Los rebeldes se repliegan hacia Kosovo tras la ofensiva del Gobierno macedonio
El secretario general de la OTAN, George Robertson, y el encargado de Asuntos Exteriores de la UE, Javier Solana, llegan esta tarde a Macedonia para reanimar las conversaciones de paz
Las fuerzas gubernamentales han hecho gala de su victoria al izar la bandera de Macedonia en lo alto de la fortaleza otomana de Cale, desde donde los guerrilleros han estado combatiendo durante doce días. Hoy reinaba el silencio en las laderas que ayer servían de campo de batalla. Los pueblos montañeses tomados en la ofensiva albanesa parecían abandonados.
Las operaciones contra los rebeldes han continuado a lo largo del día de hoy, pero más arriba en la cordillera de Shar, frente a la frontera de Kosovo. En los ataques de ayer se ha informado de un soldado muerto, en un puesto fronterizo a unos 20 kilómetros al norte de la capital, Skopje, que supuso el segundo foco de la ofensiva. Enarbolando la bandera ante numerosas cámaras de televisión, las fuerzas gubernamentales han hecho gala de su victoria.
Sin embargo, las tropas gubernamentales aún estaban envueltas en combates contra la guerrilla en la zona occidental de Tetovo al caer la noche ayer. Según fuentes cercanas a los rebeldes, los albanos se sienten engañados por el alto el fuego unilateral declarado por el Gobierno, y prevén nuevos ataques contra las posiciones macedonias. Tetovo se encuentra a tan sólo 40 kilómetros de la capital del país, Skopje. La duda ha quedado despejada por las declaraciones del coronel Blagoja Markovski, portavoz del Ejército, quien ha afirmado que la operación "va a continuar".
Si la derrota de los insurgentes resulta ser total, el Gobierno se ha comprometido a abrir negociaciones con los dirigentes políticos de la comunidad albanesa de Macedonia, que supone alrededor de la tercera parte de la población del país.
Preocupación por los civiles
El secretario general de la OTAN, George Robertson, y el encargado de Asuntos Exteriores de la UE, Javier Solana, llegarán esta tarde a Macedonia para reanimar las conversaciones de paz entre el Gobierno y los rebeldes albanos. La ofensiva de ayer, lanzada tras 12 días de tensa espera, constituyó un duro golpe para los negociadores occidentales, que esperaban poder alcanzar la paz antes de que se recrudecieran los combates.
"No queríamos que pasara, pero lo han hecho. Ahora sólo esperamos que hayan usado la fuerza en proporción a la amenaza a la que se enfrentan, y sobre todo ue no se hayan producido víctimas civiles". Quién así hablaba ayer era un diplomático occidental, que expresaba el deseo de europeos y estadounidenses de evitar un nuevo conflicto armado a gran escala en la zona, la que sería la quinta guerra de los Balcanes en la última década.
Occidente teme también que se rompa el precario equilibro étnico en Macedonia. Este país fue la única ex república yugoslava que se independizó sin violencia. De sus dos millones de habitantes, tres cuartos son de origen eslavo, y el resto está compuesto por albaneses. Esta proporción se convierte en un 50-50 en la capital, Skopje.
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