Ocho días para enfrentarte a tu infancia: así es el Método Hoffman, la severa terapia de culto entre ricos y famosos
El retiro promete una “reconexión total” en una semana. Sus defensores hablan de catarsis; sus detractores, de un viaje demasiado abrupto hacia las propias heridas

Oprah Winfrey lo describió como “10 años de terapia en una semana”. Katy Perry aseguró que le salvó su vida ante una terrible depresión. Y Vogue París lo ha señalado como “uno de los mejores retiros de bienestar para sanar cuerpo y mente en todo el mundo”. Hablan del Método Hoffman, un programa intensivo de desarrollo personal, que según reza en su web oficial busca “establecer una relación más amorosa con los demás y con nosotros mismos a través de la inmersión en la propia infancia”. Sus detractores, sin embargo, lo ven lejos de ser un camino amable hacia la autorrealización. Para algunos, el retiro de ocho días es más una inmersión forzada en el sufrimiento que una vía rápida de transformación.
No fue la percepción de Rafael de Cárdenas. Un año después de terminar el proceso, el director creativo y diseñador afincado en Nueva York compartió en sus redes sociales su experiencia después de pasar una semana aislado con una veintena de extraños en la localidad californiana de Petaluma. “No siempre estoy agradecido o feliz, pero ahora puedo ver los patrones oscuros que me moldearon”, escribió en Instagram, en un testimonio donde habla de sentirse “crudo, vulnerable y expuesto”. En videollamada con ICON, De Cárdenas ha explicado que no llegó al método atravesando una crisis ni una ruptura vital. “Quería vivir con más gratitud; sentía que estaba siempre compitiendo. Lo que no sabía era que me iba a enfrentar a mí mismo, porque al final la obra a pulir eres tú”.
El Instituto Hoffman define su proceso como una transformación en cuatro planos: emocional, espiritual, intelectual y físico. El codirector del Instituto en España, Luis Fernando Cámara, afirma que “no existe una fórmula mágica para sanar” e insiste en que no puede prometer que una semana de retiro cambiará tu vida. “Yo no sé qué efecto tendrá en ti, pero el 95% de nuestros pacientes siente un cambio en sus relaciones personales, de pareja o familiares”. Explica que, mediante diferentes técnicas, como la terapia Gestalt, la cognitiva conductual y el psicoanálisis, los asistentes revisan episodios de su infancia para identificar patrones y tratar de modificarlos.
Eleanor Moran, periodista de The Guardian, se inscribió al Método Hoffman después de una decepción amorosa, según contó en un artículo publicado en el diario británico. Sin saber por qué, caía una y otra vez en el mismo patrón de hombres y relaciones. Moran descubrió que sus relaciones fallidas tenían más que ver con el vínculo infantil con su padre que con un “mal de amores”. “Comprendí que había puesto a mi padre en un pedestal cuando era pequeña a pesar de que él había sido poco fiable y francamente peligroso”. Después de esa semana de “cambio profundo”, ahora se describe como una persona más empática, consciente de que “todos tenemos heridas secretas que intentamos ocultar”.
El sastre que quiso hacerte feliz
El Método Hoffman fue fundado en 1967 por Bob Hoffman, un exsastre sin ninguna preparación en psicología que, según sus relatos, escuchaba los problemas de sus clientes y trataba de orientarlos. A lo largo de los casi 60 que lleva funcionando el método suma miles de adeptos, pero también detractores. En el 2006, la revista alemana Stern advirtió de que “existe un riesgo de retraumatización: los malos sentimientos se hacen tan presentes que la persona afectada ya no puede procesarlos”. Un artículo citaba caso en Alemania —en la década de los noventa— de algunos pacientes que “tuvieron que ser ingresados en hospitales psiquiátricos durante o después del retiro debido a delirios, depresión severa u otras reacciones graves”. En España, los expertos en psicología consultados, como el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, declinan valorar el proceso debido a que “nunca han estado inmersos en la experiencia”.
Desde el primer día, los pacientes deben compartir sus intimidades y vivencias con extraños, y comprometerse explícitamente a no divulgar lo que ocurre durante esa semana. Sin embargo, entre los testimonios compartidos por antiguos participantes se repiten menciones a prácticas poco ortodoxas: golpear almohadas con un bate o romper guías telefónicas en jornadas que empiezan a las siete de la mañana. Para algunos, esa intensidad forma parte de la propuesta; para otros, evidencia que no es un proceso adecuado para todo el mundo.
A pesar de ser una especie de retiro de culto, el método Hoffman no es precisamente un secreto: está presente en 15 países, con más de 150.000 participantes, de acuerdo con cifras del Instituto. Su popularidad ha resurgido con cierta regularidad cuando algunas celebridades —Orlando Bloom, Sienna Miller o Gwyneth Paltrow, entre otros— han declarado públicamente haberlo practicado. En España, sin embargo, su eco es discreto. El Instituto opera desde 1996 y suma unos dos mil participantes. El motivo, acusa Luis Fernando Cámara, es la poca visibilidad que tiene en comparación a otros centros: “No hemos sabido extenderlo ni darle la difusión suficiente como lo hacen en Estados Unidos, en una población más cercana a la psicología y con más poder económico”.
El precio, elevado, también influye. En España el coste por la semana de retiro parte de los 1.800 euros, más el precio de hospedaje en el Hotel Campus Ph (donde se internan los pacientes), en la ciudad extremeña de Cacéres. Un promedio de 100 euros por noche que suma 2.500 euros por toda la experiencia. En Estados Unidos, los costos se elevan hasta los 8.000 dólares (6.750 euros) según fechas y sedes. Ya en el año 2005 el periodista estadounidense Horacio Silva ironizaba en The New York Times Magazine acerca del proceso como uno de los caprichos de la industria de la moda y la gente privilegiada. “El método Hoffman es un retiro en el que se anima a los devotos a usar etiquetas, no Prada ni Gucci, sino etiquetas como víctima e indigno, basadas en cómo se percibían a sí mismos de niños”. Para Silva, que no se sometió a la terapia, era algo “diabólico”: “Preferiría asistir a la Semana de la Moda de Islandia antes que compartir intimidades con un grupo de desconocidos”, dijo, en alarde de esnobismo antiesnob. Oprah Winfrey definió el Método Hoffman como “un retiro terapéutico exclusivo para los adinerados y famosos”. Quienes pueden costearlo intentan resolver en una semana lo que la mayoría enfrenta toda la vida. Para algunos, el placer está tanto en la posibilidad de sanar como de pagarlo.
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