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El hacha de piedra
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Y si en vez de un gato, fuera un bebé el protagonista de la paradoja de Schrödinger?

Tomando como ejemplo el fenómeno conocido como superposición cuántica, Chuck Palahniuk construye un relato en su último libro

Montero Glez
Schrödinger
El físico Erwin Schrödinger fotografiado en 1950.SSPL (Getty Images) (SSPL via Getty Images)

Chuck Palahniuk, el autor de El club de la lucha, acaba de publicar su último trabajo en castellano. Se trata de un manual dirigido a la gente que pretende dedicarse al oficio más antiguo del mundo, es decir, el de contar historias. Se titula Plantéate esto (Random House).

Capítulo a capítulo, Palahniuk va construyendo una guía para desarrollar un relato a partir de su experiencia personal. Es un trabajo sincero y muy propio para instruir a todas aquellas personas que nos dedicamos a esto. En uno de los capítulos, cuenta cómo sus perros empezaban a llorar cada vez que sacaba su maleta del armario para irse de gira promocional. Esto lo llevó a plantearse un cuento en el cual un gato se colaba en la maleta de alguien que salía de viaje.

De esta manera, Palahniuk pone los cimientos para traer hasta la ficción la conocida paradoja de Schrödinger, un experimento mental que toma el nombre del físico y filósofo austriaco que lo expresó, construyendo una figura arquetípica cuya imagen forma parte del inconsciente colectivo. Para no complicarnos mucho, vamos a contar de manera sencilla en qué consiste la citada paradoja de Schrödinger.

Porque Erwin Schrödinger utilizó un gato para explicar lo inexplicable a ojos vista, tomando como ejemplo la dimensión macroscópica del citado gato. De esta manera, demostró que una partícula elemental puede existir en varios estados a la vez, al igual que un gato dentro de una caja en la que se ha habilitado un dispositivo que consiste en una pequeña ampolla de vidrio cargada de un veneno mortal. Sujeto sobre la ampolla hay un martillo que, si cae sobre ésta, la romperá, dejando salir el veneno. Con ello, el gato moriría. Para que esto ocurra, para que el dispositivo se accione, tiene que aparecer una partícula alfa, pues el martillo está conectado a un detector de estas partículas.

Pero puede suceder que la partícula alfa no aparezca. En este caso, el gato continuará vivo. Para saber si el gato está vivo o está muerto, sólo hay que abrir la caja. Mientras tanto, mientras no se abra la caja, el gato está vivo y muerto a la vez. Esta situación paradójica sirve como ejemplo de un fenómeno conocido como superposición cuántica del que Chuck Palahniuk se sirve para llevarnos de viaje con el protagonista de su relato, un hombre que toma un vuelo nocturno a Europa y que, cuando aterriza, se encuentra un mensaje de voz en el teléfono. Es su mujer, diciéndole que el gato ha desaparecido. Cuando llega al hotel no quiere abrir la maleta, pues no sabe si el gato está vivo o está muerto.

A partir de aquí, Palahniuk comienza a superponer tramas, desarrollos que conducen al final del relato, siguiendo las directrices cuánticas que llevan a plantearse condicionales que van desde el hombre acariciando la maleta cerrada, compungido y bañado en lágrimas, hasta el hombre abriendo la maleta y encontrándose con el gato muerto por asfixia, llamando de inmediato a su mujer para decirle que... el gato no está ahí.

Pero también puede pasar que el gato no sea un gato, y que sea un bebé. Más inquietante todavía, ¿verdad?

Con ello Palahniuk nos viene a decir que si podemos identificar el arquetipo que domina nuestro relato, se satisfacen “las expectativas inconscientes” de las personas que lo vayan a leer. La fábula puede llegar a ser tan poderosa que una imagen ficticia, convertida en arquetipo universal, pase a convertirse en una imagen real, como lo es la imagen del gato dentro de la caja que contiene un dispositivo mortal que, a su vez, es hipotético, es decir, que ni es verdadero ni es falso.

La sombra del fuego

Chuck Palahniuk publicó la novela El club de la lucha en contra de sus expectativas, es decir, que se la envió al editor como el que manda un artículo de broma, para reírse de él y, sobre todo, para reírse de sí mismo. El humor ha sido y es la constante de toda su obra, de eso no hay duda.


Sin ir más lejos, en una de sus novelas, una actriz porno intenta batir el récord de sexo en grupo con 600 hombres. Todo un reto para ella y para Chuck Palahniuk, que consigue articular el argumento a partir de los diálogos entre los participantes. Por si fuera poco, en otro de sus relatos sale un joven que, en busca de placer anal, se sienta sobre el desagüe de una piscina que succionará su colon, consiguiendo un colorido léxico tan salvaje y primario que bien podemos asegurar que Chuck Palahniuk compone su texto inspirado en la violencia de la música punk. Su obra tiene una distinción primitiva que alcanza esas regiones de sombra que mantenemos ocultas hasta que algo, o alguien, las descubre. Y Chuck Palahniuk elabora el fuego del relato desde ese territorio escondido. Con su lectura, nos ayuda a superar el umbral de nuestros complejos más íntimos. En su libro recién publicado, Plantéate esto, el escritor nos muestra su juego, desde que un buen día llegó a la casa de Tom Spanbauer dispuesto a descubrir dónde se esconde el tesoro, hasta darse cuenta de que lo mejor que le puede pasar a un relato es que no debe dar la sensación de que lo ha escrito un escritor. Con estas cosas, y contra todo pronóstico, Chuck Palahniuk se convertirá en uno de los grandes autores contemporáneos.


El jabón del club de la lucha, al igual que los desagües de las piscinas, son elementos que ya forman parte del imaginario colectivo. Su manera de contar ha conseguido colarse por una de las grietas del sistema, como en su día se colaron Hemingway, Mailer, Faulkner y Steinbeck, pero con más descaro. 

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Sobre la firma

Montero Glez
Periodista y escritor. Entre sus novelas destacan títulos como 'Sed de champán', 'Pólvora negra' o 'Carne de sirena'.

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