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La innovadora ‘app’ que convierte salir a correr en algo emocionante (y cinematográfico)

Running Stories es una aplicación de audio que utiliza datos en tiempo real. Con estos elementos crea una experiencia inmersiva en la que el parque por el que corres se llena de ‘zombies’ que te persiguen, de francotiradores o de maridos despechados

Running Stories nace para ser el perfecto antídoto contra la soledad, y para convertir a los 'runners' en protagonistas de su propia aventura. Aquí, Cary Grant en 'Con la muerte en los talones' (1959), quemando los polvorones.
Running Stories nace para ser el perfecto antídoto contra la soledad, y para convertir a los 'runners' en protagonistas de su propia aventura. Aquí, Cary Grant en 'Con la muerte en los talones' (1959), quemando los polvorones.Alamy Stock Photo

El tiempo medio de espera de un Uber en Singapur es de siete minutos y 34 segundos. Mientras Jab, director creativo de la agencia BBH en el país asiático, pensaba una idea interactiva que durase exactamente siete minutos y 34 segundos para entretener a la gente durante esa tediosa espera, se le ocurrió otra idea que posiblemente cambie algunas vidas y, sobre todo, mejore nuestra salud. La criatura se llama Running Stories y es una app capaz de crear historias sonoras e inmersivas en tiempo real a través de tecnología GPS y convertir las carreras en acción. La aplicación detecta la posición del teléfono en el mapa y, a partir de ahí, el usuario se convierte en protagonista de una aventura en la que debe seguir las órdenes del narrador para evitar ser atrapado por zombies, detenido por policías o lograr huir con éxito de su propia boda.

No fue fácil. Jab y su equipo tuvieron que explorar la ciudad, mapear Singapur, buscar puntos clave con cobertura donde la historia pudiese evolucionar, rectificar en zonas con rascacielos e interferencias para que la ruta no perdiese red y, claro, escribir las historias. Ahora, Running Stories pretende incorporar datos adicionales en tiempo real como el tiempo y horarios de apertura de negocios o museos para poder incluir esta información en las rutas y aportar más realismo. Incluso cruzar datos con otros usuarios que estén utilizando la aplicación y que puedan interactuar durante la carrera. “Imagina que la app le ordena a perseguir a alguien que corre unos metros por delante y, a la persona que va delante, el narrador le advierte que tiene que escapar de ese runner que le pisa los talones. Las posibilidades son infinitas”.

El proyecto está en fase beta y aún solo disponible en Singapur, pero la app acumula ya miles de descargas y Jab cree que la idea es solo el principio de nuevas formas de comunicación e interacción. Es realidad virtual aplicada a la realidad de carne y hueso. Y es posible escalar esta tecnología a los sectores más insospechados. Por ejemplo, el trailer de una película. “En vez de un vídeo en Youtube de tres minutos, puede convertirse en un una historia real en la que los espectadores se convierten en protagonistas. También se podría vivir en primera persona el libro de tu autor favorito”, apunta. En Running Stories hay tres relatos que han sido grabados en estudio, pero Jab quiere que la aplicación sea open source para que cualquier persona con una buena idea pueda compartir historias.

Esto puede parecer una inofensiva ruta para hacer 'running' en Singapur, pero en realidad es un plan de huida ante un inminente apocalipsis 'zombie'.
Esto puede parecer una inofensiva ruta para hacer 'running' en Singapur, pero en realidad es un plan de huida ante un inminente apocalipsis 'zombie'.Running Stories

Aunque parece un oxímoron, no haber desarrollado el proyecto para Uber ha convertido una idea creativa en un modelo de negocio. Desarrollada esta tecnología, se puede aplicar a prácticamente todo. “Es un proyecto que ha costado mucho tiempo, esfuerzo y dinero. Ahora podemos convertirlo en un producto escalable”. Jab, que en realidad se llama Joakim Borgstrom pero poca gente lo conoce por su nombre completo, ha levantado más de 170 estatuillas en festivales de publicidad, trabajado en San Francisco, Barcelona o Ámsterdam en agencias como Wieden + Kennedy o Double You y desarrollado proyectos para Nike, Audi, Coca-Cola o Heineken antes de volar a Singapur ser el director creativo ejecutivo de la agencia BBH hace algo más de tres años.

Pese a su multipremiada carrera en publicidad, o tal vez por eso, conserva un punto crítico y díscolo que le permite desarrollar ideas que coquetean más con el arte de entretener que con el oficio de vender. “No me gusta la publicidad: suele ser intrusiva, molesta y cero efectiva”, afirma. Él cree en otras formas de comunicación que tienen más que ver con el entretenimiento. “Es más interesante y honesto pensar en proyectos que interesen a la gente y no insulten a su inteligencia”, afirma. Hace un año convirtió la ciudad de Bangkok en un decorado en el que conseguir monedas virtuales para ganar productos o descubrir conciertos en puntos secretos en la ciudad. También creó la mayor proyección en 3D jugable sobre el Hotel Roosevelt de Hollywood. “La publicidad que vemos cada día en internet es más contaminante que el plástico. Utilicemos la creatividad y la tecnología para inventar historias entretenidas”.

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