La fiscalía pide un año y ocho meses de prisión para Chiara Ferragni, acusada de estafa agravada
La ‘influencer’ italiana, que ya ha pagado más de tres millones de euros en concepto de resarcimientos y donaciones tras el ‘Pandorogate’, dice que “confía” en el proceso judicial


La fiscalía de Milán ha solicitado una condena de un año y ocho meses de prisión para Chiara Ferragni (Cremona, 38 años) en el juicio sobre los dulces de Navidad y de Pascua en el que está acusada de estafa agravada, junto con otras dos personas. Según las acusaciones, entre 2021 y 2022 la influencer y empresaria italiana realizó campañas promocionales engañosas en las que daba a entender que realizaría donaciones a organizaciones benéficas con una parte del dinero recaudado por la venta de los productos. Se trataba de pandoros —por eso al caso se le conoce como el Pandorogate—, dulces típicos navideños de la marca Balocco, y de los huevos de Pascua de la marca Dolci Preziosi. En ambos casos, los artículos se vendieron en distintas campañas con un envoltorio especial que contenía el logotipo de la marca de Ferragni, por un precio bastante superior al habitual y con supuestos fines benéficos que no fueron tales.
La publicidad inducía al consumidor a pensar que parte de la recaudación de las ventas iría destinada a obras benéficas en un hospital de Turín. En el caso de los pandoro, se acabó descubriendo que la empresa había donado 50.000 euros al centro médico meses antes de sacar los productos al mercado, por lo que la donación no guardaba ninguna relación con las ventas. Las empresas vinculadas a la creadora de contenido italiana recaudaron más de un millón de euros gracias a esta campaña. También está acusada de promocionar la venta de huevos de Pascua con el mismo sistema.
La fiscalía de Milán ha solicitado en la audiencia celebrada este martes, 25 de noviembre, la misma condena para Fabio Damato, antiguo colaborador de Ferragni, y un año de cárcel para Francesco Cannillo, presidente del grupo al que pertenece Dolci Preziosi. También estaba acusada junto a ellos Alessandra Balocco, presidenta y directora general de la empresa homónima, que falleció el pasado mes de agosto.
El proceso judicial se está llevando a cabo mediante un procedimiento abreviado, a petición de los acusados, lo que significa que han renunciado a la fase de debate del juicio y, en caso de condena, la pena se reducirá. En la próxima vista, que está prevista para el próximo 19 de diciembre, hablará la defensa de Ferragni y, a continuación, el tribunal de Milán tomará su decisión.

Ferragni ha acudido por segunda vez al juzgado: lo ha hecho temprano y esta vez ha entrado por el subterráneo para evitar ser fotografiada. Pero la salida ha sido pública y había una multitud de medios de comunicación esperándola. “Tengo confianza, no puedo decir nada más”, se ha limitado a decir la influencer ante una marabunta de micrófonos y con el semblante serio.
Según señalan los medios locales, la creadora de contenido italiana más famosa del mundo quiso intervenir de forma espontánea en la sala del tribunal, aunque no estaba prevista su declaración en esta modalidad de juicio, y dijo que todo lo que había hecho era “de buena fe”. Teniendo en cuenta el delito por el que se le acusa, la pena de cárcel solicitada por la fiscalía no es particularmente elevada. Según las leyes italianas, esta infracción conlleva penas de entre uno y cinco años de prisión.
Es probable que los fiscales hayan considerado el hecho de que, para resarcir el daño causado, la influencer ha realizado, incluso antes del inicio del juicio, numerosas donaciones por un importe que supera los tres millones de euros y que ya ha pagado la multa de un millón de euros que le impuso la Autoridad Garante de la Competencia y el Marcado. Según la fiscalía, por la venta de estos dulces Ferragni habría obtenido un beneficio de unos 2,2 millones de euros.
Este caso obligó a Ferragni a pedir perdón en un vídeo en el que anunció que devolvería un millón de euros al hospital Regina Margherita de Turín. A continuación, se retiró durante un largo tiempo de la vida pública y de las redes sociales, donde acumulaba una legión de 30 millones de seguidores.
El escándalo provocó también una crisis en sus empresas y en su reputación, lo que la apartó de numerosas grandes marcas que habitualmente publicitaba. Ferragni intentó reparar el daño, aunque con escaso éxito, y el daño también se convirtió en económico para sus empresas. Todo su negocio, en otros tiempos multimillonario, desde las campañas con marcas hasta la venta de productos que llevan su nombre, se basa íntegramente en su reputación. El año pasado, la facturación de las ventas de sus productos apenas alcanzó los dos millones de euros, frente a los 11 millones de 2023. Además, la tormenta mediática también desencadenó la ruptura con su marido y padre de sus dos hijos, el rapero italiano Fedez.
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