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Los nuevos reyes del ‘trap’ cantan en catalán

Con poco más de 20 años, los integrantes del grupo 31 FAM sacan su tercer trabajo, ‘JetLag’, estableciéndose como exponentes de la música urbana dentro y fuera de Cataluña. Este domingo actúan en el festival Cruilla XXS

Los componente del grupo de 'trap' catalán 31 FAM

Cuando los componentes de 31 FAM subieron su primer tema a las redes ninguno imaginaba que poco después reventarían todas las listas de reproducción habidas y por haber. “No lo buscábamos, éramos unos críos y sólo queríamos pasarlo bien. Tras colgar esa canción íbamos por el centro de nuestro barrio riéndonos y diciendo que éramos cantantes, como si fuese una coña”, relata Koalekay (Álex Gil), productor y uno de los seis miembros de este grupo de Sabadell que acumula más de 30 millones de reproducciones en Spotify, alzándose como un referente de la música urbana en catalán. Hablamos con cuatro de los 31 FAM con motivo de la publicación de su tercer trabajo, JetLag. Dieciseis temas gestados en la pandemia. “Surge de la necesidad de volver atrás y de recuperar lo que no tienes. Es la sensación de haber hecho un viaje muy largo, de 19 años, que de repente se ha parado, y tenemos el jet lag de lo que hemos vivido”, en palabras de Kid Pi (Eduard Freixas). “Es un disco en el que se notan las horas de curro”, dice AAA (Álex Sánchez).

Amigos de la infancia, los 31 FAM, nombre creado a partir del número de la casa donde comenzaron a grabar y la palabra familia, tenían poco más de 16 años cuando se juntaron para hacer música, sin demasiadas nociones musicales. “Yo desde pequeño canto en la calle, rapeábamos con los colegas y esas cosas, pero ya está, y ahora me he apuntado a música para saber lo que estoy haciendo”, cuenta Bandam (Ferran Vilalta), el miembro con más desparpajo del grupo, seguramente consciente de que esto ya va en serio. Hoy, apenas pasada la veintena, después de que su tema Valentina se viralizase y fuese la primera canción de trap en catalán que se emitió en la radio, de colgar el cartel de todo vendido en las salas Razzmatazz y Apolo, y de la publicación del álbum TR3TZE (2019) y del EP Valhalla Vol.1 (2020), vuelven con este disco en el que combinan trap melódico, dancehall, dembow, pop y reguetón, y colaboran con artistas como Lildami o Teuma Thug. Canciones en catalán, castellano e inglés (Joey C. vive en Nueva York). Unas letras sobre los primeros escarceos en el amor, el barrio, la fiesta, las expectativas de futuro y la madurez. “Es el estilo 31, es nuestra esencia y suena diferente a otros traps. Si mañana a alguno le da por un tango, pues en el siguiente álbum saldrá un tango”, sentencia Bandam.

En su música se pueden escuchar versos como “mi madre que está orgullosa porque hace tiempo dejé de robar”. Los 31 FAM hacen una referencia sutil y a ratos estética al barrio, casi una pincelada. No van de gangsta, se apropian de la calle como ese partidito de fútbol o esas pipas en un banco después del instituto, sin más conflicto que el propio de la edad. “Yo digo que me he criado en la calle y enseguida lo asocian a delincuencia”, apunta Bandam. “Al estereotipo de la droga. Hay demasiada movie. Al final nuestra relación con la calle es que hemos pasado muchas horas. Hacemos vida en la calle, lo que no quiere decir que hayamos nacido en situaciones jodidas”, considera Kid Pi. Algo que comparte Koalekay: “En Sabadell centro estar en la calle también es enamorarse, salir de fiesta, emborracharte con tus colegas por primera vez. Es algo que todo el mundo hace en la calle, no es tu casa, y eso es calle igual”. Según Bandam, “escuchas muchas letras que suenan falsas, pero escuchas lo nuestro y ya te puedo jurar, porque los conozco a todos, que lo que decimos lo hemos vivido”.

Los integrantes de 31 FAM se consideran exponentes de la música urbana y, en concreto, del trap en catalán, en un momento en el que el trap en España cumple una década. Entre los nombres admirados por los 31 FAM se encuentra desde Drake a Bad Bunny, pasando por la Niña Pastori. Sin embargo, aun con la evolución rápida de la escena, “apenas hace un par de años que aquí se ven programaciones enteras de música urbana en las fiestas mayores’', recuerda Koalekay, gracias a artistas que abrieron la veda, como P.A.W.N Gang. “Fueron de los primeros que se atrevieron a hacer música urbana en catalán, y al principio había risas, pero ahora hay mucho fanático de la P.A.W.N Gang”, sostiene Bandam. “Los 31 FAM somos los padres de esto en el sentido de que estamos sonando en la radio. Hemos demostrado que más allá de las trompetas el catalán también tiene cabida; nadie se imaginaba que fuera de Sopa de Cabra y estos grupos con los que todos hemos crecido, que fuera del pop y del rock, pudiese haber música en nuestra lengua”, considera Kid Pi.

Pero si algo ha sorprendido al grupo es el éxito que han logrado en el resto de España Para Kid Pi, el concierto en la sala Sala Independance de Madrid del pasado marzo “fue una locura”. “Íbamos reacios pero nos recibieron con los brazos abiertos y hasta las partes en catalán se cantaban a pulmón”, añade. Según Bandam, 31 FAM quiere “poner el catalán en cualquier sitio, también en Latinoamérica, sin que tengamos que cambiar nada para que a la gente le guste”. En canciones como Inseparables, Nens del barri o Un plan B, interaccionan con las dos lenguas, de hecho es raro encontrar una en la que no mezclen en algún punto, porque cada uno canta como le sale, “y demostramos que el castellano y el catalán conviven, que suenan bien”, apunta Kid Pi.

Aún así, explican que no son pocas las veces que les han dado con la puerta en las narices por cantar en catalán. Bandam señala que ese es ya “el mejor momento, el que más nos gusta, cuando nos dicen: aquí no podéis porque cantáis en catalán y al cabo de dos meses nos llaman, al ver que estamos en otros sitios y que la gente nos sigue”. Kid Pi, por su parte, reconoce que “el contexto es el que es. Creo que uno de los pocos grupos que han salido fuera de Catalunya es Txarango y, por tanto, de cara a mi legado yo estaría orgulloso de poder abrir el catalán con mis cojones a España. Lo digo con todo el amor del mundo, pero es verdad que es un sitio complicado para que se respete. Y es una lengua preciosa y… un poco más y me corro aquí, eh (risas)”.

Ahora los 31 FAM están preparando el concierto del 20 junio en el festival Cruïlla XXS que tendrá lugar en el Estadi Olímpic, siguiente paso de una carrera meteorítica. Una carrera que vivió un punto crítico con la llegada de la pandemia, cuando tuvieron que suspender la gira de Valhalla Vol.1. “Esto me ha arruinado la vida”, espeta Bandam (risas). “No, pero nos ha perjudicado, a nivel económico y emocional, por las ganas que teníamos, porque nos cancelaron el sold out de Razzmatazz un día antes. Ahora bien, nos ha ayudado a ir más preparados”, añade. Koalekay lo refuerza: “JetLag es un proyecto mucho más grande, que no teníamos pensado”.

“Ha cambiado el concepto de las canciones, de lo que hacíamos, y se nota mucho”, afirma AAA. “Se nos ha visibilizado muy temprano y por esto se ve tanto la progresión de la música, también técnicamente”, apunta Koalekay. Según Kid Pi, “normalmente uno pasa de ser amateur a semiprofesional, y luego profesional. Nosotros el paso del medio nos lo hemos fumado que flipas”. Pero el reto está en mantenerse. Un trabajo que, aseguran, no es fácil, porque la industria musical catalana - y la española - está atrasada. “Si cuatro señores de cuarenta años quieren que suene tal cosa, que eso sea el producto, lo harán, y aunque al final acaba ganando la audiencia, tienes que luchar a contracorriente”, considera Kid Pi, mientras que Bandam matiza: “Dentro de treinta años no será así porque seremos nosotros los que estaremos arriba” (risas), “pero actualmente ves que te vas a Estados Unidos y la música es apoyada, que se invierte, mientras que aquí si eres el més pegao tienes para vivir pero si eres el número veinte no tienes ni para un plato de pipas”, remacha. Koalekay asegura que “si nuestra generación se tiene que comer un poco la mierda para allanar el camino y que luego puedan llegar artistas para los que esto sea diferente, estaremos orgullosos”. Porque para estos chavales que podrían ser tus colegas del colegio: “La música es una forma de sacar lo que no sacamos con nadie. Nos salva un poco el culo”, sentencia Kid Pi.

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