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Arón Piper: “La fama tiene partes jodidas, pero merece la pena”

Ya ha triunfado en la pantalla y allana el terreno para hacerlo en la música con un cambio de registro hacia el pop. Ha presentado su música del futuro (y parte de la del pasado) en un evento en el CUPRA City Garage de Madrid

Aron Piper antes de su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.
Aron Piper antes de su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.CUPRA

“La fama tiene partes jodidas, pero si lo pongo en la balanza. Merece la pena. Al fin y al cabo me dedico a lo que me gusta y gano dinero con ello”. Dice Arón Piper (Berlín, 1997). La primera canción del actor, modelo y cantante que ha visto la luz tras varios meses inactivo es Invisibilidad, título paradójico cuando tienes casi 12 millones de seguidores en Instagram. Piper entra a una sala de la CUPRA City Garage de Madrid mirando al suelo y a paso veloz, detrás de su equipo, para que nadie le pare antes de su showcase. En la entrada, sus seguidores hacen cola. Encuentra un momento para saludar al equipo de ICON, se disculpa por las prisas y estrecha la mano, en la que lleva un reloj plateado con dibujos de Mickey Mouse.

Aron Piper durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.
Aron Piper durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.CUPRA

“La canción va más del acto de amor de estar al lado de alguien toda la vida, pero sin molestar. Aún así ojalá poder usarlo para el tema de la fama, para ir a festivales o a un simple aeropuerto”, reconoce mientras descansa en los sillones de la sala antes del concierto. Su vestimenta acompaña a su cambio de estilo musical. Ya no es trapero. Viste una camiseta amarilla de tirantes con una serigrafía del demonio de Tasmania, unos pantalones negros anchos y unas Converse negras clásicas.

Ahora tiene una banda y hace, como él dice, indie, con postpunk y “cierta influencia de la Movida Madrileña”. En concreto, dice que le influencian Manu Chao, Tame Impala, Green Day o Blink 182, más conectados con la adolescencia de todo chaval de su generación. “Ha sido algo natural. No hay nada como componer música con una banda, con instrumentos”, explica. Eso sí, quien interpretó a Ander en la serie Élite de Netflix asegura que no siente ningún tipo de arrepentimiento por la música que hacía antes. “Me gusta, pero creo que lo prefiero más para escucharlo que para hacerlo, porque no soy capaz. No tengo esa capacidad que tienen otros artistas de síntesis para expresarse en las letras. Y con esta nueva música me veo más cómodo”.

Nieve, su anterior EP, en un estilo mucho más urbano, originó bastantes críticas en las redes sociales. Muchos le decían que dejase la música o lo criticaban, insinuando que aprovechaba su fama de actor para intentar ser cantante. “Internet es un gran pozo negro donde comenta gente con poca idea. Intento ver poco los comentarios y las críticas. Casi todo son envidias y reflejos de las mismas personas que comentan”, responde rápido al planteárselo. ARON, su nombre artístico, está seguro de sí mismo: “Llevo tres años de artista independiente pagándome yo absolutamente todo sin buscar ni una colaboración famosa por nada”. “Cuando he colaborado con artistas como Polimá Westcoast o Pablo Chill-E es porque yo se lo he pedido a ellos, porque me gustaban. Nunca he buscado el movimiento por el famoseo”. La canción Cu4tro, junto a estos dos artistas latinoamericanos, ha conseguido 47 millones de reproducciones en Spotify.

Aron Piper durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.
Aron Piper durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.CUPRA

A Piper le llamaba la atención del trap esa actitud punk, el estilo al que busca acercarse ahora. También su forma de hablar denota un estilo underground. En otra entrevista con ICON —portada de mayo de 2023— confesó que de no ser por ser actor hubiese acabado preso. ¿Es ahora más consciente de su privilegio? “Sí, pero llevo actuando desde los 11 años. Sé que es difícil y sé que ese fenómeno ha sido posible gracias a las plataformas audiovisuales. Ser un Antonio Banderas era muy difícil. Estoy muy agradecido porque me ha dado un trampolín al mundo, pero luego hay que mantenerse, que es lo jodido”, contesta, se detiene y matiza aquella declaración: “No hubiese terminado preso y si fuese sido así, hubiese aprendido. Lo que me pasaba es que estaba en una época bastante deprimido sin saber muy bien qué hacer con mi vida y con sustancias de por medio. Estaba perdido en la vida. De hecho, las veces que he delinquido me ha ido muy mal porque tengo un karma muy rancio [se ríe]”.

La fama muchas veces se asocia a excesos. A acabar drogándose con gente que a uno le da igual por establecer ese contacto. “Creo que las drogas son peligrosas de por sí, la fama no las agranda. Están al alcance de cualquiera. Eso sí, si te pilla en un momento solitario, lejos de tu familia, puede hacerte terminar ahí. Yo también lo viví joven y he tenido mis sustos. Estoy curado de espanto”. ¿Se siente un paso por delante de otra gente que ve como empieza a drogarse en ese mundo? “De mucha gente que conozco, sí”, reconoce. “Estoy en un momento de mi vida donde hago música luminosa y la sobriedad me encanta. Estoy contento de haber salido de esa época y es raro caer en excesos”, agrega.

Un tema a debate en muchas mesas de bar es si los artistas deben o no posicionarse políticamente según qué cuestiones. Piper ha encarnado a un adolescente gay en Élite y siempre ha manifestado orgullo por dar voz a los problemas del colectivo LGTB. Ahora estamos viviendo cosas como la invasión de Gaza. “Hay cosas en las que es imposible no posicionarse. Como en contra de un genocidio como el que es. Eso no significa que esté a favor de Hamás”, puntualiza. “A veces es importante que los que tenemos más voz digamos algo”. ¿Y las críticas? “Estamos expuestos a ellas. También hay que saber del tema y debatirlo, en mi caso con 12 millones de seguidores. Pero hay temas en los que no te puedes callar”.

Aron Piper y su público durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.
Aron Piper y su público durante su 'showcase' en el CUPRA City Garage Madrid.CUPRA

La charla debe llegar a su fin. Arón tiene que prepararse para presentar su disco. Ese mismo día jugaba la Selección española de fútbol la semifinal de la Eurocopa contra Francia. “¿A qué hora era hoy el partido?”, pregunta el artista mientras salimos de la sala. “A las nueve”, responde su agente. En ese momento son las 20:15. Cuando sale al escenario, dice a su público, rodeado de luces de neón y una A de anarquía en los visuales detrás de él en la sala del fabricante español de coches: “No sé por qué no estáis en la playa o en un bar preparados para ver el partido. Esta es la primera canción del álbum”.

En la sala había personas del mundo de la música como Bon Calso, Aleesha, Jimena Amarillo o actores y actrices como André Lamoglia, Joel Sánchez, Guiomar Puerta y Lola Rodríguez. Él habla de lo que vive y eso es fama y lujo. “Te compré flores porque ya tienes un Rólex”, canta en uno de los temas. En ese disco, entre sus colaboradores se encuentra Manuel Lara, productor ganador del Latin GRAMMY que ha trabajado con Kali Uchis, Rauw Alejandro, Sebastián Yatra o Bad Bunny.

“Se acabó tanto trap y reguetón. Ahora con mi banda estoy encantado”, deja claro a sus fans mientras estos alzan sus teléfonos para conseguir los mejores videos del artista. Una a una va destripando las canciones del que será su nuevo trabajo. “¿Es tarde? Tranquilos, que no es tarde. ¡Llegamos a ver el partido!”. Y de seguido, suenan los acordes de Nieve. “Te voy a contar dos cosas, mamá, Una que ya se ha hecho tarde”, dice y el público aplaude Tal vez se hizo tarde para que llegase a ver el gol de Lamine Yamal, pero queda aún mucho Arón Piper como músico.

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