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El milagro de las guitarras en la era del ‘autotune’: cómo la pandemia ha disparado la venta de un instrumento inmortal

La mítica Fender bate su record de ventas en el año de la pandemia, en el que además la mitad de sus compradoras y usuarias son mujeres. Las guitarras demuestran así que la música nunca nos falla

Jimi Hendrix (1942-1970)  con su Fender en el festival Monterey Pop  en junio de 1967.
Jimi Hendrix (1942-1970) con su Fender en el festival Monterey Pop en junio de 1967.Michael Ochs Archives (Getty)
Toni García

En 1954, el mundo de la música sufrió uno de los terremotos más grandes de la historia: Fender lanzó su modelo Stratocaster. La Stratocaster era una extensión de la Telecaster que además de ser más cómoda que su hermana mayor, incorporaba una palanca para el Vibrato. La guitarra enseguida conquistó a los apellidos más grandes del planeta de las cuerdas: Gilmour, Beck, Dylan, Blackmore, Hendrix, Clapton o Ray Vaughan sucumbieron a su encanto y cimentaron para siempre la leyenda.

Desde entonces, la empresa fundada por Clarence Leonidas (más conocido como Leo Fender) en California en 1946, ha sido siempre el Santo Grial de una tonelada de amantes del rock’n'roll y uno de esos motivos por los que vale la pena romper la hucha. Así que no ha pillado a nadie por sorpresa, que en tiempos en los que hay pocas cosas a los que agarrarse, el mástil de una Fender parezca algo fiable: la compañía acaba de comunicar que 2020 se ha convertido en el mejor año de su historia. Para empezar, su aplicación de iniciación a la guitarra, pasó de 150.000 usuarios a 930.000 en el periodo que va a de marzo a junio y el 70% de los usuarios de la misma no superan la cuarentena.

Pete Townshend, de The Who, incrustando una Fender Telecaster en un amplificador. Cosas de la juventud.
Pete Townshend, de The Who, incrustando una Fender Telecaster en un amplificador. Cosas de la juventud.Chris Morphet (Getty)

Aunque Fender no ha revelado el número exacto de instrumentos liquidados (la mayoría online), el jefe de ventas, Andy Mooney, declaró al New York Times que hablaba de ‘dobles dígitos’. Por si no era suficiente, los californianos refuerzan su amplio catálogo de guitarras con la llegada de la Offset, que además del clásico sonido de la casa, ofrecen un precio mucho más razonable: algo que gusta a aquellos que quieren incorporarse al mercado de músicos amateurs sin gastarse una fortuna o a aquellos melómanos más experimentados que desean añadir otra guitarra a su colección.

Fender empezó su camino hacia la gloria en 1909, con el nacimiento de Leo Fender. En los años treinta, Leo, que trabajaba en el taller de su tío reparando radios, decide abrir su propio establecimiento. Allí empieza también a reparar amplificadores y casi como una extensión natural: guitarras. Cada vez más músicos acuden a aquella pequeña tienda de Fullerton a que un tipo -que no toca la guitarra- llamado Fender les arregle la guitarra de la que saben mucho menos que el propio Fender.

Un pintón Bob Dylan con su Fender Stratocaster grabando 'Bringing It All Back Home' en enero 1965 en los estudios de Columbia en Nueva York.
Un pintón Bob Dylan con su Fender Stratocaster grabando 'Bringing It All Back Home' en enero 1965 en los estudios de Columbia en Nueva York.Michael Ochs Archives (Getty)

En 1946, Fender decidió que ya podía montárselo a lo grande y lanzó su propia marca. Con la ayuda del ingeniero Lloyd Loar, en 1950, la compañía presenta el primer modelo de guitarra eléctrica: la Fender Broadcaster. El éxito es tan salvaje que solo cuatro años después, los californianos golpean de nuevo con la Stratocaster, cuya silueta cambiaría para siempre la historia del rock, y -ya de paso- de la música.

Desde entonces, la lista de mitos que la han lucido, manoseado, mimado o destruido en sus conciertos es infinita: Pete Townshend, Alex Turner, Mark Knopfler, Ronnie Wood, George Harrison, The Edge, John Frusciante y un millón más. Ellos han contribuido a hacer de la marca un fortín. Pero ahora son ellas que llaman a la puerta: la revista Billboard explicaba hace unos meses que casi el 50% de las nuevas compradoras y usuarias de Fender en el Reino Unido y EE UU son mujeres. Eso ha hecho que la factoría, que había pasado por alto la influencia del público femenino, esté reconstruyendo su estrategia para adaptarse a una realidad tozuda, que no tiene planeado cambiar y que han empezado a abrazar.

En la era del autotune, los samplers, los sintetizadores, la inteligencia artificial y la música electrónica, Fender es un pequeño gran milagro: su facturación superará este año los 500 millones de euros, sigue manteniendo una plantilla de más de 1000 trabajadores y es la factoría favorita de los que siguen creyendo el poder de lo tangible: mástil, seis cuerdas, palanca y, siempre que sea posible, un ruido infernal.

Lo explicó mejor Justin Norvel, uno de los jefazos de marketing de Fender: “Lo que realmente conecta a la gente con esa guitarra y esa silueta, es la música con la que han crecido”.

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