidente, que anunció la prohibición de cinco organizaciones político-religiosas.
En la provincia de Punjab, más de 530 sospechosos fueron detenidos en las últimas 24 horas, y más de 200 locales pertenecientes a organizaciones prohibidas fueron precintados, según las autoridades de la Policía.
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