Sharon Van Etten: “Inserto en las canciones mensajes secretos para mi bebé. Si me pasara algo, sé que al menos le quedarán estas píldoras”
La cantautora, que publica nuevo disco, ha reinventado su voz después de que su primer parto le transformara el cuerpo. Ama a su pareja, pero teme morir con ella; ama a su hijo y teme morir sin él: lleva una vida nueva
Una nube de polvo sahariano ha pintado el cielo londinense de un inquietante tono naranja esta tarde, incluido Hackney Wick, al este de la ciudad, donde está el bar al que acaba de entrar Sharon Van Etten (Nueva Jersey, 41 años). Las ventanas traseras del local iluminan con colores como sacados de un vídeo de Sade, una muy adecuada entrada para esta estrella del folk pop. Es su primera visita a Europa en cuatro años y lleva respondiendo entrevistas desde desde que aterrizó hace unas horas. Está agotada. Pero toma una pinta de IPA y es todo sonrisas, humor e interés. Cuenta que su sexto álbum de estudio, We’ve Been Going About This All Wrong, publicado el 6 de mayo, se grabó en el nuevo estudio que se ha construido a medida en su hogar californiano: un cómodo escenario para producir y escribir música y letras, estas últimas incontestablemente dolorosas, que suenan más asentadas.
Llevaba un tiempo desaparecida. Tras lanzar su anterior disco, Remind Me Tomorrow (2019), se ha dedicado a criar a su hijo: dice que el parto, de 36 horas, le alteró irreparablemente la sonoridad, es decir, su forma que tiene su cuerpo de percibir y emitir sonidos. La cesárea, casi de emergencia, con la que se sacó finalmente al bebé provocó que algunos órganos se le descolocaran. “Practico pilates continuamente para mantener la postura, sostener notas y ganar confianza. Perdí muchas de esas capacidades por la cesárea. Me cuesta más sostener una nota grave que una aguda, por lo que al final me he decidido por otro estilo de canto, donde estoy más cómoda en otros rangos”. Adoptó también otros instrumentos: teclas en lugar de guitarras. Y sigue aprendiendo. Un nuevo registro conlleva incomodidad, pero a la vez le abre nuevos mundos a la hora de componer. Al final, encontrar otra forma de cantar ha resultado, confiesa, liberador. Los tonos que puede alcanzar en We’ve Been Going About This All Wrong, mientras aborda temas como maternidad, amor, miedo y lo que significa ser humano en una época llena de sufrimiento, son, en fin, maravillosos.
Como los anteriores trabajos de Van Etten, este es increíblemente íntimo y serio. La canción Home To Me, dedicada a su hijo, replica en la percusión los latidos de su corazón, lo que, cree ella, “produce una profunda conexión espiritual en el proceso de escritura y grabación”. Añade: “Inserto en las canciones mensajes secretos para mi hijo. Esto va a sonar un poco tétrico, pero si me pasara algo, sé que al menos le quedarán estas píldoras. Espero que más adelante, cuando yo ya no esté, él redescubra estas canciones y sepa que las hice porque quería una vida mejor para él”. Born, en cambio, indaga qué identidad permanece cuando a una mujer se le retiran las etiquetas de madre, compañera o amiga. Ella canta de forma cruda y realista; sincera, no nihilista. Comparte que, aunque está enamorada (de su pareja y colaborador, Zeke Hutchins), le aterra saber que esta va a ser la vida que llevará hasta el fin de los tiempos.
En los últimos años, Van Etten ha hecho tres cursos para convertirse en profesional de la salud mental. La primera vez que se lo planteó seriamente fue en 2014. “En la gira de Are We There los fans me contaban experiencias personales y por qué conectaban tan intensamente con mi música. Me pedían consejo, hasta el punto en que pensé que no estaba capacitada para responder a sus preguntas o darles siquiera una opinión. Quiero saber por qué la música puede resultar algo tan importante, catártico y transformador. Por qué es tan útil para liberar un trauma. Para mí, ha sido una terapia vital a lo largo de los años, me ha permitido abordar y comunicar emociones de forma que, sin ella, hubiera sido impensable. Quiero que otras personas encuentren también esta salida y den con la mejor manera de expresarse. Quiero aprender terapia para estar capacitada para ayudar a los demás”.
La neojerseíta ha aparecido en televisión (fue Rachel en The OA y se interpretó a sí misma en Twin Peaks). Clama por David Lynch: se recuerda a sí misma esperando su turno en el rodaje mientras Trent Reznor componía y Lynch encadenaba cigarrillos y gritaba por un megáfono. Las cuidadas producciones televisivas han influido en sus espectáculos en directo. “La iluminación crea tanto ambiente como la música”, explica. “Es teatro, si se lo permites”. El álbum es personal, pero a menudo universal, una fórmula que no muchos letristas dominan. “No importa cómo vayan las cosas, hay que mirar hacia adelante, y no atrás. Si lo hago me deprimo, y si miro demasiado hacia delante me entra ansiedad. El presente puede ser bueno o malo, pero todo pasa. Puedo ser optimista y estar triste, puedo ser feliz y estar en un lugar oscuro. Esas emociones conflictivas pueden convivir, y eso está bien”.
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