Moby: “Cuando bebía, España era el paraíso para mí”
La estrella del pop electrónico más inclasificable de los noventa ya no quiere ser estrella ni hacer pop: su nuevo disco es electrónica de tintes cinematográficos y su nueva vida consiste en activismo, aislamiento y celibato
Resulta complicado hablar con Moby sin imaginarlo en una remota casa de campo, aunque el cantante ha decidido dejar la cámara en negro durante la entrevista y alimentar la leyenda de la estrella del pop que pasó de compositor tímido a rey de la fiesta y coleccionista de grandes borracheras a casi asceta y retirado del mundanal ruido. Su último álbum se llama Always centered at night, rara avis en su carrera que sirve como pretexto para recordar un pasado repleto de autodestrucción, fama y música y, con su mezcla de voces de artistas de todo el mundo (no espere encontrar grandes estrellas) y soul, jazz, blues y drum’n’bass remozados por la electrónica, ha sido saludado como uno de los mejores de su carrera.
Su andadura en el mundo musical estaba en jaque mate cuando presentó Play, un disco que creyó sería el último de su currículum, pero el álbum vendió más de 10 millones de copias y sus canciones se convirtieron en la banda sonora de toda una generación que disfrutaba de sus hits mientras él salía con celebridades, llamaba amigos a Madonna y David Bowie y hacía de la noche su mejor compañera.
Su vida actual es completamente opuesta. Always centered at night consiste en un trabajo con escritores y artistas para crear canciones inspiradas en el espíritu del descubrimiento musical. Cantante, compositor, productor, autor y activista por los derechos de los animales, sus brazos están cubiertos por un inmenso tatuaje que reza Animal Rights, título del disco de hardcore que editó en 1996, y en su cuello se lee Vegan For Life.
”Cuando era pequeño, estaba empeñado en tener una gran voz”, recuerda. “Con nueve años quería ser el mejor cantante del mundo, como David Bowie, pero me di cuenta bastante pronto de que aunque mi voz no está mal, no es maravillosa. En los ochenta, cuando comencé a trabajar en mi propia música electrónica, me di cuenta de que si quería tener voces preciosas en mis álbumes, tenía que encontrar a grandes cantantes y aprender a trabajar con ellos. No busco perfección técnica, solo una voz que me haga sentir. La ironía es que muchas voces técnicamente perfectas en realidad no me aportan nada en el plano emocional, mientras que aquellas que tienen más personalidad y carácter son de las que me enamoro”.
Cuando habla de ese tipo de voces con garra, como española, es imposible no preguntarle por Rosalía. No la conozco, siento mi ignorancia.
Al haber trabajado con tantísimos cantantes, ¿ha tenido que acostumbrarse también a tratar con egos explosivos? Hay que abordar a cada persona con una estrategia diferente. Algunos cantantes creen que tendrían que ser técnicamente perfectos, pero lo que yo busco es que sean emocionalmente perfectos. Muchos se sienten cómodos en esa perfección técnica, por lo que uno de mis trucos, cuando traigo a un cantante, es apagar el micrófono y decirle que cante simplemente para calentar la voz. Ese es el material que termino por usar.
Aunque ahora que el secreto ha sido desvelado, el truco pierde fuerza… Siempre y cuando trabaje con cantantes que hablen español y que lean ICON. Entonces, sí.
¿Cómo se siente al saber que en la actualidad, las canciones son cada vez más cortas a causa de Tik Tok? Cuando la música se convierte en algo tan manufacturado y orientado hacia un algoritmo, la pregunta es cuándo la música ha dejado de ser música. Su objetivo siempre ha sido ser expresiva, alegre, triste, espiritual o interesante, no responder a un algoritmo. Por eso, cuando la música cambia para ajustarse a la tecnología, ni siquiera sé si ya podemos seguir hablando de música…
En muchas ocasiones habla de sí mismo como de un narcisista. ¿Se sigue considerando como tal? Hace 20 años, un amigo de la infancia me dijo: “Por fin he resuelto el misterio: todo este tiempo he pensado que eras un narcisista, pero lo que eres es un hijo único. Sencillamente, no has crecido entre gente”. Vivo solo y suelo trabajar solo, la verdad es que no se me da bien comprender a los humanos. Si íbamos a una fiesta, yo tendía a irme, y él se ofendía, pero luego se dio cuenta de que en realidad, no sabía lo que tenía que hacer. Espero que tenga razón y que no sea un narcisista beligerante. Tengo un test para saber cuándo alguien lo es, y consiste en analizar cuántas preguntas me ha hecho y cuantas le he hecho yo.
Una vez sufrió una electrocución y dijo que sorprendemente, se sintió calmado. ¿Ha encontrado una forma menos cercana a la muerte de alcanzar la calma? Fue una de las experiencias más raras de mi vida, porque no me hice daño. Recuerdo que me llevaron al aeropuerto y ahí estaba yo, sentado y sintiéndome extrañamente calmado. No es que me sintiera bien, sino que sentía una calma neutra. ¿Sabe esas terapias de electroshock del pasado? Solían ser bárbaras, pero ahora dicen que a algunas personas les calma, y creo que sin querer, tuve una terapia electroconvulsiva.
Antes de sacar su álbum Play, puso el disco a una cita para que lo escuchara y valorara. ¿Lo ha hecho con el nuevo? No he tenido una cita en nueve años.
Lo de abandonar las citas y el sexo parece un movimiento generalizado... He tenido muchísimas citas de joven, y ahora creo que hay cosas más interesantes. La espiritualidad, la creatividad, el activismo, los proyectos creativos, el hiking... Todo eso es mejor que ir de citas, que están bien, pero no es mejor que ir a lo alto de una montaña.
Sin citas que puedan dar su opinión, ¿qué opina usted mismo de su disco? Lo primero a valorar es el proceso mediante el cual fue hecho, porque fue algo complicado. La pandemia me obligó a meterme en Soundcloud, YouTube, Spotify y a poner la radio para escuchar a cantantes que jamás había escuchado antes. Eso me llevó mucho tiempo, así como ponerme en contacto con ellos, saber si querían colaborar, enviar y recibir la música… Sin embargo, espero que la música no suene complicada. No hace falta que nadie se de cuenta de lo difícil que fue hacerlo, pero cuando yo lo escucho, pienso en lo complicado que fue. Estoy muy agradecido de que haya salido bien.
“Es liberador no pensar en el éxito comercial, porque para mí ni es una opción. Estoy relativamente reconciliado con la idea de hacer música a la que nadie presta atención”
Creyó, no con mucha visión, que Play iba a ser un fracaso… ¿Cree que este puede triunfar? Ni siquiera sé si hay un mundo en el que la música que no sea pop tiene oportunidad alguna de tener éxito, y es algo que encuentro liberador. No puedo competir con Taylor Swift ni con Cardi B, así que… ¿Para qué intentarlo? Tengo 58 años y no hago giras, al margen de un par de shows en septiembre… Es liberador no pensar en el éxito comercial, porque para mí ni es una opción. Estoy relativamente reconciliado con la idea de hacer música a la que nadie presta atención.
El 100% de los beneficios de su gira se destinarán a organizaciones europeas que luchan por los derechos de los animales. El trabajo de mi vida es trabajar en aras de los derechos de los animales. Ese es mi trabajo, la parte no divertida de lo que hago, mientras que la música es el refugio divertido, una actividad que me aporta calma y placer cuando no estoy desarrollando el papel de activista. Pero para mí, trabajar por los derechos de los animales es lo más importante, más que mi vida. No podría ir de gira y ganar dinero para mí mismo cuando la verdad es que no lo necesito. Me parecería algo repugnante y erróneo.
¿Le parecemos escoria los que comemos carne? Los primeros 19 años de mi vida amaba ir a Burger King y la pizza con peperoni. Creo que cuando la gente come carne no se da cuenta de que lo que está comiendo son animales. Si vas a la carnicería, lo que compras no se parece a un animal. La gente se lo lleva a casa y no ve el proceso, por lo que no piensa en lo horrible que es. De hecho, si intentas mostrar el proceso en los EE UU, te pueden arrestar. Hay gente en la cárcel por haber grabado lo que pasa. Creo que eso dice mucho del asunto: la gente involucrada sabe que es algo tan terrible, que hace que sea ilegal documentarlo.
¿Qué opina de que la gente siga apoyando a Donald Trump? Es algo horrible. Creo que hay muchos republicanos que son personas viejas, racistas e ignorantes, gente que tiende al odio, y el problema de Trump es que les ha dicho que odiar está bien. Ese es su gran regalo, permitir a la gente que sea su peor versión. Cuando era joven pensábamos que los republicanos pensaban de forma diferente a nosotros y que no eran malas personas, pero quienes apoyan a Trump sí lo son. Son personas a las que les hace feliz despojar a la gente de sus derechos y que apoyan el uso de armas. Lo triste es que ese odio siempre ha estado ahí, pero ahora es parte del sistema. No me siento orgulloso de ser estadounidense ahora mismo.
Se acuesta prontísimo y considera que quedar a cenar a las ocho de la tarde es una locura… ¿Qué le parece que en España cenemos a las diez? Creo que es genial. Cuando bebía, España era el paraíso para mí. Salir hasta las seis tenía todo el sentido cuando siempre estaba bebiendo. Recuerdo estar en Ibiza, cenar a medianoche y pensar que eso era el cielo. Ahora soy un viejo sobrio y vivo como un granjero célibe. Me acuesto a las nueve de la noche, me despierto a las cuatro de la mañana… La forma en la que afronto la vida y el sueño no es muy español.
¿Cuándo decidió dejar de beber? Hubo unos mil momentos en los que sentí que se me había ido de las manos, pero nunca paré. En 2008 me encontré otra vez de resaca y me di cuenta de que nada iba a ir a mejor, que las resacas iban a peor… No pude fingir que no pasaba nada. En octubre de 2008 me di cuenta de que había que tras décadas de alcohol y drogas, había llegado el momento de parar.
Ha trabajado con decenas de celebridades, ¿hay alguna que le imponga? Una vez estaba de brunch y Al Gore vino a hablar conmigo sobre el cambio climático. Me gusta la gente que usa su voz y sus plataformas para hablar de aspectos importantes. No tengo respeto alguno para quienes tienen miedo de hacerlo, y sólo quieren promocionarse.
¿Qué es lo peor de la fama? Nunca me quejaría de ella, porque es maravilloso tener recursos económicos y poder emplear el dinero para ayudar al activismo y apoyar a proyectos creativos. Lo único de lo que me quejaría sería de que la fama puede ser algo solitario, pues a veces es complicado tener amistades normales cuando la gente te ve como a alguien diferente. Pero teniendo en cuenta que puedo usar mi plataforma para hablar del cambio climático y de los derechos animales, me compensa estar solo si puedo hacer el bien.
¿Le pasaba eso con Bowie, por ejemplo, le veía precisamente como a alguien diferente por ser usted admirador? Hay una escena en Wayne‘s World en la que Mike Myers conoce a Alice Cooper, se pone de rodillas y exclama: “¡No te merezco!”. Así me sentía cada instante con David Bowie. Fingía ser su amigo, pero cada segundo era consciente de que básicamente, estaba con un semidiós. Fingía ser normal, cenábamos, nos tomábamos un café, pero cada momento, una voz en mi interior me decía: “¡Estás tomándote un café con David Bowie!”.
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