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Todo lo que tienes que recordar de ‘The OA’ antes de ver la segunda temporada

Con la llegada de los nuevos capítulos a Netflix más de dos años después de su estreno repasamos la serie para no perder el hilo

The OA es una serie particular desde sus comienzos. Estrenada por sorpresa —y sin promoción, raro para un producto de Netflix—, la ficción arrancó en diciembre de 2016: ocho capítulos en los que se narraba la historia de una mujer que, tras años desaparecida, volvía al pueblo donde había crecido. Allí, contaba lo que le había ocurrido durante su desaparición a un grupo de cinco personas con las que parece que está conectada mediante un misterioso vínculo.

Ideada por Zal Batmanglij y Brit Marling (que también interpreta a la protagonista, Prairie Johnson), en la trama se mezcla ciencia ficción, drama, misterio y misticismo. Anteriormente, ambos creadores habían trabajado juntos en el guion de Sound of my voice, película dirigida por Batmanglij y protagonizada por Marling que fue estrenada en 2011 en el Festival de Sundance. Este thriller de ciencia ficción contaba la historia de dos documentalistas que se infiltran en la secta de una mujer que dice venir del futuro. Aunque esa idea sobrevuela la serie, The OA crea su propio y misteroso universo.

La pequeña Nina, antes de ser llamada Prairie, en Rusia tras el accidente de autobús en el que murió por primera vez.
La pequeña Nina, antes de ser llamada Prairie, en Rusia tras el accidente de autobús en el que murió por primera vez.

La muerte. En The OA la muerte tiene un papel fundamental. Tanto Prairie (que ahora quiere ser llamada OA) como el resto de sus elegidos han vivido experiencias cercanas a la muerte (ECM). Tras ellas, todos han desarrollado un talento especial. En el caso de Prairie, después de un accidente en autobús cuando era niña, en su Rusia natal, perdió la vista, pero regresó a la vida sabiendo tocar el violín con maestría. En esa experiencia conoció a Kathun, una especie de deidad femenina que la invita a elegir entre vida o muerte. Prairie elige vida.

El secuestro. El sonido de su violín es lo que guio a Prairie hasta su secuestrador. Se trata de Hap un investigador —y un sociópata— fascinado por las ECM. Hap escucha a Prairie tocar el instrumento en Nueva York. La joven (tenía 21 años) había acudido allí guiada por una de sus premoniciones, visiones (del pasado, del futuro, de otra dimensión...) que la protagonista tiene desde su primera muerte en Rusia. En esta ocasión, Prairie vio a su padre biológico esperándola junto a la Estatua de la Libertad. Por eso abandonó Crestwood y a sus padres adoptivos, Nancy y Abel, dejándoles una nota. Ellos le pusieron el nombre de Prairie: ella se llamaba Nina. Fue adoptada despúes de que unos mafiosos asesinaran a su padre.

El pasado. La historia transcurre en dos momentos temporales. El presente se desarrolla a partir del momento en el que Prairie regresa a Crestwood, siete años después de su desaparición, cuando fue secuestrada por Hap. En ese tiempo ha recobrado la vista. También cuenta que ha muerto decenas de veces. En su pueblo, recluta a cinco personas —Steve, Betty, French, Buck, y Jesse—, todos ellos con algún tipo de inadaptación social o problema familiar. Ellos se convierten en confidentes —y aprendices— de OA. Solo a ellos les cuenta su historia, que vemos en flashbacks a su infancia, al tiempo que estuvo cautiva... Algunas de estas regresiones tienen tintes oníricos lo que induce a pensar que algunos de los recuerdos podrían no ser del todo reales.

El número cinco. Cinco son los apóstoles de OA. Cinco, sus compañeros de secuestro. Y cinco son los movimientos místicos (acompañados de sonoras exhalaciones) que al combinarlos resultan en una especie de coreografía que produce inesperados efectos tales como revivir a una persona fallecida —a Scott, tras ser asesinado por Hap, ¡en el capítulo cinco!—; abrir una ventana espacio-temporal; e incluso un portal interdimensional.

Los movimientos. Durante el tiempo que Prairie estuvo secuestrada por Hap, la protagonista aprendió los movimientos. En su cautiverio, en una casa en medio de la nada, OA conoce a Homer, Scott, Rachel y Renata (esta última interpretada por Paz Vega, que regresa en esta segunda temporada). Según le cuentan, todos ellos han vivido alguna ECM. Durante sus mortales experiencias, todos han aprendido un movimiento. Todos menos Rachel. Durante su tiempo de cautiverio –y tras varios intentos fracasados de huida-, Prairie y sus colegas perfilan y mejoran la técnica de su danza a la vez que buscan desesperadamente el quinto movimiento: consideran que es la única vía de escapar de las garras de Hap. El sádico investigador, que también está al tanto de los movimientos, asesina en sus experimentos una y otra vez a sus conejillos de indias: posee una máquina en la que le ahoga recurrentemente aunque luego vuelven a la vida. En una de sus muertes, Prairie recupera la vista. En otra, escucha un curioso sonido: el que emiten los anillos de Saturno. Para no olvidarse de los movimientos, Prairie se los tatúa en su espalda automutilándose, haciéndose escarificaciones.

Paz Vega interpreta a Renata, compañera de secuestro de Prairie.
Paz Vega interpreta a Renata, compañera de secuestro de Prairie.Netflix

Lo emocional y lo colectivo. En la estela de series como Sense8 —y a pesar de la magnética y recurrente presencia de Prairie—, The OA habla más de una lucha colectiva que del despertar de una heroína. Aunque poderosos, ninguno de los ángeles —como en algún momento se denominan los elegidos— podría conseguir nada por sí mismo: es el trabajo en grupo, la danza colectiva, lo que desata el máximo poder. También lo que les produce los mayores avances y alegrías en sus vidas.

Mindbender. Este término, que se usa para definir un subgénero dentro de la ciencia ficción, se podría traducir textualmente como “rompecabezas” o “una ida de olla”. Esa sorpresa permanente, con giros de guion imposibles de imaginar, emana de los ocho primeros capítulos de The OA. Así, el quinto movimiento que Rachel no encuentra (¿es Rachel una elegida o una infiltrada?) y clave para realizar la danza, lo consiguen los secuestrados en el último capítulo de la primera temporada. Y lo hacen gracias a la esposa del sheriff del pueblo, con una enfermedad terminal, donde Hap tiene secuestrados a los ángeles. El grupo se ve obligado a realizar su danza (incompleta en ese momento) para revivirla. Tienen éxito: al despertar de la muerte, la mujer les desvela el último movimiento justo antes de que Hap la asesine (igual que al sheriff). Eso ocurre en el pasado. En el presente, los seguidores de OA dudan de la veracidad de esta historia. Pero un ataque al instituto de Crestwood por parte de un estudiante (del que no se desvela su identidad) armado con un rifle de asalto les incita a realizar su danza para evitar la tragedia. Lo consiguen, pero una bala perdida alcanza a la protagonista. “¿No lo veis? Lo conseguisteis”, dice OA desde una ambulancia en la escena final.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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