Las amenazas de bomba y el cerco policial desatan la psicosis en Génova

El artefacto incendiario, dirigido contra el grupo antiglobalización Monos blancos, estaba programado para estallar a las 18.30 GMT del lunes (20.30 en España) y pudo ser desactivado cinco minutos antes. Miembros de la agrupación dieron la alarma al observar una maleta de la que salían unos cables, en una furgoneta estacionada delante del estadio Carlini, lugar de encuentro de las formaciones más radicales y en especial de los Monos blancos.

La policía halló en la maleta una microcarga explosiva, un bidón de gasolina conectada con cables eléctricos a una pila y un reloj de cuarzo.

Este último incidente se unió al del lunes por la mañana, cuando una carta bomba hirió de gravedad a un auxiliar de los carabineros, Stefano Storri, de 20 años, y tanto los políticos como los dirigentes de los grupos antiglobalización condenaron ese atentado.

Además, las falsas amenazas de bomba se sucedireron en las últimas horas de ayer, lo que no hace sino elevar el clima de tensión previo al encuentro de este fin de semana.

Génova es, dos días antes de la reunión de los líderes de los países más ricos del mundo, una ciudad sitiada por las fuerzas de seguridad. Italia ha concentrado en la ciudad más de 15.000 hombres, dispuestos a impedir espectáculos como los sucedidos en Seattle, Goteburgo o Praga.

Los activistas del movimiento antiglobalización están furiosos con el presidente italiano, Silvio Berlusconi, por las fuertes medidas de seguridad y por la suspensión temporal del Acuerdo de Schengen, mientras en la UE crece el temor de que se califique a sus estados de "policales".

Los grupos más radicales del movimiento, que hacen campaña contra la mundialización de la economía e invitan a la desobediencia civil, tratarán de invadir en su manifestación del viernes la zona roja del G8, perímetro prohibido en torno al palacio ducal de Génova, donde se desarrollará la cumbre de los siete países más desarrollados, más Rusia.

Bloquean el tráfico ferroviario con Suiza

Un centenar de manifestantes antiglobalización bloqueó el lunespor la noche el paso del tren que une las ciudades de Dortmund (Alemania) y Milán (Italia) en la frontera suiza de Chiasso (cantón del Tichino, al sur del país).

Los manifestantes se tumbaron sobre las vías para impedir el paso del tren y sólo se dispersaron tras la intervención de la Policía helvética, que permitió que el convoy pudiera seguir su camino una hora después.

El grupo, formado por alemanes, suizos, italianos y estadounidenses, eligió esta forma de protesta cuando a dos manifestantes, que se encontraban en el tren, se les prohibió entrar en Italia.

Después de abandonar las vías del tren, el grupo ha bloqueado la aduana italiana, donde han sido controlados por medio centenar de policías.