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La punta de la lengua
Columna
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Medios aéreos

La fórmula resulta insatisfactoria y poco rigurosa, fruto de la pereza que invade a algunos redactores, no solamente en verano

Aeronaves
Dos aeronaves sobrevuelan el Palau Sant Jordi y el estadio olímpico de Barcelona camino de un incendio de Martorell el 14 de julio 2021.Joan Valls (NurPhoto via Getty Images)
Álex Grijelmo

La expresión “medios aéreos” se ha extendido como el fuego en este verano de incendios forestales, en detrimento de la palabra “aeronaves”, que se venía utilizando con anterioridad. Es posible que eso haya desconcertado a parte del público, porque cabe entender el término “medios” como equivalente de distintas clases de aparatos destinados a combatir las llamas desde el aire. Así, “tres medios aéreos” se puede interpretar como un conjunto formado por cuatro avionetas, dos hidroaviones y seis helicópteros, por ejemplo, pues entre todos representan tres “medios aéreos” distintos (y a la vez 12 unidades). Por tanto, en este contexto, la palabra “medio” resulta confusa.

Un medio es, según una de las 37 acepciones del Diccionario una “cosa que puede servir para un determinado fin”. Así pues, la definición resume la vieja relación entre los medios y los objetivos, cuyo insensato desequilibrio suele producir grandes males a la Humanidad.

Las academias del español ponen como ejemplo de uso del sustantivo “medio” las locuciones “medios de transporte” y “medios de comunicación”. Cuando se trata de combatir el fuego, se emplean, en efecto, medios aéreos de transporte (de agua). Pero el Diccionario del Español Actual, dirigido por Manuel Seco, añade en la entrada “medio” el ejemplo “medio de pago”. Y esto nos da un apoyo para entender aquella primera descodificación posible: el dinero en efectivo, los cheques de viaje, los talones bancarios, los pagarés, las transferencias, las tarjetas… son distintos medios de pago. Pero si uno entrega tres euros, no podremos decir que en la compraventa se han utilizado tres medios de pago, sino solamente uno.

En el banco de datos de la Real Academia aparecen numerosos casos, claro está, del sintagma “medios aéreos” (“con la participación de medios aéreos”, “importante dotación de medios aéreos”…), pero no he hallado ningún registro en el que tales medios se reflejen como sustantivo contable (como pasaría en “se emplearon cinco medios aéreos”).

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Ahora bien, nada nos extrañará, por otro lado, si oímos y leemos “se publicó en dos medios” (de comunicación). En ese caso sí interpretaremos que se trata de nombres contables: dos soportes informativos diferentes y que tal vez correspondan incluso al mismo sector (dos periódicos impresos, dos emisoras, dos canales de televisión o dos ciberdiarios).

Por tanto, aunque sonase extraño eso de “tres medios aéreos” no hallaríamos motivo gramatical para apoyar a quienes protestaran contra él.

Sin embargo, desde el punto de vista periodístico, sí se puede añadir alguna consideración: La fórmula “tres medios aéreos” resulta insatisfactoria y poco rigurosa, fruto de la pereza que invade a algunos redactores, no solamente en verano. Porque la pregunta salta enseguida: ¿Qué medios? ¿Helicópteros con 1.200 litros de carga de agua? ¿Con 5.000 litros? ¿Hidroaviones con 6.000 litros posibles? ¿Aviones de coordinación? ¿Drones para la observación? ¿Un globo aerostático lleno de turistas que se sumaron al operativo como voluntarios?

En estas noticias, importan más los datos que las palabras en sí: ¿Cuáles eran esos medios aéreos o aeronaves? ¿Qué capacidad albergaban? ¿Cuántos vuelos emprendieron? ¿Qué porcentaje de superficie humedecían?... Cuando se ofrecen esas respuestas, el lector que lo desee ya puede calcular si tales “medios” eran adecuados o no a tan urgentes fines.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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