22 policías heridos en una manifestación convocada por las juventudes del Sinn Fein

Diecinueve policías y tres soldados han resultado heridos en una manifestación organizada por las Juventudes del Sinn Fein que ha degenerado en el asalto a dos puestos de vigilancia militar y una comisaría en el condado de Armagh (sur del Ulster).

Los manifestantes, un centenar de católicos que pedían la retirada de las tropas británicas de Irlanda del Norte, atacaron con bombas incendiarias, piedras y material pirotécnico una torreta del Ejército en la localidad de Croosmaglen, cerca de la frontera con la República de Irlanda.

Según un portavoz del Servicio de Policía norirlandés, el grupo ha irrumpido también en la comisaría de policía de la citada localidad y ambos actos violentos han causado heridas a tres soldados y a nueve agentes de policía. Dos de los agentes agredidos han sufrido heridas en la cabeza y han tenido que ser trasladados en helicóptero a un hospital.

Después, los manifestantes se han desplazado en coches y autobuses al vecino pueblo de Drummakavall, donde han atacado otra torre de vigilancia del Ejército.

En esta ocasión, las fuerzas de seguridad han disparado algunas balas de goma para reprimir a los manifestantes en una disputa que ha dejado 10 agentes heridos.

Protesta orquestada

El portavoz del Servicio de Policía ha declarado que "desde el principio estaba claro que era una protesta bien orquestada que nunca tuvo la intención de ser pacífica". "El número de policías heridos es la prueba de que la violencia era la única intención de los participantes, violencia para la que, obviamente, estaban bien preparados", ha añadido el representante policial.

La desmilitarización del Ulster ha sido una reivindicación y una condición del Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), para avanzar en el proceso de paz norirlandés.

El pasado mes de octubre, el Gobierno de Londres ordenó el desmantelamiento de cuatro instalaciones militares tras la decisión del IRA de inutilizar algunas de sus armas.

Este gesto fue la primera respuesta del Ejecutivo del primer ministro británico, Tony Blair, al anuncio de la banda terrorista y reavivó el estancado proceso de paz del Ulster.