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“¿Hay alguien que odie a Dwayne Johnson? ¿Es eso posible?” Cómo ‘La Roca’ ha conquistado el mundo

‘Jungle Cruise’, última aventura de Disney, prolonga el idilio del público con la estrella, que en 2020 volvió a ser el actor mejor pagado del mundo. 

Jungle Cruise Dwayne Johnson
Dwayne Johnson en su estado natural, rodeado de seguidores, en el estreno de 'Hercules' en Berlín en 2014.Andreas Rentz (Getty Images for Paramount Pictures)

Año 2032. El antiguo luchador y actor Dwayne Johnson, conocido por el sobrenombre de The Rock (La Roca), encabeza la carrera a la presidencia de Estados Unidos. Voces críticas le acusan de formar parte de la élite y vivir al margen de los problemas del estadounidense medio. A fin de acallarlas, Johnson concede una serie de entrevistas para exponer al público sus orígenes humildes y cómo las preocupaciones de las clases populares no le son ajenas. Es la premisa de Young Rock (Joven Roca), telecomedia biográfica estrenada este año por la cadena NBC (de momento, sin planes de emisión en España), donde la estrella (California, 49 años) bromea sobre los rumores que llevan años apuntando a su candidatura a la Casa Blanca.

Pero tampoco mucho, porque, a la vez, él insiste en que concurrirá si la gente quiere. Según una encuesta publicada el pasado abril y elaborada sobre una muestra de 30.000 personas, el 46% de la población estadounidense votaría a The Rock: sobre una base de 329 millones de habitantes con derecho a registrarse en el censo, supondría doblar el récord del presidente más votado de la historia, Joe Biden. No por casualidad, es el único candidato para el que Dwayne Johnson ha pedido el voto en toda su carrera.

Por lo pronto, en 2021, su tirón popular se encuentra en plena forma. La aventura familiar Jungle Cruise, última película protagonizada por el intérprete de ascendencia samoana, ha recaudado 90 millones de dólares (casi 76 millones de euros) en su fin de semana de estreno, entre lo acumulado en la taquilla mundial y los visionados de pago en la plataforma Disney+. Se trata del segundo mejor estreno de Disney del año, solo por debajo de Viuda Negra, y por encima de Cruella o Raya y el último dragón. También es otra prueba de la gran versatilidad de Johnson frente a todos los públicos: este mismo año prevé estrenar en Netflix el thriller de acción Alerta roja, acaba de terminar de rodar su primera incursión en el universo de los superhéroes, Black Adam, en la alineación de DC, y antes de la pandemia tuvo tiempo de aparecer en el vídeo de la canción de Taylor Swift The Man, una artista por la que el exluchador de casi dos metros ha demostrado repetidas veces auténtica devoción.

Uli Latukefu interpreta a Dwayne Johnson en la serie 'Young Rock'.
Uli Latukefu interpreta a Dwayne Johnson en la serie 'Young Rock'.NBC (NBCU Photo Bank via Getty Images)

Veinte años después de su primera aparición en el cine, con un pequeño papel en El regreso de la momia (2001), The Rock, que alcanzó popularidad partiendo sillas en las espaldas de sus adversarios o lanzándolos en volandas fuera del ring durante los combates de la WWE, se ha convertido sorprendentemente en un valor seguro para las producciones de Disney ―antes de Jungle Cruise, protagonizó la comedia Papá por sorpresa (2007), encabezó la versión de La montaña embrujada (2009) y puso su voz y sus dotes para el canto al servicio del dios Maui en Vaiana (2016)― y una personalidad, sin ironías, presidenciable.

Es el estadounidense con más seguidores en Instagram, donde, bajo una periodicidad casi diaria, comparte fotos y vídeos motivacionales para animar a la gente a esforzarse, trabajar y esculpir su cuerpo. Fue la primera persona del mundo en hacerse eco de la ejecución de Osama Bin Laden, antes incluso que el entonces presidente Barack Obama (tenía un primo marine que le informó en directo). Sus películas han recaudado un total de 5.000 millones de dólares (en euros, 4.200 millones) y se estima que posee un patrimonio neto de 400 millones (en euros, 337 millones).

Steven Gaydos, editor ejecutivo de Variety y experimentado observador de estrellas de Hollywood, lo consideró el heredero directo de otro héroe de acción con interés por el cine familiar y la gestión política, el actor y exgobernador de California Arnold Schwarzenegger: “Dwayne Johnson comprendió, astutamente, que quedarse encasillado como el tío grande que noquea a la gente y corre a través de edificios en llamas no era la forma de labrarse una carrera. Y sus dotes para la comedia, como las de Arnold, son tremendas”. El periodista de The Guardian Steve Rose, a su vez, se preguntaba: “¿Hay alguien que odie a Dwayne Johnson? ¿Es eso posible? Uno llega a sospechar que, si hubiera una persona en el planeta capaz de expresar un leve desagrado hacia él, Johnson iría a su casa y le prepararía unas tortitas, o simplemente le enviaría gifs levantando su mundialmente famosa ceja derecha hasta que sucumbiera”.

Portentoso y encantador

Una peculiaridad que llamaba la atención al crítico británico Peter Bradshaw sobre Dwayne Johnson es que, mientras Schwarzenegger tuvo a Terminator o Stallone a Rocky, la popularidad del actor no parece cimentarse sobre un personaje icónico, sino sobre él mismo. “Como Arnie [Schwarzenegger], es lo suficientemente afable y autoconsciente para interpretar comedia y cine familiar, pero, a diferencia de él, no lo hace irónicamente. Con su rostro abierto, de ojos grandes, y su personalidad sin pretensiones, poco agresiva, Johnson puede llevar a cabo esas actuaciones”, reflexionaba.

Brendan Fraser, John Woo y un joven Dwayne Johnson en 2001. 'La Momia' fue uno de sus primeros grandes éxitos.
Brendan Fraser, John Woo y un joven Dwayne Johnson en 2001. 'La Momia' fue uno de sus primeros grandes éxitos.Jeff Kravitz (FilmMagic, Inc)

Creíble, bonachón y simpático en Jungle Cruise como improbable versión anabolizada de Humphrey Bogart en La reina de África, La Roca ha sido capaz de simultanear sus éxitos en las películas de Fast & Furious (a las que se sumó en el determinante quinto episodio, un antes y un después para la saga a nivel comercial y de crítica) con la reactivación de la franquicia Jumanji, cuyas dos entregas han cosechado cifras cercanas a un éxito de Marvel. Esa variedad de registros parece, en cierta manera, una extensión de su imagen pública, que le hace capaz de alternar candorosos gestos como el de apoyar una iniciativa contra el acoso sexual llamada “Trata a las mujeres como tratarías a Dwayne Johnson” con otras incendiarias publicaciones como la que dedicó a Vin Diesel poniendo en duda su profesionalidad, origen de un largo culebrón entre los dos ídolos musculosos. “Mis compañeras son increíbles y las quiero. En cambio, mis compañeros son una historia diferente. Algunos son verdaderos profesionales, pero otros no”, escribió La Roca en su cuenta de Instagram al terminar el rodaje de la octava entrega de Fast & Furious.

“Solo he pasado un par de horas con él y ya siento que soy la mejor amiga de Dwayne Johnson en todo el mundo”, escribía con sorna la periodista Caity Weaver, obnubilada por la simpatía de la estrella, en el perfil que le dedicó en GQ. “Cuando te conoce, lo primero que hace es preguntarte 600 cosas sobre ti y recordar las respuestas para siempre. ¿Cuál es mi villancico favorito? Es algo que he tenido que plantearme después de que Dwayne Johnson me lo consultara a 10 meses de las Navidades. Si eres un niño, no vas a poder pasar a su lado sin chocar los cinco. Si vas en silla de ruedas, prepárate para escuchar un poema épico al estilo de Beowulf sobre tu valentía”.

Trabajando el truco

Un leitmotiv de la ficción autobiográfica Young Rock es el concepto que Rocky Johnson, padre de Dwayne y también luchador profesional, inculca a su hijo: “Trabajar el truco” (en inglés, working the gimmick). Tiene que ver con perfilar los números y mejorar la espectacularidad de las actuaciones en lucha libre, pero para ambos acaba siendo, también, una filosofía de vida. Frecuentemente, consiste en tirarse un gran farol para, en el momento de la verdad y con el tiempo disponible, hacerlo real, batir todas tus posibilidades razonables o, al menos, armar un simulacro tan sofisticado y elaborado que cuele.

Dwayne Johnson, con su esposa Lauren Hashian y su hija Jasmine Johnson, descubre su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood el 13 de diciembre de 2017.
Dwayne Johnson, con su esposa Lauren Hashian y su hija Jasmine Johnson, descubre su estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood el 13 de diciembre de 2017.Axelle/Bauer-Griffin (FilmMagic)

Si la historia de Dwayne Johnson resulta inspiradora hasta para el más cínico es por el constante desafío a las expectativas que su figura encarna: este hombre con apariencia de poder sostener un coche con sus manos desnudas se ha enfrentado a tres depresiones, ha vivido la pobreza, se ha visto abocado a la delincuencia juvenil. Pero es, asimismo, el primero en desmontar mitos meritocráticos cuando habla de su experiencia en el fútbol americano, donde no logró triunfar a pesar de una férrea ética de trabajo y de darlo todo. “Pedir ayuda no es una muestra de debilidad. De hecho, pedir ayuda es nuestro superpoder, y los hombres, especialmente nosotros, caemos en la trampa de rechazar la vulnerabilidad, porque siempre queremos sentir que somos fuertes y que podemos comernos el mundo”, declaró en una reciente entrevista para People, la revista que este año le ha nombrado la razón número uno para amar Estados Unidos, por encima de las vacunas contra el coronavirus, la festividad del 4 de julio o el robot Perseverance de la NASA.

Con un 94% de aprobación del público, Jungle Cruise es la mejor entrada que ha logrado Dwayne Johnson en el agregador Rotten Tomatoes a lo largo de su carrera, tal y como celebraba esta semana en Instagram. El buen entendimiento con el cineasta catalán Jaume Collet-Serra durante el rodaje hizo que The Rock lo fichase para dirigir Black Adam, que estrenará en 2022. Y esa relación promete alargarse en, al menos, otra entrega más, puesto que los planes para una secuela de Jungle Cruise ya están sobre la mesa.

En la primera película puramente de acción de La Roca, Pisando fuerte (2004), el actor interpretaba a un exmarine que volvía a su pueblo natal y se encontraba con el viejo aserradero cerrado: ahora, la principal fuente de ingresos del municipio era un casino. Tras descubrir que en el establecimiento se estafaba a los jugadores con dados trucados y se vendía droga a menores, y ante la inacción de las autoridades, el protagonista cogía un palo, destrozaba las mesas y daba la paliza de su vida a todo ser humano relacionado en modo alguno con el negocio. No satisfecho con ello, se presentaba a las elecciones a sheriff para clausurarlo definitivamente. En la película, es tan obvio que todo el mundo va a votar por Dwayne Johnson en esas elecciones que ni siquiera se invierte metraje en mostrar el proceso: simplemente, él anuncia sus intenciones, hay una elipsis y ya sale tomando posesión del cargo. Pisando fuerte es, por supuesto, ficción. Pero en el contexto de una carrera donde el cielo es el límite, y con un cariño y una influencia descomunales entre el público, tal vez haya que plantearse si no será, acaso, el enunciado del truco más grande que haya trabajado nunca.

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