La nueva edad de oro de los relojes de buceo: 17 modelos imprescindibles

La industria relojera, como todos los sectores basados en la tecnología y el estilo de vida, es un termómetro del presente. Y el presente, en 2022, está marcado por las consecuencias de los últimos años: el redescubrimiento de la naturaleza, la preocupación por el medio ambiente y la reanudación de los viajes. De ahí que esta temporada muchas casas relojeras hayan apostado por lanzar o relanzar modelos de buceo, diseños deportivos con esferas ultralegibles, correas o brazaletes cómodos, cajas impermeables y herramientas útiles bajo el agua.

Sin embargo, nada más lejos de un capricho momentáneo: los relojes de buceo son casi tan antiguos como la relojería moderna, y están ligados al afán de exploración. La historia podría comenzar en 1926, cuando Rolex sorprendió con un Oyster impermeable cuya corona (atornillada) y demás aditamentos impedían que el agua entrara en el mecanismo. Se puso a prueba en un intento de cruzar el Canal de la Mancha que se vio frustrado por las malas condiciones climáticas, pero la competición había comenzado. Unos años más tarde, en 1932, apareció el Omega Marine, considerado como el primer reloj de buceo en toda regla y rozó los 135 metros. Hubo otros hitos: el reloj sumergible a 50 metros de Blancpain, que muchos consideran como el primero especialmente diseñado para buceadores, o el Mido, en 1934, con un innovador sistema de sellado de corcho.

Tampoco hay que olvidar la sinergia que siempre ha existido entre los relojes de buceo y el ámbito militar: Officine Panerai, por ejemplo, abastecía a los buzos de combate de la armada italiana. A medida que se acercaban los años cincuenta, la evolución de estos artefactos pisaba el acelerador. El DeepSea Special de Omega, adosado a una cápsula de buceo llevada por Jacques Picard, resistió hasta los 10.916 metros. En los sesenta todo cambió, y se idearon relojes capaces de aguantar hasta 1.000 metros de profundidad. ¿Los líderes? Además de los ya mencionados, Breguet, TAG Heuer, IWC, Zenith, Seiko o Jaeger-LeCoultre. Fue una fiebre del oro (de buceo) en toda regla.

La pregunta es: ¿qué convierte a un reloj estándar en uno de buceo? Conlleva unas funciones que lo hace diferente y sin las cuales no podrían sobrevivir a esas altísimas presiones, entre otros enemigos. Por ejemplo, un bisel giratorio que se mueve al contrario de las manecillas del reloj e indica el tiempo de inmersión en minutos, una innovación introducida por el Zerographe de Rolex en los años treinta. También suelen contar con un indicador de la profundidad que se mide en BAR o Atmósferas (ATM) : para pertenecer a la familia de relojes de buceo, se considera que un reloj debe ser impermeable a 10 bar o atm, lo que equivale a 1.000 metros de profundidad. También pueden contar con una alarma fundamental para saber cuándo subir a la superficie. Están fabricados con materiales robustos, pesados y resistentes como el acero inoxidable –últimamente el titanio– y cristales –de zafiro o vidrio acrílico– poderosos, pues a altas presiones pueden romperse. Los brazaletes son metálicos o con correas de goma, para resistir a la corrosión del agua salada. Además, incorporan algún tipo de material luminiscente que permita al buzo ver la esfera en la oscuridad, y coronas de alta seguridad para que no entre agua o polvo. Los modelos más profesionales incorporan una válvula de helio, situada en la parte izquierda de la caja, que permite que se escape el helio que sustituye al nitrógeno y que es necesario en la fase de descompresión.

Este año, los relojes de buceo viven una nueva edad de oro gracias a un aliciente extra: su estética deportiva y elegante. También son más sostenibles, tanto por los materiales utilizados en su manufactura como la vinculación a proyectos de conservación de los océanos. Estos 17 relojes comparten esas cualidades húmedas.

Omega Seamaster Planet Ocean Utra Deep Professional

Anécdota: a principios de 2019 Victor Vescovo adosó a su sumergible rumbo a las fosas Marianas un Omega con el mismo nombre del título. Soportó 10.928 metros. Récord mundial. Como usted no tiene un sumergible (creemos), limítese a profundidades humanas con esta nueva versión más delgada y en una variada y colorista colección en naranja, blanco, azules varios y negro.

Tudor Pelagos FXD

En los últimos años Tudor ha construido su propia personalidad urbana y deportiva sin abandonar su pasado, el que le unió a la Marina francesa en 1961. Este FXD está inspirado en aquella referencia y mantiene esa naturalidad tan cercana, sin recurrir a rarezas subidas de tono. ¿Su color? El que prefieren los peces: azul sin concesiones.

Royal Oak Offshore Diver (edición especial) de Audemars Piguet

Como un tratado de geometría submarina, este modelo armoniza el negro y el gris. La cerámica negra del bisel destaca sobre el oro blanco de la caja. Por supuesto, no faltan en él los ocho tornillos que permiten reconocer un Royak Oak (que, por cierto, ha cumplido 50 fabulosos años) a distancia, igual que su esfera ‘Mega tapisserie’.

Bell & Ross 03-92 Diver White

Bell & Ross acaba de lanzar una pieza pensada para zambullirse en aguas heladas . Pero sus relojes están creados para la vida cotidiana, con sus inconfundibles cajas cuadradas hermanadas con la geometría circular. ¿Herramientas tecnológicas? Afirmativo. Pero también gestos de estilo.

Oyster Perpetual Rolex Deepsea

¿Qué se puede decir de un Rolex? Pues que levanta pasiones. El obsequio más cotizado, y todo un símbolo capaz de trascender las épocas y las generaciones. Pero su categoría como Diver es legendaria, y se remonta a sus inicios. La primera versión del Deepsea se lanzó en 2008. Esencia deportiva-tecnológica en esfera bicolor azul-negra o negra al completo. Imprescindible.

Blancpain Fifty Fathoms Bathyscaphe Quantième Complet

El primer Fifty Fathoms nació cuando Elvis Presley actuó por primera vez en El Show de Ed Sullivan, y de ahí, a la fama. Era 1956 y algo similar le ocurrió a este reloj. Este modelo en azul y oro rosa es refrescante (como Elvis), deportivo (algo que no era habitual en los Diver) y, al mismo tiempo, una herramienta vital para los buceadores más avezados, ya que indica hasta las fases de la luna.

Montblanc 1858 Iced Sea

Es un reloj de buceo, sí, pero la marca se ha inspirado en los lagos glaciares de la montaña que da nombre a la marca. Su peculiaridad proviene del modo en que la esfera recrea la textura y estructura del hielo. Está disponible en esferas y biseles azul, gris-negro y verde.

Breitling SuperOcean Automatic 46

Corrían los años sesenta y setenta y, de la mano del diseño y la contracultura, el color comenzó a alegrar la vida y la estética. Fue entonces cuando nació el SuperOcean Slow Motion de Breitling. Era de buceo, claro, pero lo hicieron suyo también los ‘tablistas’, nadadores y, por qué no, los que disfrutan del mar sin más. Este modelo recoge aquel espíritu. ¿Nostalgia? En absoluto: más bien modernidad en añil claro y naranja.

Alpina Seastrong Diver 300 Automatic Calanda

Lo de Calanda viene a cuento: fue el primer barco que ondeó la bandera suiza. Discreto, para el día a día, con esa correa que parece de crochet pero en realidad está realizada en plástico reciclado (y la caja también). Ecorresponsable y con historia: no en vano Alpina es una veteranísima relojera suiza que sigue fiel a una férrea filosofía: modelos robustos y eficaces, diseño vintage pero no retro, y precios competitivos.

Certina DS Action Diver

Que el negro es el nuevo negro es irrefutable. Nunca falla y se lo juega a todo: herramienta fiable para deambular por las profundidades, distinción y estilo, amigo de cualquier chaqueta (‘outfit’ no, por favor). Tan sencillo como ese cóctel de cerámica y acero inoxidable que porta con orgullo. Por supuesto, es verano, los tonos se revolucionan, así que pueden elegir correas en azul, verde, bicolor y titanio.

Hublot Big Bang Summer Purple 2022

La extravagancia puede llegar a ser ilimitada. Eso sí, hay que ser osado e intrépido para enfundarse este Hublot. Semiesqueletado, de un violeta que hace que los ojos salgan de sus órbitas al fijarse en él. Se ha colado de rondón a eso llamado ‘Colour Block’ (esa tendencia que reina en las Fashion Week de la temporada estival. ¿En la playa o para vacilar en la ciudad? Usted elige.

IWC Aquatimer Cronógrafo

El maremágnum de un cronógrafo puede llegar a ser hipnótico, tal y como sucede en este modelo de IWC con tres subesferas y un sinfín de agujas y funciones. Este es para gente purista y discreta, como su esfera que recuerda a cánones clásicos. No es adecuado para muñecas pusilánimes, pero sí para ‘relojistas’ prácticos, que tan pronto se zambullen en el océano como acuden a un restaurante de moda.

Longines Legend Diver

Este Longines cuenta con la tecnología y la fiabilidad necesaria para adentrarse en el océano, pero sin renunciar a una elegancia natural con una pátina vintage. ¿La clave? Su esfera degradada que va del beis arena al gris ceniza.

Panerai Submersible QuarantaQuattro

Esta manufactura nació en el mar (un encargo de la marina italiana tiene la culpa), por lo que el océano está en su ADN. Pero sus relojes, siempre musculosos y envidiables para paneristis y no paneristis, son también muy urbanos. Este modelo, que recupera un tamaño emblemático de la casa, está disponible en tres versiones. El modelo Carbotech Blu Abisso es, como su nombre indica, azul, aunque también lo hay con esfera blanca o negra.

TAG Heuer Aquaracer Professional 1000 Superdiver

Uno de los monarcas de las carreras de coches también se mueve entre las criaturas marinas con total normalidad. Robusto, extremo, duro de roer. Para muñecas poderosas a las que les gustan los relojes finos (de grosor y manera de ser) y ligeros (es lo que tiene el titanio). La esfera negra y cepillada contrasta con una porción del bisel de cerámica naranja, uno de los colores clave de la temporada.

Ulysse Nardin Diver X Skeleton Black

La transparencia es, a menudo, una virtud. Y los relojes esqueletizados suelen fascinar: en ellos se pueden ver las entrañas, los engranajes en movimiento. Y, en algunos casos, también se pueden vislumbrar con nitidez horas, minutos y segundos. Esto le sucede a esta pieza. Es un buzo, pero ir con él por las calles es un acierto. Especialmente con correa amarilla en contraste con el negro.

Oris Aquis Date Calibre 400

El oro atrae, especialmente si es macizo. Aquí da un ligero toque de distinción que abraza al bisel. Para el día a día sobre la superficie terrestre, funciona (en cualquier actividad). Para bucear, no falla. Como el gusto depende de cada cual, elija: el que la firma llama “azul profundo” o el “verde bosque”. Cuestión de pigmentos.

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